El sueño del ornitorrinco gigante

Fronteras

 Ilustración de un ornitorrinco realizada entre 1798–1830. Imagen: Bilderbuch fur Kinder, J.F. Bertuch
Ilustración de un ornitorrinco realizada entre 1798–1830. Imagen: Bilderbuch fur Kinder, J.F. Bertuch

Cuentan los aborígenes australianos que en el «Tiempo del Sueño» vivió una obstinada hembra de pato llamada Tharalkoo. Un día desobedeció las advertencias de sus padres, la pata nadó río abajo y se encontró con la rata de agua Bigoon, que la violó y la retuvo contra su voluntad. Cuando Tharalkoo consiguió escapar y regresó con su familia, llegó el tiempo en que otras patas empezaron a poner huevos y ella hizo lo mismo. Pero en lugar de un precioso patito, de su huevo nació una extraña quimera con la piel de un roedor que podía poner huevos y tenía pies de pato: el primer ornitorrinco.

El ornitorrinco es una criatura tan particular que fue puesta en duda por los primeros científicos que tuvieron noticia de su existencia. En 1799 llegó a Europa el primer ejemplar enviado desde Australia por el capitán John Hunter al despacho del profesor George Shaw en el Museo de Historia Natural de Londres. Y lo primero que hizo Shaw fue meterle las tijeras para encontrar el engaño, pues creía que se trataba de la típica falsificación obra de taxidermistas chinos. Aún hoy, el ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus) es una perla rara de la evolución, pues se trata de un mamífero que pone huevos, tiene pico, aletas, dientes e incluso un particular veneno en las patas traseras de los machos.

El famoso espécimen disecado en el Museo de Ciencia Natural. Imagen: Universidad de California.
El famoso espécimen disecado en el Museo de Ciencia Natural. Imagen: Universidad de California.

Un grupo de científicos, liderados por Rebecca Pian, de la Universidad de Columbia, acaba de anunciar un descubrimiento que añade más elementos extraños alrededor de los orígenes del ornitorrinco. Mientras estudiaba en la Universidad de Nueva Gales del Sur, Pian descubrió olvidada en un cajón una curiosa pieza dental desenterrada en el yacimiento de Riversleigh (al noroeste de Queensland) a la que nadie había prestado atención y le pareció que pertenecía a un ornitorrinco. Pero tenía un tamaño excepcionalmente grande, así que siguió investigando.

Ahora, en un artículo[footnote]Pian R., Archer M. & Hand S.J. (2013). A new, giant platypus,, sp. nov. (Monotremata, Ornithorhynchidae), from the Riversleigh World Heritage Area, Australia, Journal of Vertebrate Paleontology, 131105092133001. DOI: [/footnote] publicado en la revista Journal of Vertebrate Paleontology, Rebecca Pian y su equipo aseguran haber identificado una especie de ornitorrinco gigante, que midió alrededor de un metro de longitud (el doble que los ornitorrincos actuales) y al que han bautizado como Obdurodon tharalkooschild(en homenaje a la obstinada Tharalkoo, antepasado mítico del ornitorrinco actual). Este animal vivió hace entre 5 y 15 millones de años y esto introduce una novedad en lo que sabemos sobre la evolución de estos monotremas, puesto que se encontraron ejemplares anteriores de menor tamaño y se creía que la evolución había sido más o menos lineal, reduciéndose en tamaño y perdiendo los dientes.

El molar de Obdurodon tharalkooschild. Imagen: Rebecca Pian.
El molar de Obdurodon tharalkooschild. Imagen: Rebecca Pian.

Los ornitorrincos actuales pierden los dientes en las primeras etapas de la vida y comen pequeños insectos blandos que trituran con una almohadilla callosa de la boca. Los dientes, y el tamaño de la nueva especie, sugieren que el ornitorrinco gigante pudo ser carnívoro y quizá se alimentaba de presas mayores, como ranas. Estos datos, asegura Pian, muestran que «la evolución del ornitorrinco es potencialmente más complicada de lo que pensábamos» y cabe la posibilidad de que se trate de una rama separada de este orden que se extinguió en algún momento.

Esta novedad se añade a los sucesivos cambios que se han introducido en el árbol de la evolución del ornitorrinco en las últimas décadas. En los años 50 se pensó que los monotremas procedían evolutivamente de los marsupiales (abundantes también en Australia), pero las investigaciones actuales apuntan a que los ornitorrincos son una ramificación aún más antigua del árbol de los mamíferos. El fósil más antiguo de ornitorrinco tiene 61 millones de años y se encontró en Argentina, lo que indica que vivieron en el supercontinente de Gondwana cuando Sudamérica y Australia aún estaban unidos.

Sobre el autor: Antonio Martínez Ron es periodista

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