Órbita Laika: agit-prop científico en televisión

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Órbita Laika

El pasado domingo se estrenó, por fin, Órbita Laika, programa de entretenimiento en formato de show nocturno con contenidos científicos. Se trata de una coproducción de FECYT y TVE cuyaelaboración ha corrido a cargo de K2000. La Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU ha colaborado con el programa con dos espacios, uno de animación (Ciencia Express) a cargo de Quantum Fracture y una sección de Ciencia en la cocina.

La emisión dio lugar, ya desde sus primeros compases, a las reacciones a que estos programas nos tienen acostumbrados en las redes sociales de internet; entre los aficionados a la ciencia y personas implicadas de una u otra forma en la divulgación científica, las reacciones más numerosas, sin duda, fueron favorables de forma entusiasta. En algunas ocasiones la opinión favorable podía venir matizada por alguna observación crítica de carácter menor. Pero, en general, en ese segmento las valoraciones fueron muy positivas. Las opiniones han sido menos favorables en el segmento de los científicos profesionales y entre las personas con un alto nivel de conocimiento científico. Y también ha habido algunas opiniones –las menos- claramente negativas, en las que se ha achacado al programa superficialidad, ritmo demasiado alto, falta de rigor, etc.

Al margen de cuestiones de contenido y formato, también ha habido críticas que han incidido en el hecho de que el programa solo habría llegado a personas ya interesadas en los temas de carácter científico, por lo que no se habría conseguido interesar a personas ajenas a la ciencia y, preferentemente, jóvenes.

Lo primero que me interesa remarcar es que este es un formato no ensayado antes. No se ha ensayado en España, y aunque he indagado al respecto, no he tenido conocimiento de que se haya estrenado nada parecido en nuestro entorno internacional. Esto es importante remarcarlo porque cuando se innova con un formato es muy difícil que todo salga bien y desde el primer momento. Es lo que ocurre cuando no hay modelos previos de referencia, cuando no se copia, cuando se crea. La apuesta que han hecho todos los implicados –José Antonio Pérez (creador y director), K2000, TVE y FECYT- merece por ello un reconocimiento especial. Y teniendo eso en cuenta, los fallos en que haya incurrido el programa eran inevitables. Pero por razones que se expondrán más adelante, no me interesa hacer un repaso pormenorizado de los fallos que haya podido haber.

Me interesa más la cuestión de si Órbita Laika es un vehículo efectivo de transmisión de cultura científica a la ciudadanía y si va a ayudar a acercar a la ciencia a personas que no están interesadas ya en ella. En relación con el primer punto la respuesta evidente, para mí, es que no. Órbita Laika no va a hacer que los españoles tengan más cultura científica en abril de 2015 que la que tienen ahora. De hecho, eso es algo que no conseguirá Órbita Laika ni tampoco, en una medida significativa, ningún otro producto de divulgación científica al uso, en televisión o en cualquier otro medio. La cultura científica de la gente depende, sobre todo, del sistema formativo, de lo eficaz que sea desempeñando sus funciones. Las actividades de divulgación científica, como ya señalé por aquí hace unos meses, no tienen capacidad para incidir en ese aspecto de forma significativa, salvo, precisamente, a través del profesorado de manera indirecta. Por lo tanto, si las actividades de divulgación no pueden ser, salvo en una pequeña medida, agentes de cultura científica, difícilmente lo será un programa de televisión que debe conseguir, ante todo, entretener, porque si no lo consigue la gente cambiará de cadena o se irá a la cama.

En relación con este punto merece la pena ver la conferencia que impartió José Antonio Pérez en agosto de 2012 en el curso Ciencia y democracia: los dilemas de la divulgación científica en los Cursos de Verano de la UPV/EHU en San Sebastián. Jose Antonio señalaba entonces que, aparte de los documentales (Cosmos, El Hombre y la Tierra, etc.) que hemos conocido desde hace años, hay en la actualidad dos formas de introducir contenidos científicos en programas de televisión. Una es la que él denomina “ciencia espectáculo”. En esta modalidad la ciencia es una coartada, pero la sustancia es la televisión, el espectáculo, el entretenimiento. Buenos ejemplos de ese modelo son El hormiguero (en sus comienzos), o Cazadores de mitos (de Discovery Channel). Aunque pueda resultar paradójico, ese modelo sí sirve para generar interés por los temas científicos y hay datos que avalan esa afirmación. La segunda forma es la introducción de elementos científicos en productos de ficción. Ejemplos claros de esta modalidad son las series norteamericanas The Big Bang Theory y Numbers.

Es evidente que Órbita Laika corresponde al primer grupo de programas, al de los que pretenden hacer entretenimiento televisivo utilizando como línea argumental elementos científicos. Por lo tanto, la medida de su éxito no será cuánta ciencia se aprenderá viendo sus emisiones, sino a cuánta gente será capaz de atraer a partir de su mención en conversaciones en el trabajo, en el bar, en el patio del instituto o en tuiter, y a cuánta gente conseguirá que permanezca frente al televisor sin cambiar de cadena o irse a la cama durante su emisión.

No sé cómo funcionará Órbita Laika. La 2 de TVE es una cadena de minorías y su impacto es necesariamente muy limitado. Si funciona muy bien conseguirá que gente sin apenas relación con la ciencia se interese por determinadas cuestiones de carácter científico y, en el mejor de los casos, llegue a hacer un cierto esfuerzo por adquirir más información. En ese caso, el programa habría funcionado como emboscada científica, y conseguirá que personas no interesadas en la ciencia se acerquen a ella. Ese es el objetivo de máximos del programa.

Y si no funciona muy bien pero, a pesar de todo, lo hace razonablemente bien, habrá conseguido introducir temas científicos en el espacio público. Como los introduce a través de la televisión, con su extraordinaria capacidad de penetración (incluso aunque su impacto sea muy limitado por la escasa proyección de la cadena), ayudará a reforzar el efecto de las actividades de divulgación científica que se realizan a través de otros soportes, y contribuirá así a elevar el prestigio social de la ciencia y por ello, a generar un discurso público favorable a la misma. A eso me refería en mi escrito de hace unos meses cuando señalaba que el efecto principal de las actividades de divulgación científica es de agitación y propaganda, y que ese efecto ayuda al progreso científico y contribuye, de manera indirecta, a elevar la cultura científica de la ciudadanía.

En resumen, el valor de Órbita Laika es su misma existencia, el hecho de que FECYT y TVE hayan apostado por emitir en un buen horario un programa de entretenimiento con contenidos científicos, que dos instituciones se la hayan jugado con un programa de inédito formato. Habrá fallos, por supuesto, pero dudo que esos fallos determinen el éxito o fracaso de la idea. De eso no dependerá que sea, efectivamente, lo que pretende ser: un buen programa de entretenimiento. Y si lo consigue, como así creo, será una buena herramienta de agitación y propaganda a favor de la ciencia. Por eso apostó la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU por esta aventura. Estamos seguros de haber acertado en la apuesta.


Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es el coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU


Opiniones vertidas en la red acerca de Órbita Laika

La de Santiago Campillo (@Scruzcampillo)

La de Javier Salas (@javisalas)

La de Francis Villatoro (@emulenews)

La de Ana Ribera (@molinos1282)

4 comentarios

  • Avatar de Suso

    Presentador en exceso histriónico con su ignorancia científica, simpleza de algunos temas (gravedad), ¿qué pinta la invitada en todo esto? ¿Cuánto costó el decir que hay aditivos alimentarios de origen natural? ¿Se pueden hacer afirmaciones del estilo «los aditivos son completamente seguros y están totalmente estudiados? No suena muy científico. La canción del matemático no la entiende ni el 1% de la población…. ¿Que tiene que mejorar? Seguro. ¿Que le den tiempo para hacerlo?¿Quién sabe? Demasiado «coleguismo» en la divulgación científica española.

  • Avatar de Pablo

    Coincido con el primer comentario casi punto por punto. Respecto a la canción, tuve la oportunidad de verla en directo en el festival de FameLab y ya entonces me pareció que es rápida y divertida pero, en realidad, no explicaba apenas nada más allá de que Fermat murió dejando el problema sin resolver. Creo efectivamente que Ángel Martín no debería remarcar tan constantemente «lo poco que sabe», quizás mejor mostrar sus ganas de aprender, y tampoco entendí bien la presencia del invitado.

    El ritmo fue frenético, sin tiempo para asimilar lo que se estaba contando, y creo que, a pesar de ser televisión, un punto menos de ritmo ayudaría a digerir la nueva información. Y tampoco ayudan esos saltos entre temas tan diferentes; quizás podrían hacer programas «temáticos» cada día. Seguiría siendo ciencia-espectáculo y tendría un hilo argumental más fácil de seguir.

    Espero que les concedan tiempo para mejorar y pulir y hacerse un hueco en la programación televisiva, porque creo que, arreglos al margen, puede ser un gran aporte a nuestra televisión.

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