Roger Hiorns: el motor cristalino

Naukas

Sin título, 2011. Roger Hiorns. Motor, acero, sulfato de cobre. 170 x 58 x 68 cm
Sin título, 2011. Roger Hiorns. Motor, acero, sulfato de cobre. 170 x 58 x 68 cm

Actualmente en la Tate Gallery de Londres está expuesta una pieza del artista británico Roger Hiorns (1975). La pieza, sin título, es un motor de coche cuya superficie está completamente cubierta por una película de minúsculos cristales azules que brillan como purpurina. Este motor está colocado sobre una base que se asemeja a la silla más representativa del arquitecto Donald Judd. Escondido bajo el motor, y conectado por un tubo, se aprecia una pequeña pieza también cubierta de minúsculos cristales azules.

Armchair #47, Donald Judd
Armchair #47, Donald Judd

Sin todavía fijarnos en la ficha técnica de la obra, donde figuran los materiales o técnicas que el artista ha decidido compendiar, tenemos claro que se trata de un motor de coche inutilizado y colocado sobre una silla manipulada que hace de peana. Es una ruina que se nos revela hermosa, brillante, azul, como el interior de una geoda.

Roger Hiorns posando dentro de su obra Seizure (2009).
Roger Hiorns posando dentro de su obra Seizure (2009).

La ficha técnica nos revela una información capital para interpretar esta obra con mayor profundidad: motor, acero y sulfato de cobre. Cualquier otro material que el artista haya obviado en su ficha técnica también tendrá que obviarse de cualquier interpretación. Es aquí donde la cultura científica supone una ventaja a la hora de interpretar gran parte del arte. Esta obra escultórica es un claro ejemplo de ello.

El motor pertenece a un coche BMW. Aunque el modelo de automóvil pueda suponerse irrelevante, el hecho de que sea un motor de un utilitario potente sí nos ofrece información. Este motor ha sido rescatado de un accidente, es el resto de un naufragio. Esto nos recuerda a los escritos del novelista JG Ballard, conocido por sus fantasías distópicas que a menudo involucran violentos accidentes automovilísticos. Este motor recrea la imagen de las personas que poseían ese coche, quizá inconscientes del poder y la fuerza de su máquina, tanto que no fueron capaces de controlarla. Así este motor inútil se puede ver como una reflexión sobre la indulgencia humana y su futilidad.

Los cristales azules que lo recubren son de una sal de sulfato de cobre (II) pentahidratado. Para cubrir este motor con esta sal, lo que hizo Hiorns fue sumergir el motor en una disolución saturada de sulfato de cobre (II) y dejar pasar el tiempo, sin ningún otro tipo de intervención. De forma natural el motor actúo como núcleo de condensación y la sal se fue depositando en su superficie creando esas formas prismáticas tan características del compuesto. Esto ocurre sin que nadie intervenga en el proceso: los átomos que forman parte del sulfato de cobre (II) se reorganizan hasta formar esas estructuras cristalinas, siempre con la misma forma, como si cada átomo supiese qué posición ocupar. La forma que adquieren se conoce como sistema triclínico (ángulos distintos de 90o y lados de diferente longitud) en el cual el cobre ocupa todos los vértices del prisma, los centros de las caras alternos y los centros de las aristas alternos; y el azufre ocupa los huecos pseudotetraédricos alternos, tal y como puede observarse en la representación de su celda unitaria.

Roger Hiorns 3

Si nos fijamos exclusivamente en el entorno de un átomo de cobre observamos que está coordinado a cuatro moléculas de agua y a dos sulfatos conformando un entorno octaédrico levemente distorsionado.

Roger Hiorns 4

Por convención el término complejo o compuesto de coordinación se utiliza principalmente para describir este tipo de estructura que usualmente se encuentra formada por un átomo central -el cual es con frecuencia un metal, como en este caso lo es el cobre- que se encuentra enlazado a un arreglo ordenado de otros grupos de átomos que lo rodean llamados ligandos. El estudio de los complejos permite explicar muchas de las propiedades de estos compuestos, como por ejemplo el hecho de que gran cantidad de ellos presenten coloración y por ello suelan emplearse como pigmentos.

Cristales de sulfato de cobre (II) hidratados
Cristales de sulfato de cobre (II) hidratados

A este proceso en el que los cristales se forman libremente en una disolución saturada que se deja reposar junto a algo que actúe como núcleo de condensación se le llama cristalización. Y esto es lo que ha hecho el artista, dejar que el motor se cubra libremente de preciosos cristales azules que crecen guardando cierto compromiso con el orden, pero sin ser inmunes al caos y al azar, por lo que estos cristales no están libres de impurezas, de crecimientos defectuosos, de algún orden individual que se impone al orden colindante.

Según Hiorns «la cristalización es un estado que concluye un proceso que llega a la perfección. Implica una compleja transformación que pasa por etapas de sedimentación, depuración y destilación antes de alcanzar la estabilidad final. A partir de entonces el ciclo de sucesivas transformaciones que evoca la vida se detiene. Nada podrá ni tendrá que cambiar. La inmutabilidad, pero también la muerte, se instalan».

Los cristales son figuras geométricas translucidas que emergen, como minúsculas cuchillas azules, como un envoltorio resplandeciente. Son como quistes de luz que empiedran la vieja piel del objeto.

La obra de Roger Hiorns nos habla de crear una escultura sin que el artista intervenga en la parte definitoria del proceso. El artista deja de ser un escultor al uso: no corta, no funde, no suelda, no sierra. Permite a la naturaleza imponer su forma y su colorido hasta dejar inservible e irrecuperable un objeto ordinario claramente creado e ideado por el hombre. Este objeto ha dejado de tener nada que ver con la intervención humana que le dotó de propósito y lo puso en movimiento. Este motor azul sugiere que el objeto goza de independencia, se ha separado del mundo al que pertenecía y continúa existiendo, tiene su historia a pesar de no ocupar el contexto para el que fue diseñado.

Este motor naufragado fue sometido a un proceso que implica el desprendimiento de las ataduras terrenales, del contacto con el hombre y de su pulso vital, llamando ineludiblemente a la muerte. Ya no puede realizar su función y en su lugar aparece un nuevo objeto como expresión cristalizada de la energía y el ingenio del motor que fue.

La cristalización de este objeto es tan hermosa como incapacitante. Por un lado, mata al objeto que era, y por otro lo engalana con un manto de vida salvaje. Los cristales azules seguirán mutando, a la deriva, palideciendo si pierden parte del agua que los compone, y tornándose verdes si el salitre del aire los alcanza.

Esta obra sucede y se conserva impertérrita gracias a la naturaleza custodia del hombre, pero sin el hombre y a pesar del hombre.

Referencias y más información:

JJ Charlesworth, «The New Citizen. On the Work of Roger Hiorns». Roger Hiorns, catálogo de exposición, Milton Keynes Gallery 2006.

Alex Farquharson and Andrea Schlieker, «British Art Show 6», catálogo de exposición, Hayward Gallery, London 2005.

«Seizure», catálogo de exposición, Artangel, London 2008

Smart & Moore , «Química del estado sólido» Ed. Addison-Wesley, 1995

F. Shriver & P. W. Atkins , «Química inorgánica» Ed. Oxford University Press, 2001

Este post ha sido realizado por Deborah García Bello (@Deborahciencia) y es una colaboración deNaukas con la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

2 comentarios

  • Avatar de Astur

    Y, como es desgraciadamente habitual en el arte moderno, el continente (la interesante descripción de la «obra») es enormemente superior en todo al contenido (la «obra» en si)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *