El pasado es la referencia de la nostalgia, pero su ámbito psicológico puede extenderse hacia el futuro. Los sentimientos de nostalgia son universales, y resulta que, por comparación con la evocación de episodios ordinarios, elevan el optimismo o, al menos, generan expresiones de optimismo.
Esa es la conclusión principal de una serie de cuatro estudios en los que, utilizando diferentes procedimientos que no detallaré, se ha analizado la medida en que los sentimientos de nostalgia producen un estado de optimismo, así como los procesos mentales que intermedian en esa relación. Los estudios se han realizado con hombres y mujeres de distintas edades y de tres nacionalidades, estadounidenses, daneses e ingleses.
El primero de los estudios sirvió para identificar la posible existencia de la relación. El segundo ilustró que la inducción experimental de sentimientos de nostalgia hace que aumente el optimismo de las personas. El tercero reprodujo los hallazgos del anterior, utilizando, para ello, la exposición a canciones nostálgicas y, como control, a canciones normales. Este tercer estudio puso de manifiesto el papel mediador de la autoestima en el efecto de la nostalgia sobre el optimismo. Esto es, los sentimientos de nostalgia mejoran la autoestima y es esta última la que, al parecer, eleva el optimismo. Esta observación es coherente con hallazgos anteriores, según los cuales los recuerdos del propio pasado ayudan a mantener los sentimientos de amor propio; pero, además, extiende ese conocimiento hacia el futuro, en el sentido de que los sentimientos de autoestima provocados por la nostalgia pueden ayudarnos a mejorar nuestras perspectivas de futuro. El cuarto estudio ayudó a clarificar en mayor medida estos procesos, exponiendo a las personas que participaron en los experimentos a letras de canciones nostálgicas y, como control, a letras de canciones normales. Mediante este cuarto estudio se estableció una secuencia causal más extensa para la relación entre los sentimientos nostálgicos y la autoestima, al incluir como mediador de dicha relación la sensación de conectividad social.
Así pues, la nostalgia promueve la sensación de conectividad social; ésta, a su vez, eleva la autoestima, y como consecuencia de una mayor autoestima, aumenta el optimismo. O, dicho de otra forma, el aumento en la autoestima que experimentan los participantes es la consecuencia de un más intenso sentimiento de conectividad social que se deriva del ensueño nostálgico; y esa mayor autoestima es, por su parte, la que hace que aumente el optimismo.
Es sabido que el optimismo proporciona bienestar y beneficios en términos de salud. Por ello, y a tenor de los resultados obtenidos en estos experimentos, la nostalgia puede ser una vía muy adecuada hacia el bienestar, favoreciendo comportamientos saludables y éxito en las relaciones. Además, como se da la circunstancia de que el recurso a los recuerdos nostálgicos suele acentuarse en periodos de tristeza, soledad, aburrimiento o dudas existenciales, los resultados obtenidos en este trabajo implican que la nostalgia, al promover el optimismo, podría ayudar a las personas a hacer frente a la adversidad psicológica. La nostalgia, según los autores del trabajo, puede, en definitiva, ser un catalizador para conectar el pasado, presente y futuro de una persona, proporcionándole un sentido de continuidad.
Utilizando palabras casi textuales (pero traducidas) de los autores, la conclusión de este trabajo es que “la nostalgia no es una vieja fotografía en sepia guardada bajo llave en un cajón. Su poder, de largo alcance, puede iluminarnos el camino a seguir.”
Fuente: Wing-Yee Cheung, Tim Wildschut, Constantine Sedikides, Erica G. Hepper, Jamie Arndt y Ad J. J. M. Vingerhoets (2013): “Back to the Future: Nostalgia Increases Optimism” Pers Soc Psychol Bull 39: 1484.
Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU