Un viaje al pasado a lomos del coltán

Fronteras

Columbite-(Fe)

Seguro que a estas alturas son muy pocos los que desconocen qué es el coltán. Por desgracia este mineral se ha hecho muy popular en los últimos años porque su extracción es motivo de graves conflictos en los que se entremezclan intereses de guerrillas, contrabandistas o gobiernos como los del Congo, Ruanda o Uganda, entre otros.

El hecho que lleva a que sea tan deseado no es otro sino su utilización en la fabricación de algunos de los componentes primordiales de smartphones, tablets u otros dispositivos electrónicos sin los que resultaría complicado entender el día a día de los países desarrollados, y lugares como Estados Unidos o China, donde se encuentran algunas de las fábricas más importantes de tecnología, lo demandan a todo coste.

¿Pero por qué se emplea el coltán? En primer lugar hay que aclarar que no se trata de un sólo elemento sino que debe su nombre a la unión de los nombres de los minerales que lo componen: la columbita (COL) formada por óxido de niobio con hierro y manganeso y la tantalita (TAN) formada por óxido de tántalo con hierro y manganeso. Es más, el mineral que protagoniza esta entrada es una combinación en proporciones no definidas de sus componentes y su existencia es relativamente escasa sobre la faz de la Tierra; es ahí donde radica su importancia.

En la química se encuentra la explicación sobre por qué esta piedra juega un papel tan destacado en el ámbito de la tecnología. La columbita y la tantalita son tan similares que incluso hay quienes aseguran que se les puede considerar el mismo material y que la diferencia la marcan otras adiciones: si predomina el niobio se le considera columbita y si lo hace el tantalio, tantalita.

Es precisamente en el tantalio donde se centran todas las miradas dado que se trata de un metal caracterizado por tener un punto de fusión muy alto, ser buen conductor de la electricidad y muy duro y resistente a los ácidos. Propiedades que lo convierten en un sustituto ideal del platino aunque fue la llegada de los teléfonos móviles la que acrecentó su importancia.

Los condensadores electrolíticos, fundamentales en la fabricación de smartphones, tienen una mayor precisión y estabilidad cuando se fabrican de tantalio que cuando son de aluminio (empleado contemporáneamente), al mismo tiempo este material permite fabricar aparatos cada vez más pequeños ya que ofrece una mayor capacidad de volumen y baja impedancia eléctrica.

Por el momento, el tantalio no se puede sustituir por ningún otro material ya que esto llevaría asociado un incremento del tamaño de los dispositivos, algo a lo que parece ser que muchos no están dispuestos. Así que es la necesidad de emplearlo la que lleva a que en algunos países de África y otros lugares del mundo millones de personas vivan esclavizadas, en condiciones inhumanas de trabajo, bajo el domino de sus explotadores al servicio del mundo ‘desarrollado’.

Es de esta forma cómo el Coltán, un material con propiedades únicas empleado en pro de la sociedad del futuro, hace que muchos se encuentren en situaciones propias de algunos siglos atrás pero que por desgracia son una realidad del presente.

¿Alguna vez se hubieran imaginado que una piedra tuviese más valor que la vida humana?

Sobre la autora: Maria José Moreno (@mariajo_moreno) es periodista

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