Extrañas faunas que inspiran animes titánicos

Fronteras

Existe una serie de animación japonesa que a mí me encantó cuando la vi, aunque tengo cuidado a la hora de recomendarla porque no es apta para menores de 18 años (por la violencia y la sangre, no penséis mal), que te está bombardeando continuamente con spoilers escondidos desde el opening (es decir, la canción de apertura) del primer episodio. Su título es Shingeki no Kyojin, más conocida por estos lares como Ataque a los Titanes (una traducción mal hecha a propósito para evitar hacer el primer gran spoiler). Sin entrar demasiado en detalles sobre la trama, la historia trata sobre una ciudad amurallada que parece anclada en la edad media, pero con ciertos adelantos modernos (al estilo steam punk), que es atacada por unos gigantes hambrientos de carne humana, a los que llaman titanes, contra los que deben combatir, literalmente, a espadazos en la nuca.

Vale, seguro que os estáis preguntando qué demonios tiene que ver esto con la Geología. Pues para daros una explicación, voy a haceros unos spoilers yo también. Empecemos con el tercer opening de los ocho que hicieron (a cuál más épico y cargado de spoilers, por cierto), donde vemos al final desfilar una serie de animales prehistóricos con los que nos intentan hacer creer que el “gen” que transforma a los seres humanos en titanes ha existido siempre y ha afectado a diferentes seres vivos durante millones de años. Pues uno de los bichos que aparece durante apenas un par de segundos es una especie de gamba que ha tomado demasiados esteroides.

A) Captura de pantalla del tercer opening del anime de Shingeki no Kyojin, donde aparece un extraño animal acuático. B) Página del tomo 137 del manga, momento en que uno de los personajes habla sobre el origen de la vida, apareciendo más organismos acuáticos con formas muy curiosas. C) Captura de pantalla del tráiler de la cuarta temporada del anime en el que reaparece el gusano acuático de la imagen anterior. Fuentes: A y C, Estudio Mappa / fair use; B, Kodansha / fair use. A, B y C vía Crunchyroll

Pero esta no es la única vez que aparece este extraño animal en la obra. Si avanzamos hacia el final de la misma, hay un momento en que uno de los personajes intenta darle una explicación a todo lo que está pasando en ese mundo fantástico. Para ello, directamente se retrotrae a los orígenes de la vida en nuestro planeta, volviendo a aparecer esa enorme gamba. Aunque, en este momento, toma protagonismo otro bicho aún más extraño, una especie de gusano con peinado estilo punk, que, al parecer, es el culpable de todo lo que sucede en Shingeki no Kyojin.

Hasta aquí podríamos pensar que estos bichos tan raros han salido, directamente, de la mente artística del autor del manga original, Hajime Isayama. Pero, en realidad, este hombre se basó en hechos reales para inspirarse. En concreto, se fijó en una fauna muy particular y que supone uno de los hitos de la vida en nuestro planeta: la Fauna de Burgess Shale.

Visita guiada al yacimiento de Burgess Shale, en la Columbia Británica (Canadá), donde se enseñan al público asistente algunos de los ejemplares fósiles encontrados. Foto: Ryan Creary / Parques Nacionales de Canadá, vía IUGS

Para comenzar nuestra historia, debemos viajar hasta la Columbia Británica, en Canadá, a una cantera cercana al monte Burgess. Allí, a comienzos del siglo XX, se encontró un yacimiento con miles de fósiles en los que aparecen preservadas las partes blandas de unos organismos que vivieron en un mar poco profundo a comienzos y mediados del Periodo Cámbrico, hace más de 520 millones de años. Gracias a esta conservación excepcional, se ha podido reconstruir el aspecto de estos seres vivos ancestrales. Y aquí es donde aparecen las sorpresas.

A la izquierda de la imagen, reconstrucción de un ambiente marino precámbrico con organismos de cuerpo blando; a la derecha, reconstrucción del fondo marino cámbrico con los seres vivos más complejos encontrados en el yacimiento de Burgess Shale. Ilustración: D.W. Miller / Smithsonian Institution / fair use

Estos organismos son muy diferentes de los que vivieron durante el Precámbrico. Estos últimos eran seres de cuerpo blando, donde unos pocos parecen que nadaban libres, pero la mayoría posiblemente o bien vivían fijos en el fondo marino, creciendo en la vertical, o bien se desplazaban por encima del barro de ese fondo del mar. Sin embargo, muchos de los ejemplares del Cámbrico tenían un caparazón duro y resistente; desarrollaron cuerpos complejos con grandes mandíbulas, cuerpos segmentados, varias filas de patas o pinchos defensivos; aparecen morfologías que son coherentes con seres nadadores veloces; y hay evidencias que muchos organismos empezaron a enterrarse en el barro del fondo, pudiendo incluso vivir en madrigueras.

Es decir, en el Cámbrico la vida se hizo más compleja, la cadena trófica empezó a gestarse, apareciendo organismos que actuaban como depredadores (los que tenían mandíbulas grandes y fuertes o apéndices para atrapar la comida a distancia) y otros como presas (algunas de las cuales tenían estructuras defensivas, como caparazones duros o espinas afiladas) y los seres vivos empezaron a enterrarse en el sedimento, explorando nuevos nichos ecológicos hasta entonces desconocidos. A todos estos cambios faunísticos se les conoce en Geología como la Explosión del Cámbrico, ya que en apenas unos 10 millones de años se produjo una auténtica revolución biológica que significó el pistoletazo de salida de la evolución biótica gracias a la cual el ser humano está aquí.

A lo largo de todo el siglo XX han aparecido otros yacimientos cámbricos con organismos similares a los encontrados en Canadá en otros lugares del mundo, como Groenlandia o China. Incluso, hoy en día, se siguen encontrando otras localidades fosilíferas que nos permiten ir sumando nuevas formas de esta vida compleja primitiva al listado. Pero en todas las ocasiones nos referimos a estos lugares como yacimientos o fauna tipo Burgess Shale, en honor a este primer afloramiento canadiense.

Ejemplos de los fósiles encontrados en el yacimiento de Burgess Shale. A) Anomalocaris, Foto: J.B. Caron/ Royal Ontario Museum via IUGS; B) Hallucigenia, Foto: Maura McCarthy / Smithsonian Institution / fair use C) Opabinia, Foto. Han Zeng / Smithsonian National Museum of Natural History

Y volviendo un poco a los bichos que aparecen en Shingeki no Kyojin, la gamba dopada es un Anomalocaris, un artrópodo primitivo que podía llegar a medir varios metros de longitud que se convirtió en el mayor depredador marino del Cámbrico, capturando a sus presas con sus enormes mandíbulas, tan poderosas que eran capaces de romper los caparazones defensivos de animales como los trilobites. Pero para bicho anómalo, tenemos el gusano punki. En este caso, se trata de la Hallucigenia, un antepasado lejano de los gusanos, que tenía dos filas de tubos filamentosos que actuaban como patas y una serie de espinas afiladas en la espalda. Aunque si este os ha hecho alucinar, el que a mí me flipa de verdad es la Opabinia, otro artrópodo primitivo que, en este caso, tenía cinco ojos compuestos que sobresalían de su cabeza y un apéndice largo al final del cual aparecían dos pinzas que, supuestamente, eran las mandíbulas.

Muchos de los organismos de la Fauna de Burgess Shale no se han podido clasificar de forma segura en ningún clado, animal o vegetal, actual. Así que podrían ser “pruebas evolutivas” que no tuvieron continuidad más allá del Cámbrico. Sin embargo, todos los grupos faunísticos actuales proceden de estas primeras formas de vida compleja. Así que no me extraña que Isayama escogiese unos de estos animales tan raros para darle una explicación al origen de sus monstruos terribles. Además, me da una excusa para que yo pueda fantasear con que provengo de una de esas gambas con cinco ojos que parece salida de una pesadilla de H. P. Lovecraft.

Para saber más:

IUGS – Burgess Shale Paleontological Record

Wikipedia – Esquisto de Burgess

The Burgess Shale Geoscience Foundation

Royal Ontario Musem (ROM) – The Burgess Shale

Sobre la autora: Blanca María Martínez es doctora en geología, investigadora de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y colaboradora externa del departamento de Geología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU

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