Un día de verano de 1950, mientras se dirigían a almorzar, los físicos Enrico Fermi, Edward Teller, Herbert York y Emil Konopinsky charlaron, entre otras cosas, acerca de las especulaciones sobre supuestos avistamientos de OVNIs. Hacía ya rato que habían cambiado de tema cuando, mientras almorzaban, Fermi, sin explicación previa dijo “¿Pero dónde diablos están todos?” Ninguno de los comensales necesitó preguntar a qué se refería; enseguida se dieron cuenta de que seguía pensando en la posible existencia de vida extraterrestre inteligente.
Lo que expresaba la exclamación del físico ítalo-americano era la extrañeza por no haber recibido aún la visita de seres de otros mundos. Fermi pensaba que había una probabilidad relativamente alta de que hubiesen florecido otras civilizaciones en la Vía Láctea y le parecía, por tanto, extraño que no hubiese pruebas de su existencia. Aunque él no fue el primero en formular esa impresión contradictoria, es conocida en la actualidad como la paradoja de Fermi.
En 1961, el astrofísico Frank Drake diseñó una ecuación que permitiría estimar el número de civilizaciones de nuestra galaxia con las que podríamos llegar a comunicarnos; el principal motivo de este ejercicio, no obstante, era promover el debate sobre la búsqueda de vida inteligente. En 1975 el también astrofísico Michael Hart elaboró en detalle el argumento de Fermi en un artículo científico. Y la astrofísica Sara Seager (1971) propuso en 2013 una versión paralela a la ecuación de Drake para estimar, en su caso, el número de planetas potencialmente habitables en nuestra galaxia*.
Por un lado, sabemos que en la Vía Láctea hay miles de millones de estrellas similares al Sol y, además, muchas de ellas se formaron millones de años antes. Por otro lado, es muy probable que una parte de esas estrellas tengan planetas similares al nuestro, por lo que no sería extraño que se haya desarrollado vida inteligente en ellos. Llegados a ese punto, no sería improbable que esos seres inteligentes realizasen viajes interestelares, de manera que nuestro planeta debería haber sido visitado ya por seres de otros mundos o, al menos, por sondas enviadas por ellos. Y sin embargo, no hay pruebas de que haya ocurrido nada de eso. De ahí la pregunta de Fermi: “¿Pero dónde diablos están todos?”
Como es lógico, se han ofrecido diferentes argumentos que podrían explicar la paradoja. Se ha propuesto que ciertas transiciones -de materia inerte a viva, de células simples a complejas, o de seres individuales a sociales, por ejemplo- han necesitado mucho tiempo en otros mundos o, incluso, quizás no se han llegado a producir. Según la hipótesis de la Tierra Extraña, quizás las condiciones de nuestro planeta son excepcionales y hay muy pocos de similares características. Por otro lado, la vida inteligente tiene una historia muy breve en la Tierra, por lo que no sabemos hasta qué punto podría tratarse de un hecho realmente excepcional o único, y esta razón se puede extrapolar a la posesión de tecnología, mucho más limitada aún. Una propuesta de carácter apocalíptico sugiere que, a la vista de la hipotética propensión de los seres humanos a matarse unos a otros, la vida inteligente tienda quizás a destruirse a sí misma. O quizás tiende a aniquilar a otras formas de vida inteligente, haciendo esta mucho más efímera. Otros suponen que la capacidad de una civilización para expandirse por la galaxia está limitada por el agotamiento de los recursos necesarios. O puede, sencillamente, que no estemos buscando de la forma apropiada.
Sea como fuere, cada vez contamos con mejor tecnología para explorar el espacio y hay programas específicos para tratar de encontrar vida ahí fuera. Me daría verdadero vértigo si la encontrásemos. Pero me daría más vértigo aún si supiésemos que no la hay, que nos encontramos absolutamente solos en el Universo.
*Nota: He añadido la referencia a la versión de Sara Seager tras la publicación original de la anotación tras una observación en twitter de Marta Macho al respecto.
Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU
Rawandi
La paradoja de Fermi se explica fácilmente con los argumentos expuestos en el artículo. Puede haber muchos planetas con vida celular simple (procariota) que nunca ha dado el salto hasta la célula compleja (eucariota), o que sí ha dado ese salto particular pero se ha detenido en alguna otra de las muchas «transiciones» evolutivas que requiere la aparición de la conciencia reflexiva (autoconciencia).
El incremento de la complejidad de los organismos requiere seguramente condiciones planetarias bastante especiales, como por ejemplo la existencia de una luna que estabilice el eje del planeta, o una masa lo suficientemente grande como para conservar el calor interno. Recordemos que la Tierra es el planeta más denso de todo el Sistema Solar, y el único que posee tectónica de placas, la cual estabiliza el clima porque recupera el carbono acumulado en los sedimentos oceánicos y lo reenvía a la atmósfera mediante las erupciones volcánicas. Si no fuera por el CO2 atmosférico, la Tierra estaría completamente congelada.
Curioso
Siento discrepar con tu elaborado comentario. Últimamente existen teorías muy elaboradas y desarrolladas que dicen que la Tierra no es el planeta más adecuado para la vida de todos los que pueden existir. Son los planetas superhabitables. Se cree que la luna no es una ventaja para un planeta superhabitable sino una desventaja. La tectónica de placas no juega un papel fundamental y se dice que la gravedad terrestre es demasiado baja, con mayor gravedad la atmósfera sería más densa y la necesidad de gases de efecto invernadero sería menor. La conclusión es que quizás haya planetas mejores para la vida que la Tierra.
Iñaki
Yo creo que si existe vida inteligente fuera de la Tierra (a veces dudo de que exista dentro) Segun vemos en el sistema solar parece que lo normal es que no haya signos de vida inteligente en otros planetas, pero creo que a lo largo del espacio habrá en esta y otras galaxias un puñado de planetas con seres vivos que miren al cielo y se hagan preguntas.
Lo dificil, en mi opinión, será el contactar con ellos y poder entenderlos.
Yo creo que todos los seres inteligentes tienden a explorar. Es cuestión de tiempo que miren al cielo y busquen mas alla…
Masgüel
El problema de la paradoja de Fermi es que asume demasiados supuestos discutibles. Imaginemos que la vida inteligente en otros planetas es frecuente.
– Nada obliga a una especie inteligente a desarrollar una cultura tecnocientífica que le permita el viaje espacial y menos aún el viaje interestelar. No es el destino inevitable de la inteligencia. Hasta hace dos telediarios a ningún ser humano se le ocurrió la idea de realizar algo semejante. No eran menos inteligentes que nosotros, pero nisiquiera sabían que vivían en un planeta. Ni falta que les hacía para inventar el ajedrez, la silla de montar con estribos, la crítica de la razón pura, el potaje de garbanzos o el sueño lúcido.
– O quizá sí lo han intentado y han comprobado que las biosferas artificiales no son viables a largo plazo. Quizás la dependencia de todas las especies a su biosfera natural es tan estrecha y compleja que no hay manera de reproducirla fuera de su planeta de orígen.
– O quizá sean capaces de realizarlo, pero comprendan que el viaje interesteral es inútil, que no hay nada que hacer o aprender en otra estrella que no pueda hacerse en la propia.
Pero comparto tu vértigo ante la posibilidad de ser la única especie del universo capaz de hacerse estas preguntas. En ese caso, “the show must go on” se convierte en un imperativo ineludible. Si, como decía Carl Sagan, somos el despertar de la consciencia del universo, comprenderlo implica una tremenda responsabilidad. Como recitan en esa peli que tanto gusta a los físicos,»Rage, rage against the dying of the light».
Rawandi
Toda civilización tecnológica inevitablemente realizará ‘algunos’ viajes espaciales. Ahora bien, quizá el viaje espacial sea tan caro y tan peligroso que los alienígenas acaben llegando a la conclusión de que no merece la pena el esfuerzo. Eso es lo que nos ha pasado a los terrícolas. Hace medio siglo enviamos seis misiones tripuladas (del Apolo XI al XVII, salvo el XIII) a nuestro patio de atrás, la Luna. Y desde entonces, absolutamente nada. El viaje espacial ha resultado tremendamente más difícil de lo que imaginaban los autores de ciencia ficción.
Lukas
– Nada obliga a una especie inteligente a desarrollar la capacidad de viajar por el cosmos, pero si lo piensas bien, la curiosidad es algo paralelo a la inteligencia. Por ello, una civilización inteligente tendrá curiosidad por descubrir y aprender de lo que se encuentre en el universo, igual que nosotros sentimos esa misma curiosidad, y eso haría factible que una civilización así desarrolle los viajes espaciales.
– Puede que en un determinado momento de su evolución hayan llegado a plantearse eso que tú dices, que reproducir su biosfera fuera de su planeta en ese momento no es factible, pero no necesariamente implica que sea imposible durante toda su evolución. La tecnología avanza y las posibilidades que otorga también, y al igual que para nosotros hoy en día sería imposible vivir permanentemente en el espacio por los problemas asociados a la falta de gravedad y demás complicaciones, o la actual imposibilidad de recorrer las vastas distancias interestelares, no impiden que en un futuro sean posibles.
– Creer que el viaje interestelar sea inútil y que no hay nada fuera que no puedan aprender/hacer que no sea posible en su sistema estelar es una forma demasiado humanizada de pensar sobre el cosmos y claro reflejo de lo cortos de miras que somos globalmente a consecuencia de lo «joven» que es aún nuestra civilización.
Nos creemos el ombligo del universo. Creemos que somos el ejemplo universal, esa vara de medir a partir de la que tomar referencias para todo lo demás. Porque nos basamos en lo que conocemos, que apenas representa una minúscula parte del cosmos.
Apenas llevamos existiendo 200 mil o 300 mil años de los 4500 millones de años que se estima que se formó nuestro planeta. Pero nuestro sistema estelar dentro de la galaxia es tremendamente joven y perfectamente podría existir otras civilizaciones desde hace millones de años, las cuales habrían sobrepasado las barreras que nuestro limitado conocimiento y sobretodo nuestra arrogancia nos plantean.
La triste conclusión de todo esto es que somos demasiado arrogantes.
Masgüel
“una civilización inteligente tendrá curiosidad por descubrir y aprender de lo que se encuentre en el universo”
O no. Puede faltarles curiosidad. Pueden creer que ya saben todo lo que hay que saber, porque acepten una autoridad concreta como única fuente de conocimiento verdadero (como nuestros fundamentalistas). O puede que su imagen del universo, parecida a alguna de las que hemos manejado nosotros (un plano cubierto por una cúpula, por ejemplo), limite su espacio de búsqueda (como decía D. Rumsfeld “there are unknown unknowns, the ones we don’t know we don’t know). Nuestra imagen actual del universo tampoco es el destino ineludible de una especie inteligente.
“que reproducir su biosfera fuera de su planeta en ese momento no es factible, pero no necesariamente implica que sea imposible durante toda su evolución”
Claro que no. Ni lo contrario. Digo que es una posibilidad. Y el problema no es la ausencia de gravedad, fácil de solucionar con hábitats rotatorios. Estaba pensando más bien en la dependencia de la microbiota humana con los ecosistemas terrestres.
“Creer que el viaje interestelar sea inútil y que no hay nada fuera que no puedan aprender/hacer que no sea posible en su sistema estelar es una forma demasiado humanizada de pensar sobre el cosmos”
Salvo que, efectivamente, no haya vida fuera de la Tierra. En ese caso no habría física, geología, astrofísica o cosmología que pueda hacerse orbitando Epsilon Eridani y no pueda hacerse en nuestro sistema solar.
La alternativa más fascinante, para mi, sería la existencia de otras formas de organización tan compleja y la vez tan distinta a la vida en la Tierra que no hubiese forma de entenderla.
“Nos internamos en el cosmos preparados para todo, es decir para la soledad, la lucha, la fatiga y la muerte. Evitamos decirlo, por pudor, pero en algunos momentos pensamos muy bien de nosotros mismos. Y sin embargo, bien mirado, nuestro fervor es puro camelo. No queremos conquistar el cosmos, sólo queremos extender la Tierra hasta los lindes del cosmos. Para nosotros, tal planeta es árido como el Sahara, tal otro glacial como el Polo Norte, un tercero lujurioso como la Amazonia.(…) Nos consideramos los caballeros del Santo-Contacto. Es otra mentira. No tenemos necesidad de otros mundos. Lo que necesitamos son espejos. No sabemos qué hacer con otros mundos.” “Solaris” – S. Lem.
Jose raul juarez santiago
Nuestro destino obligado es buscar hasta encontrar una respuesta a la paradoja de Fermi, para saber en donde diablos estan todos.
Iñaki
Yo creo que si existe vida inteligente fuera de la Tierra (a veces dudo de que exista dentro) Segun vemos en el sistema solar parece que lo normal es que no haya signos de vida inteligente en otros planetas, pero creo que a lo largo del espacio habrá en esta y otras galaxias un puñado de planetas con seres vivos que miren al cielo y se hagan preguntas.
Lo dificil, en mi opinión, será el contactar con ellos y poder entenderlos.
Gabriel
Pienso que hay vida fuera de la tierra en la galaxia pero no creo que el contacto sea algo sencillo porque si lo fuese otros ya nos hubieran contactado, como van las cosas aquí en la tierra si no nos apresurados a frenar el cambio climático hay que ver si una zonda llega a próxima centauri, por ejemplo si hay vida inteligente dentro de la vía Láctea porque no enviaron sus robots a contactarnos, o porque no hemos recibido señales, eso demuestra que las distancias espaciales son extremadamente grandes con la tecnología actual se tardaría 75000 años en llegar a próxima centauri, viajando a 60000 km/h la máxima velocidad alcanzada por el conocimiento tecnológico humano, todo esto es hasta ahora tal vez en unos años las cosas cambien se habla de una posibilidad de acelerar los viajes no tripulados usando una vela solar, otros dicen que no podremos llegar a otra estrella en los próximos 1000 años, no queda otra que esperar a ver que pasa
Vicente J. Tenorio
No se como de inteligente seremos cuando estamos intentando de buscar otro mundo, no solo por explorar y conocer, sino por encontrar otro lugar donde irnos por que estamos quemando este mundo que ya tenemos y tan maravilloso es y no nos planteamos seriamente y de una vez que lo primero sería cuidarlo e intentar revertir el camino de autodestrucción que hemos tomado. A lo mejor sería lo más correcto que no encontrásemos otro lugar donde hacer lo mismo.
Pablo
Pero la cuestión no es porque no han visitado la tierra, ya que eso supone una empresa muy costosa y compleja para cualquier civilizacion, si entendemos que la tierra es sólo un grano de mostaza perdido en el inmenso desierto que es nuestra galaxia.
La cuestión, es porque no hemos recibido señales de radio provenientes de estas civilizaciones, o porque no han recibido o no han decidido responder a las que emitimos nosotros desde hace más de medio siglo.
A 60 años luz de distancia hay muchas estrellas y sistemas a donde ya habrán llegado estas señales, y de momento, nadie responde.
burens
Creo firmemente en la existencia de vida extraterrestre, de hecho estoy convencido de que los ingredientes necesarios para iniciar su desarrollo llegaron a la tierra a bordo de cometas y asteroides, incluso extrasolares. La cosa se complica cuando hablamos de vida inteligente, planetas con las condiciones adecuadas para albergar vida habra muchos e incluso en algunos se habra desarrollado, el problema son los continuos contratiempos que tienen lugar en esos planetas (radiacion, cambio climatico, meteoritos, cometas, glaciaciones, supervolcanes, supernovas, etc) la lista de desastres naturales a las que se puede enfrentar un planeta es amplia, el universo no es nada acogedor. Solo tenemos que fijarnos en la tierra, hasta en cinco ocasiones se han producido extinciones masivas, en alguna de ellas desaparecio mas del 95% de toda forma de vida,( dando a los mamifero la ventaja definitiva por cierto) no es que hayamos tenido suerte… es que nos toco la loteria una vez y otra y otra y otra y otra… vamos, algo que escapa totalmente a la razon. Por eso creo que la vida extraterrestre sencillamente no tiene el tiempo y la estabilidad necesaria, evolutivamente hablando, para convertirse en inteligente. Aunque no es imposible es altamente improbable que se de una concatenacion parecida a la que sucedio en este planeta.
Leonardo
Personalmente creo que sí hay vida inteligente en otros mundos, pero sólo debemos ser unas cuántas civilizaciones incomunicadas por la inmensidad del cosmos.
Vida bacteriana debe haber en muchos lugares, pero para pasar a otro nivel de complejidad como los organismos eucariotas y pluricelulares se necesita un metabolismo más avanzado con un elemento muy oxidante, como el oxígeno, que no hubo suficiente en el planeta hasta que los procariotas fotosintéticos empezaron a liberarlo como desecho. Y esto toma mucho tiempo.
Luego que las células sean capaces de generar esa energía, debe aparecer la vida pluricelular y finalmente un organismo inteligente de una forma casi azarosa.
Que el bioma permanezca después de este tiempo no debe ser muy fácil (sin contar la necesidad de contar con una capa que proteja de rayos mutagénicos como el ozono).
Por otro lado es cierto que el universo es más antiguo que la tierra, pero para que haya complejidad se necesitan varios elementos de la tabla periódica lo que la primer generación de estrellas no tenian.
¿Estamos solos en el universo? — Cuaderno de Cultura Científica
[…] original: ¿Pero dónde diablos están todos? Juan Ignacio Pérez, Cuaderno de Cultura Científica, 5 de enero de […]