La unidad de selección en la evolución y el origen del altruismo (11): La conquista social de la Tierra

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Edward Osborne Wilson es uno de los biólogos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Es especialmente conocido por sus investigaciones sobre insectos sociales, tema en el que es considerado el máximo especialista vivo. Pero también es conocido por otras razones. Fue el que dio nombre y propuso las bases de la Sociobiología. Es, además, uno de los científicos que más empeño ha puesto en promover políticas conservacionistas de la naturaleza. Y por último, es el autor de Consilience, un ensayo en el que aboga por recuperar la unidad del conocimiento y que ha tenido un impacto considerable.

Edward O Wilson no era, años atrás, partidario de la selección de grupo, pero cambió de opinión y empezó, como hemos visto en la anotación anterior, a publicar algunos trabajos defendiéndola. Los más conocidos son el que publicó con David Sloan Wilson en 2007, otro posterior (M Nowak, C Tarnita y E O Wilson 2010) en la revista Nature y el libro The Social Conquest of Earth dos años después. Los dos últimos trabajos, especialmente, han generado una fuerte controversia. En este apartado repasaré someramente el contenido de este último libro.

Wilson empieza su ensayo planteando una triple cuestión: ¿Por qué existe la vida social en la naturaleza? ¿Por qué es tan rara? ¿Qué fuerzas la han impulsado? Y dedica parte del libro a responder a esas cuestiones. Los dos grupos animales que han conquistado la Tierra, según el autor, han sido los insectos sociales y la especie humana, el único mamífero, junto con dos ratas topo, que ha llegado a ser eusocial, y el único primate de vida social avanzada. Por otro lado, si bien ambos, insectos sociales y seres humanos, han alcanzado la condición eusocial, lo han hecho siguiendo trayectorias diferentes y, además, la forma de eusocialidad en ellos ha sido diferente. Los insectos han evolucionado hacia la eusocialidad mediante selección de la estirpe de la reina, mientras que los humanos lo han hecho mediante una interacción permanente entre la selección individual y la selección en el nivel de grupo, eso a lo que Wilson llama selección multinivel y que tan controvertido resulta.

A lo largo de varios capítulos repasa los hitos más importantes de la evolución de nuestro linaje, y remarca la idea de que en dicha evolución resultó clave la concentración de los grupos humanos en lugares protegidos. La evolución humana se caracteriza, según Wilson, por los siguientes elementos básicos:

  • Intensa competencia entre grupos;
  • composición inestable de los grupos;
  • tensión constante entre los valores seleccionados en el nivel del grupo (tales como honor, virtud y deber) y los seleccionados en el nivel individual (como egoísmo, cobardía e hipocresía);
  • y capacidad para captar las intenciones de los otros.

Dada la importancia que él atribuye al grupo y a la selección en el nivel de grupo, considera que el tribalismo es un rasgo humano fundamental, y que diferentes partes de nuestro cerebro han evolucionado, precisamente, como consecuencia de la selección en ese nivel. El resultado de tal evolución habría sido la propensión a constituir grupos. También sostiene que la guerra es un producto genuino de las presiones selectivas que han actuado sobre nuestra especie, ya que es la consecuencia de la tendencia de los grupos a controlar y disponer de recursos, algo que conlleva, necesariamente, el conflicto con los demás grupos.

En la que es, quizás, la parte de lectura más ardua de su obra, Wilson explica las características de la eusocialidad de los insectos, y analiza las “preadaptaciones” (nido persistente y abastecimiento progresivo, principalmente) y las fuerzas selectivas que (en tan raras ocasiones) han conducido a la aparición de insectos eusociales. Analiza también la “teoría de la selección de parentesco” que vimos aquí, haciendo un repaso de su génesis histórica, a la vez que ofrece argumentos en contra de dicha hipótesis. Parte del discurso se basa en la crítica de resultados obtenidos mediante modelos matemáticos (aunque no incluidos en el texto) y de lo que se entiende por parentesco. Según la hipótesis de la selección de parentesco (kin selection), el comportamiento altruista se selecciona cuando el perjuicio que causa al individuo tal comportamiento es superado por el beneficio que causa a sus parientes si tal beneficio se relativiza mediante un factor que representa el grado de parentesco entre el individuo que se comporta de forma altruista y el que se beneficia de aquél. Pero Wilson defiende que tal hipótesis ha sido refutada matemáticamente y que, además, son relativamente comunes los comportamientos humanos altruistas con personas con las que no se guarda parentesco alguno. En su lugar, él propone la selección multinivel, según la cual, los comportamientos egoístas son el resultado de la selección individual y los altruistas lo son de la selección de grupo. Su propuesta consiste, precisamente, en que ambas formas de selección se han producido de manera simultánea, y de la tensión entre ambas surge el comportamiento humano y el modo en que funcionan los grupos.

Uno de los aspectos a los que Wilson dedica más atención es a la interacción entre los genes y la cultura, y utiliza para ello ejemplos muy sugerentes. Uno es el de la adaptación a digerir la lactosa por parte de los adultos, relacionada con la extensión de la ganadería, y el otro es la interacción entre factores ambientales y culturales en la forma en que se perciben los colores. Según Wilson, la cultura humana es un producto genuino de la selección de grupo, y fue uno de los factores que ayudó a los miembros de nuestra especie a extenderse por casi todo el planeta. De la misma forma, el lenguaje, que jugó un papel crucial como herramienta de comunicación al servicio de la colaboración en el seno del grupo, fue una consecuencia de la selección en ese nivel. La moralidad, la religión, y hasta las artes creativas son, según Wilson, consecuencias de la selección natural, tal y como actúa de acuerdo con la hipótesis de la selección multinivel.

Referencias

Martin A Nowak, Corina E Tarnita y Edward O Wilson (2010): The evolution of eusociality Nature 466: 1057-1062

Edward O Wilson (2012): The Social Conquest of Earth Norton & Co, New York


Esta serie está formada por los siguientes capítulos:

  1. En el comienzo fue Darwin
  2. La selección grupal de Wynne-Edwards
  3. La “doctrina” de Williams y el gen egoísta de Dawkins
  4. Los replicadores e interactores de Hull y los tres principios de Lewontin
  5. Mayr y Gould, dos evolucionistas frente al gen egoísta
  6. La crítica de Godfrey-Smith a la selección centrada en el gen
  7. La selección multinivel
  8. Selección de parentesco y altruismo recíproco
  9. Algunas propuestas unificadoras
  10. La selección de grupo
  11. La conquista social de la Tierra
  12. Dawkins y Pinker responden a Edward Wilson
  13. El turno de David Wilson
  14. El papel de la coevolución genético-cultural

Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

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