Aunque pueda sorprenderles -o cuanto menos parecerles duplicado el título del artículo- lo cierto es que hace apenas dos semanas hablábamos en este mismo espacio sobre como el uso de técnicas como los rayos X o la imagen con neutrones podrían ayudarnos a estudiar de dónde vino el agua de nuestro planeta al mostrarnos las regiones de los meteoritos con mayor contenido en esta, especialmente en minerales hidratados, y de ahí tomar muestras para su análisis con una mayor precisión.
Pero no toda el agua del Sistema Solar se encuentra en nuestro planeta, ni mucho menos, y sin duda, uno de los planetas de los que más nos interesa conocer su historia por sus fuertes implicaciones geológicas y también astrobiológicas es Marte, especialmente porque sabemos que hubo masas de agua estable en su superficie durante periodos prolongados – quizás incluso durante los mil primeros millones de años de existencia- y porque quizás responder a la pregunta sobre el origen de su agua nos ayude a comprender mejor de donde pudo venir la de la Tierra ya que, al fin y al cabo, ambos son planetas rocosos y podría haber ciertas similitudes en el modo de llegada de esta a los planetas interiores.
En un nuevo estudio -publicado el pasado día 16 de noviembre- un equipo formado por científicos de las universidades de Copenhague, Paris, Zúrich y Bern han analizado 31 meteoritos marcianos, entre ellos el famoso ALH84001, que en 1996 saltó a la fama por las posibles formas de vida que había descubierto un equipo de investigadores de la NASA y que a día de hoy siguen siendo cuestionadas.
Como decíamos en el anterior artículo, el origen del agua en los planetas sigue también bajo una gran controversia, pero por norma general se aceptaba que el agua de las superficies planetarias y sus atmósferas venía principalmente de la degasificación fruto del enfriamiento y actividad volcánica de estos y que, de algún modo, esta agua venía ya incluida en la receta de la formación planetaria.
Pero este nuevo artículo parece sugerir justo lo contrario -al menos en el caso de Marte- y es que la mayor parte del agua habría llegado al planeta tras su formación, especialmente a partir de condritas carbonáceas, un tipo de meteoritos ricos en carbono, pero que también pueden contener un alto porcentaje en agua y provenientes del Sistema Solar exterior, donde los volátiles podrían condensarse con una mayor facilidad, formando parte de los cuerpos que posteriormente impactarían contra los planetas, especialmente en las primeras etapas del Sistema Solar tras su formación, donde las colisiones fueron un fenómeno muy habitual y como atestiguan las superficies de los cuerpos que menos han cambiado, como la Luna o Mercurio.
¿Cómo han llegado a esta conclusión? Pues gracias al estudio de las concentraciones de dos isótopos del cromo, el cromo-54 y el cromo-53, en los meteoritos marcianos, y comparándolas con las de las condritas carbonáceas, observando que las ratios isotópicas en ambos son muy parecidas, por lo que la fuente de el cromo-54, muy raro en Marte, podría provenir de este tipo de meteoritos.
Calculando aproximadamente un 10% de contenido en agua en las condritas carbonáceas, y haciendo un balance de cuantos impactos fueron necesarios para conseguir estos ratios isotópicos que observamos en los meteoritos marcianos, los científicos han calculado que a través del impacto de meteoritos que proviniesen del exterior del Sistema Solar podría haberse formado una capa de agua de más de 300 metros de profundidad que cubriese todo el planeta (si fuese llano, claro), a lo que habría que sumarle el agua que si se habría formado por el enfriamiento del planeta y la actividad volcánica, pudiendo llegar a formar océanos de hasta 1.5 kilómetros de profundidad.
Aunque este estudio es muy interesante, todavía quedaría por calcular los porcentajes de las aguas con diferente procedencia que han existido en Marte, aunque está claro que el agua llegada tras la formación del planeta es un porcentaje significativo.
No cabe la menor duda que el estudio de los meteoritos y las mejores técnicas analíticas que van surgiendo, nos van a posibilitar el descifrar, aunque sea paso a paso, la historia del agua en nuestro Sistema Solar.
Referencias:
Zhu, K. et al. (2022) Late delivery of exotic chromium to the crust of Mars by water-rich carbonaceous asteroids Science Advances, 8(46). doi: 10.1126/sciadv.abp8415.
Sobre el autor: Nahúm Méndez Chazarra es geólogo planetario y divulgador científico.
Nuevas pruebas a favor de un gran océano boreal en Marte — Cuaderno de Cultura Científica
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