Las actividades animales

Animalia

Los animales pueden ser tratados como sistemas abiertos que intercambian materia y energía con su entorno y que ejercen un cierto control sobre esos intercambios. Agua, sales, elementos estructurales, energía química, oxígeno, calor, así como los restos químicos de sus actividades (CO2, sustancias nitrogenadas,…) son objeto de un trasiego continuo. La capacidad de un individuo para que ese flujo, en una y otra dirección (hacia dentro y fuera del organismo), rinda el máximo beneficio energético posible, a la vez que las condiciones estructurales y fisico-químicas internas permiten el mantenimiento de su integridad funcional, es lo que determina su éxito reproductor y, por lo tanto, su aptitud biológica en términos darwinianos.

Cualquier clasificación que se quiera hacer de las actividades animales de acuerdo con las funciones a cuyo servicio se encuentran contiene, necesariamente, algún criterio arbitrario. Eso es así porque varias de esas actividades cumplen funciones en más de un ámbito. A los efectos de lo que nos interesa exponer aquí, pueden agruparse en las siguientes tres grandes categorías: (1) mantenimiento de la integridad estructural y funcional del organismo; (2) adquisición y procesamiento de los recursos necesarios para producir copias de sí mismo; y (3) control e integración de los procesos implicados en las funciones anteriores y en las relaciones (del tipo que fueren) con el resto de organismos del mismo o de otros linajes.

La primera categoría engloba las actividades implicadas en el mantenimiento de las condiciones que permiten que los procesos fisiológicos cursen de tal forma que el sistema animal en su conjunto mantenga su integridad. En rigor cabría atribuir a esta categoría casi todas las actividades –todas con la única excepción de las reproductivas y algunas acciones hacia el exterior-, pero algunas de ellas tienen cometidos más específicos, por lo que serán tratadas de acuerdo con su especificidad. La integridad funcional depende de los siguientes elementos: (1) mantenimiento del balance de agua y solutos en las células y en el individuo en su conjunto, incluyendo el concurso del sistema excretor; (2) equilibrio ácido-base de los líquidos corporales; (3) funcionamiento de un sistema de distribución y transporte de información, gases, nutrientes, deshechos y calor; (4) tareas de defensa; y (5) sistema de captación de O2 y eliminación de CO2 y transporte de estos gases.

La segunda categoría comprende las actividades mediante las cuales se adquieren y procesan los recursos que proporcionan (1) la energía química que alimenta el conjunto de las actividades animales, y (2) los elementos estructurales que se necesitan para elaborar nuevos tejidos, ya sean para la línea somática o la línea germinal. Incluye, por lo tanto, (1) funciones de adquisición, digestión y absorción del alimento, (2) la actividad metabólica en su conjunto, y (3) balance energético de los procesos de ganancia y pérdida de energía, del que depende el crecimiento y la reproducción del individuo.

Y en la tercera categoría se incluyen las actividades que permiten (1) recibir información del estado del organismo y del entorno, (2) procesar esa información y elaborar respuestas, y (3) ejecutar esas respuestas mediante cambios en las funciones fisiológicas internas o mediante actuaciones sobre el entorno. Esta categoría comprende el funcionamiento de los sistemas nervioso, endocrino y de los órganos efectores, especialmente los sistemas musculares.

Para concluir debemos remarcar una idea presentada al comienzo: los animales del presente son los herederos actuales de antecesores que, bajo las específicas circunstancias ambientales en que vivieron, han dejado mayor número de réplicas (parciales) de su información genética que otros muchos miembros de su linaje. Son, por lo tanto, herederos de los animales con mayor aptitud biológica de sus respectivas generaciones. Es a la luz de ese hecho como debe valorarse el modo en que cada individuo animal desarrolla sus actividades.

Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

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