Científico, ¿cómo usas Twitter?

Fronteras

«La verdad es que no lo sé, estamos haciendo un gran experimento sobre nosotros mismos, en medios sociales, somos científicos, comunicadores de la ciencia… esperamos lo mejor pero no tenemos ni idea de si funciona o no, no sabemos si es un buen uso de nuestro tiempo o si lo estamos perdiendo… en veinte años podría tener una idea mejor… lo que estamos haciendo realmente es correr el riesgo de dedicar una buena parte de nuestro tiempo a algo que puede o no ser bueno para nosotros, para la comunicación y la mejora de la ciencia”.

Confieso que llegué a la ciencia por Twitter. Decirlo es pertinente para lo que voy a contar. Llegué a interesarme por la ciencia y su comunicación a través de twitter, por la curiosidad que me provocaron determinados científicos me hicieron sentir por lo que contaban, cómo lo contaban y cómo interactuaban.

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Twitter es una red social con un potencial increíble. Un arma a disposición de la divulgación científica que anula los intermediarios y llega directamente al público. Los científicos que utilizan twitter cada vez son más y están más organizados para tratar de sacarle el máximo provecho. O eso creen, creemos. Pero, ¿cuál es la realidad?

El pasado enero se publicó en el Journal of Promotional Communications un artículo titulado Wow, I didn ´t know that before: thank you: How scientists use Twitter for public engagement en el que, a través de entrevistas a científicos usuarios de twitter, Allison Smith intentaba responder a una serie de preguntas. ¿Cómo usan Twitter los científicos? ¿A quién se dirigen? ¿Qué impacto creen que tiene el uso de la red de microblogging?

La divulgación científica engloba cualquier actividad comunicativa que plantee una interacción entre los científicos y una audiencia general. Durante muchos años todas estas actividades, las que fueran, partían de la idea de los científicos de que su papel era «educar» a la masa desconocedora de la ciencia. La comunicación científica era por tanto unidireccional, de arriba abajo, con la información circulando desde los científicos, nunca en sentido contrario.

Poco a poco, y creo que en parte por la interacción que permiten las redes sociales, el modelo educativo de comunicación científica se ha ido limitando o intentando limitar, y ahora se abogan por un modelo de comunicación que fomente el diálogo y la interacción.

Se podrían definir tres niveles de divulgación científica según el modelo que propone Irwin (2008):

– Primer nivel: divulgación educativa. Los científicos enseñan, para que el conocimiento haga que el público «quiera» la ciencia.

– Segundo nivel: establecimiento de un diálogo y una interacción entre científicos y sociedad.

– Tercer nivel: inserta la ciencia en un contexto social más amplio, abordando las preocupaciones y prioridades de la sociedad, lo que incluye las múltiples perspectivas de los interesados.

Desde mi punto de vista, en España nos movemos ahora desde el primer nivel al segundo. La interacción entre científicos y público sigue siendo mínima, pero percibo en el mundo científico una preocupación por conocer al que está al otro lado. No me atrevo a afirmar que exista un diálogo, porque la brecha sigue siendo muy profunda, pero sí que a la comunidad divulgadora le interesa conocer a la sociedad: ¿Quién me lee? ¿Cómo me lee? ¿Qué publico irá a mi charla? ¿Qué espera la audiencia que cuente? ¿Cómo tengo que contarlo para que llegue a ese público?

¿Qué valores tiene Twitter para la comunicación científica?

– Permite contarle al mundo, sin intermediarios, qué estás haciendo, leyendo o en qué estás trabajando.

– Permite tener acceso a información interesante y relevante simplemente seleccionando a los usuarios adecuados. Usuarios que se preocupan de leer, filtrar y compartir esos contenidos.

– Permite observar, absorber y conocer sin tener que dar nada a cambio. De hecho todas las estadísticas demuestran que la mayoría de los usuarios de twitter son observadores.

Allison Smith entrevistó a 14 científicos,8 mujeres y 6 hombres. Físicos de partículas, astrónomos, ingenieros, oceanógrafos, geoquímicos y científicos planetarios estadounidenses e ingleses. Los reclutó a través del hastag #scicomm. Como señala Paige Brown Jarreau, esta elección ya introduce un sesgo. Si utilizas #scicomm en tus tweets, obviamente te preocupa, piensas o dedicas medio minuto a pensar en la comunicación científica más allá del contenido.

Con su uso de twitter, la mayoría de los entrevistados pretendía educar, despertar la curiosidad, explicar la ciencia y, en cierta manera, «traducirla» para hacerla accesible. Este uso de twitter es por tanto muy parecido al de los blogueros científicos.

¿Con quién hablan?

A pesar de ser conscientes de la potencialidad de Twitter como herramienta de comunicación bidireccional, y de valorar positivamente la posibilidad de establecer diálogos, los entrevistados reconocían que establecían ese diálogo con colegas, estudiantes o científicos de otras disciplinas. En el caso de desconocidos, algunos confesaban intentar responder y otros reconocían «exigir» que la otra parte cumpliera ciertos criterios para entablar un diálogo.

En este apartado de las entrevistas me ha resultado curiosa la sorpresa de algunos científicos ante el hecho de que el público, desconocidos que interactúan con ellos en Twitter, preguntando o haciendo observaciones, sean gente con criterio, ideas y opiniones valiosas. Gente que a pesar de no ser científica tiene algo que decir. Es una situación que he observado mucho en el mundo de la divulgación científica española en Twitter.

¿A quién se dirigen?

La mayoría de los entrevistados tiene una opinión muy favorable de sus seguidores, considerándolos interesados entusiastas y receptivos. Como señala Allison, esta idea de la audiencia ya supone un modelo de comunicación de primer nivel, no de diálogo. Muchos consideran también que el público es fácilmente manipulable, especialmente por la información anticientífica y las pseudociencias.

Por ello, cuando comparten información piensan en un público interesado en la ciencia pero sin formación, un público al que van a enseñar. Algunos señalan, y me parece curioso, que cuando tuitean piensan en sus directores de tesis, sus compañeros de trabajo, sus jefes, o incluso ¡sus madres!, para establecer una especie de autocensura.

Otros dicen tuitear para ellos mismos: son su propia audiencia y por tanto comparten la información que les interesa, sin tener en cuenta al público.

¿Cómo saben si su uso de Twitter es efectivo?

La mayoría confiesa no haberse planteado la efectividad de su uso de la red social para establecer un diálogo. Al considerarlo confiesan dedicar más tiempo a pensar sus tuits y haberse profesionalizado en el uso de las redes sociales. Muchos se preocupan de seguir las cuentas adecuadas, equilibrar el contenido que retuitean con el que generan, prestar atención a las horas, etc. Muchos intentan mantener la interacción, pero esto consume mucho tiempo y no siempre es posible.

Algunos tienen ambiciones más modestas y confiesan utilizar Twitter como diversión, aunque hayan encontrado a veces un importante feedback para su actividad científica.

«Como comunicador científico pienso que lo mejor que podemos hacer es estar comprometidos… ser precisos y hacer todo lo posible para llegar a un público que por lo que sea ha llegado hasta nosotros».

Creo que Twitter es una herramienta de comunicación muy potente que sólo ahora empieza a descubrirse a los científicos con todo su potencial. Muchos de los que empezaron a utilizarlo por curiosidad, por diversión y para compartir sus contenidos, han descubierto las posibilidades de la red de microblogging. Twitter les ha permitido asociarse y agruparse con científicos de su misma especialidad, con otros científicos y conocer al público que está al otro lado. Ahora sólo queda conocerse y establecer un diálogo provechoso para todos.

*Las citas perteneces al estudio de Allison Smith.

Referencias:

Smith, A. 2015. «Wow, I didn’t know that before; thank you»: How scientists use Twitter for public engagement, Journal of Promotional Communications, 3 (3): 320-339.

Using Twitter to Interact, But Science Communication to Preach

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Sobre la autora: Ana Ribera (Molinos) es historiadora y cuenta con más de 15 años de experiencia en el mundo de la televisión. Autora de los blogs: Cosas que (me) pasan y Pisando Charcos.

6 comentarios

  • […] "La verdad es que no lo sé, estamos haciendo un gran experimento sobre nosotros mismos, en medios sociales, somos científicos, comunicadores de la ciencia… esperamos lo mejor pero no tenemos ni idea de si funciona o no, no sabemos si es un […]

  • Avatar de Yanko

    La verdad, Moli, me da que la masa de científicos usuarios de Twitter, con asiduidad relevante, no llega a muestra estadística de la que se puedan sacar ideas como las que nos cuentas en tu post.
    Yo uso Twitter como fuente de información y como una forma de moderar mis convicciones con las de otros. Y también como acompañante de mi cerveza solitaria de cada noche.

  • Avatar de Pilar

    Bueno, yo creo que lo que dices es una constatación de lo que actualmente hay. Para mí es una herramienta más para divulgar el pensamiento crítico, que es inherente a la Ciencia, y que tan importante es. Bueno, es que es fundamental en un mundo donde se está perdiendo el Norte y hay una tendencia clara a la manipulación. Vamos, que falta espíritu crítico y cualquier herramienta encaminada a fomentarlo… Chapeau! Y qué mejor que la Ciencia?

  • […] “La verdad es que no lo sé, estamos haciendo un gran experimento sobre nosotros mismos, en medios sociales, somos científicos, comunicadores de la ciencia… esperamos lo mejor pero no tenemos ni idea de si funciona o no, no sabemos si es un buen uso… […]

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