Fue el fisiólogo Walter Cannon quien acuñó el término homeostasis en 1926 para referirse a las reacciones fisiológicas coordinadas que mantienen los estados estacionarios dentro del cuerpo. Creía que era necesaria una nueva palabra específica para diferenciar la complejidad de los sistemas de los organismos vivos, que incluía la coordinación integrada de todo un abanico de órganos, de los sistemas cerrados puramente físico-químicos en los que una compensación de fuerzas mantiene el equilibrio. Cannon lo describía de la siguiente manera:
“Los cambios en el entorno provocan reacciones [en el sistema abierto que es el ser vivo] o lo afectan directamente, con lo que se producen alteraciones del sistema. Estas alteraciones se mantienen dentro de unos márgenes estrechos ya que se ponen en acción ajustes automáticos dentro del propio sistema, con lo que se evitan oscilaciones importantes y las condiciones internas se mantienen prácticamente constantes.”
Cannon ilustró su concepto describiendo una serie de mecanismos que mantienen las condiciones constantes en la matriz fluida, el “medio interno”, de los animales superiores. Entre estas incluía la glucosa y el oxígeno en sangre, la temperatura, la presión osmótica o la concentración de protones. El conocimiento de los mecanismos que Cannon demostró que estaban implicados en estas reacciones provenía fundamentalmente de sus propios experimentos sobre el papel del sistemas nervioso autónomo y las secreciones de las glándulas adrenales. Sin embargo la asociación íntima que estableció entre los mecanismos homeostáticos y el mantenimiento de las condiciones del medio interno provenía en buena medida del también fisiólogo Claude Bernard, a quien Cannon reconocía el mérito de haber sido el primero en dar un “análisis más preciso” de las ideas generales sobre la estabilidad de los organismos. Cannon citaba especialmente una frase de Bernard: “Es la inmutabilidad del milieu interieur la condición para la vida libre e independiente”.
Si bien la homeostasis era un concepto fisiológico en sus orígenes, tras la Segunda Guerra Mundial se amplió el concepto con la constatación de la similitud de los mecanismos homeostáticos con los controles de retroalimentación en los servomecanismos. Los biólogos comenzaron a aplicar el concepto a todos los niveles (celular, orgánico, individual y social), con el ejemplo del mantenimiento de las concentraciones de los productos intermedios de una ruta metabólica a pesar del continuo flujo de materia y energía en esa misma ruta como el paradigma de lo que se entendía por regulación homeostática.
El mismo Cannon se preguntó en 1932 en un epílogo a su libro “The wisdom of the body” titulado “La relaciones de las homeostasis biológica y social” si no sería conveniente analizar otras formas de organización (industrial, doméstica o social) a la vista de la organización del cuerpo. Su sugerencia tuvo amplia aceptación y homeostasis hoy, en su acepción más amplia, significa el mantenimiento de un estado dinámico estable en un sistema por medio de procesos reguladores internos que contrarrestan perturbaciones externas del equilibrio.
Sobre el autor: César Tomé López es divulgador científico y editor de Mapping Ignorance
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