El llamado canto de Axlor es un canto de arenisca grabado durante el Paleolítico Medio y recuperado hace más de 30 años en el yacimiento de Axlor, un abrigo rocoso situado en las inmediaciones de Dima (Vizcaya). En el momento del descubrimiento, la pieza fue descrita como deliberadamente modificada, pero desde entonces ha sido fundamentalmente ignorada. Un nuevo estudio, realizado por Marcos García, Blanca Ochoa e Ignacio Barandiarán, del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la UPV/EHU y publicado en el Journal of Anthropological Research, ofrece una nueva descripción y documentación adicional de la pieza añadiendo otra evidencia más al debate abierto sobre la capacidad simbólica y la complejidad de la mente neandertal.
El canto de Axlor, de hace al menos 45.000 años, presenta grabada una forma de X, una evidencia de componente lineal del comportamiento gráfico-simbólico de los neandertales en Europa. Esta forma representa el progresivo uso social de los símbolos a través de construcciones basadas en la percepción visual. La estructura y la secuencia rítmica de las líneas ejemplifican el comportamiento conceptualizado no figurativo que también estuvo presente en las poblaciones de Homo sapiens sapiens de África y el Próximo Oriente. La aparición de la capacidad para el pensamiento gráfico no es, por tanto, un fenómeno específico y exclusivo de nuestra especie.
Las evidencias de comportamiento simbólico neandertal no son abundantes en el Paleolítico Medio europeo. No hay ninguna evidencia clara de actividad artística figurativa y los elementos de adorno personal son muy escasos, como los de los yacimientos de Arcy-sur-Cure, donde también hace 40.000 años decoraron sus utensilios de hueso con líneas.
El tema lineal representado en la piedra de Axlor convivió con otras formas de expresión menos frecuentes (como las cúpulas de La Ferrassie y una pieza figurativa singular en La Roche Cotard) y que, probablemente, no tuvieron tanta incidencia social entre las poblaciones neandertales como la tradición gráfica lineal, que en Europa muestra cierto grado de socialización desde hace al menos 60.000 años y coincidiendo con un momento de aparente mayor densidad demográfica. Estos artefactos confirmarían la capacidad simbólico-gráfica de especies anteriores al Homo sapiens sapiens para crear y utilizar “arte mueble”. Estas evidencias son una prueba de la aparición de la «modernidad conductual » entre los últimos neandertales.
El yacimiento de Axlor, una cueva localizada en el vizcaíno municipio de Dima, fue descubierta en la década de 1930 por José Miguel de Barandiarán, y sus niveles arqueológicos excavados han proporcionado abundante información sobre la forma en la que los neandertales fabricaban su instrumental de piedra (puntas, raederas, cuchillos…), sobre la fauna que consumían, sobre los métodos de caza que empleaban y sobre la forma en la que organizaban los espacios de habitación y trabajo. La revisión de la pieza se desarrolla en el marco de un proyecto sobre las conductas artísticas y simbólicas del Paleolítico, y sobre las causas y especies vinculadas a dichos comportamientos.
La evidencia de Axlor se suma a otras que se vienen acumulando de un tiempo a esta parte tanto para las últimas poblaciones neandertales como para las primeras de sapiens, proporcionando elementos renovados de discusión y de interpretación para comprender la transición del Paleolítico Medio al Superior, es decir del Homo neanderthalensis al Homo sapiens, y la conformación de la llamada conducta moderna, tradicionalmente atribuida de manera exclusiva a nuestra especie. El canto de Axlor, y otras evidencias similares, probarían, dejando poco lugar a dudas, la capacidad simbólica, gráfica y la complejidad de la mente neandertal.
Edición realizada por César Tomé López a partir de materiales suministrados por UPV/EHU Komunikazioa