El «carnicero de Praga» murió a consecuencia de las heridas recibidas en un atentado. Pero no por una hemorragia ni porque tuviese afectados órganos vitales. Su ejecutor viajaba en las crines de caballo que rellenaban su asiento. JJ Gallego nos lo cuenta.
Edición realizada por César Tomé López a partir de materiales suministrados por eitb.eus