En español es muy común cambiar de tono al hablar para transmitir emociones o hacer preguntas. ¿Pero sabías que, en algunos idiomas, la entonación con la que se pronuncian las sílabas influye sobre el significado mismo de las palabras? El mandarín, el cantonés o el vietnamita son ejemplos de estas lengua llamadas tonales.
En mandarín, por ejemplo, la palabra “ma” se puede pronunciar con cuatro tonos diferentes. Mírate este pequeño video para entenderlo. Descubrirás también como estos cambios de entonación pueden ayudar a los hablantes de un idioma tonal a “escuchar mejor”.
Vídeo: El oído absoluto y las lenguas tonales. (Animación: Morgane Goyens)
La mayoría de las personas es capaz de identificar multitud de pasajes musicales. Sin embargo, el oído absoluto, la capacidad de identificar una nota sin ninguna referencia, es rarísima. En Europa y Estados Unidos tan solo una persona de cada diez mil posee esa capacidad.
Fueron investigadores de la Universidad de California en San Diego los que establecieron la relación entre la prevalencia del oído absoluto en los hablantes de un idioma tonal. Realizaron una prueba en la que se pedía que se identificasen notas emitidas en orden aleatorio. Las personas que hablaban con fluidez el mandarín, cantonés o vietnamita, identificaban más del 90% de las notas si habían empezado a estudiar música antes de los cinco años y algo menos del 90% si lo habían hecho entre los cinco y los nueve años. Por contra, los hablantes de inglés, que no es una lengua tonal, tan solo identificaban el 25% y el 12% en cada caso.
Hablar un idioma tonal, sin que importe el origen del hablante, proporciona una ventaja muy significativa para aprender la música. Pero la explicación de su origen no está clara. La hipótesis del aprendizaje temprano sostiene que la prevalencia es mayor entre los niños que han recibido una educación musical precoz. Un grupo de científicos de la Universidad de California en San Francisco hicieron un estudio con 600 estudiantes de un colegio de música y encontraron que el 40% de los que habían empezado su aprendizaje musical antes de los cuatro años tenían oído absoluto, frente a solo el 3% entre los que habían empezado después de los 9 años. La segunda hipótesis es la del origen genético. De los que poseían el oído absoluto en el estudio anterior, el 48% tenían un familiar en primer grado que lo poseía también, mientras que entre los que no tenían esta capacidad esto ocurría solo en el 14% de los casos. Es posible que las dos teorías se complementen y que la aparición del oído absoluto sea una interacción entre factores genéticos y ambientales.
Referencias consultadas:
Baharloo, S., Johnston, P., Service, S., et al. (1998). Absolute pitch: An approach for identification of genetic and nongenetic components. American Journal of Human Genetics, 62(2), 224–231. DOI: 10.1086/301704
Zatorre, R. I. (2003). Absolute pitch: a model for understanding the influence of genes and development on neural and cognitive function. Nature Neuroscience, 6(5), 692–695. DOI: 10.1038/nn1085
Autora: Morgane Goyens (IG @mo.goyens), alumna del Postgrado de Ilustración Científica de la UPV/EHU – curso 2019/20
Artículo original: El oído absoluto y las lenguas tonales. Juan Ignacio Pérez, Cuaderno de Cultura Científica, 31 de julio de 2017.
“Ilustrando ciencia” es uno de los proyectos integrados dentro de la asignatura Comunicación Científica del Postgrado de Ilustración Científica de la Universidad del País Vasco. Tomando como referencia un artículo de divulgación, los ilustradores confeccionan una nueva versión con un eje central, la ilustración.