Divulgación vs. investigación

#con_ciencia

Juan Ignacio Pérez

Las universidades y centros de investigación no deben, con carácter general, incentivar o recompensar de algún modo las actividades de divulgación científica de su personal investigador.

El objetivo que debe marcarse un investigador que inicia su carrera científica es el de formarse como tal investigador. Esto no quiere decir que no deba hacer otras cosas en su vida. Por supuesto que tendrá sus aficiones, sus hobbies, su vida social, etc., pero la tarea a la que debe dedicar su actividad “profesional” o, si se quiere, “laboral”, es la de formarse como científico. Y eso se consigue haciendo investigación y tratando de que esa investigación sea lo mejor posible. En ciencia, decir que una investigación es buena significa, o implica, que los resultados de la misma tienen mucho interés para los especialistas, lo que se traduce en que los artículos científicos en los que se publican esos resultados son citados por muchos colegas en sus propias publicaciones. Por esa razón, el rendimiento de esa actividad formativa y el nivel que alcanza el investigador en ese periodo se evalua a partir del número de artículos que publica y del número de citas que reciben esos artículos. Esos son los criterios que tendrán en cuenta quienes deban decidir acerca de si concederles nuevas ayudas para proseguir sus carreras o contratarlos en sus centros o equipos.

A los centros de investigación, departamentos e institutos universitarios, y universidades, también les interesa que su personal investigador, en general, y sus investigadores en formación, en particular, ofrezcan el máximo rendimiento posible en esos términos. Esa es la mejor garantía de que su actividad investigadora es de calidad y de que su personal ha alcanzado la mejor cualificación posible. Y por esa razón, esas instituciones, de un modo u otro, incentivan la publicación de artículos en revistas científicas de alto nivel. Solo de esa forma, además, alcanzan el reconocimiento internacional como centros de calidad y, en el caso de las universidades, obtienen buenas posiciones en los rankings internacionales.

Si incentivasen otro tipo de actividades, como la de la divulgación, por ejemplo, correrían el riesgo de que se le dedicasen demasiados esfuerzos a esas otras actividades, lo que iría en detrimento del objetivo básico y fundamental de esas instituciones, que es la buena investigación. Por lo tanto, no deben incentivarse.

¿Quiere eso decir que los investigadores no deben divulgar los resultados de su trabajo? No, no quiere decir eso. Los investigadores, a título personal, pueden hacer lo que mejor les parezca, del mismo modo a como hacen en general con su tiempo libre. Pero una cosa es que hagan lo que les apetezca y otra, muy diferente, es que las actividades distintas de la investigación se premien. Como ya he señalado, recompensar actividades diferentes de la investigación de calidad provocaría una peligrosa confusión en los objetivos de las instituciones.

¿Quiere esto decir que las instituciones de investigación no deben tener entre sus objetivos el de dar a conocer y divulgar sus resultados? Por supuesto que no quiere decir eso. Las instituciones de investigación deben promover y facilitar la divulgación y extensión social del conocimiento científico, en general, y de los resultados de su investigación, en particular. Pero los responsables y agentes de esa tarea no tienen por qué ser los investigadores, y menos aún los investigadores en formación. Lo que deben hacer esas instituciones es contar con personal específico para esa tarea o recurrir a agencias profesionales externas.


Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez es el responsable d la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

8 comentarios

  • Avatar de emulenews

    Yo creo que lo que quieres decir con la primera frase es que «Las universidades y centros de investigación no deben, con carácter general, incentivar o recompensar de algún modo las actividades de divulgación científica de su personal investigador» en formación, tanto predoctoral como postdoctoral.

    Si no, alguna gente se va a enfadar… y estoy pensando en nombres de amigos mutuos.

    • Avatar de Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea)

      Entiendo que no se esté de acuerdo, pero creo que nadie debiera enfadarse por una discrepancia. No digo que no deba hacerse, ni que se deba impedir u obstaculizar; solo que no debe premiarse, porque iría en perjuicio del fin de la institución. No acabo de entender tu matiz cuando te refieres al personal en formación. Yo también me incluyo en ese grupo. Mi tarea de divulgación, a la que dedico gran esfuerzo, no debe ser recompensada. En fin, me parece de lo más natural que haya disparidad de opiniones, y puedo estar en un error, por supuesto.
      Gracias por tu comentario, Francis.

      • Avatar de emulenews

        En mi opinión la divulgación por parte del PDI de las universidades es como la transferencia (de resultados de investigación). Me parece muy importante y muy necesario que la universidad se acerque a la sociedad y al tejido empresarial; para mí la transferencia es un pilar de la universidad, en pie de igualdad a la docencia y a la investigación (en este sentido mi opinión es muy similar a la de Wilhelm von Humboldt fundador de la universidad moderna). Por tanto creo que hay que premiarla, como se premian los contratos con empresa, las patentes y similares.

        Aún así, la investigación de calidad requiere una intensa etapa de formación en la que la transferencia debe ser algo secundario; un doctorando dedicado a contratos con empresas o a divulgar nunca podrá ser un gran investigador (salvo excepciones que confirman la regla), pues en la etapa de formación debe dedicar el 120% de su tiempo a formarse como investigador de calidad y cualquier distracción lo único que hace es beneficiar a los «jefes.» Por ello, creo que no se debe premiar la transferencia en las etapas de formación del PDI (tanto predoc como postdoc). Sin embargo, me parece imprescindible hacerlo superadas estas fases de formación.

        Por supuesto, cada uno tiene su opinión y lo mejor es compartirlas, pues siempre enriquece contrastar diferentes puntos de vista.

        Saludos.

  • Avatar de Shatik 1-3

    Estoy muy de acuerdo con la tesis aquí expuesta. Siempre me ha parecido muy complicado (y un engorro) esto de tener que lidiar con periodistas para transmitir los datos científicos a un lenguaje entendible para la población. Lo considero fundamental, pero tras ver en más de una ocasión como te ponen un titular que no se acerca a la idea a transmitir por la investigación, resulta muy frustante. Se requiere otro tipo de formación, así como otra motivación, que habitualmente los investigadores no tenemos. Y el tiempo que se dedica a ello, no se dedica a la investigación. Lo peor es que ya hay convocatorias que puntúan y analizan esto de la capacidad de divulgar los resultados de los estudios del grupo de investigación. Sería genial que las oficinas de prensa trabajaran en estrecha colaboración con los investigadores en esta tarea.

  • Avatar de un pobrecito hablador

    A estas alturas de la vida (de esta sociedad «moderna», modernizada y tecnológica), lo coherente sería poder contar con herramientas «personalizadas», de manera que en las instituciones, también en las académicas, se puedan desarrollar personalidades que se «centren» (digamoslo así) en la dvulgación, por qué no. Igual que no todos los jugadores de un equipo son bases o pivots, y cada uno tiene su programa de entrenamiento específico, dentro del marco global del juego, las administraciones, instituciones, y demás deberían ser capaces de poder diseñar esquemas que potencien las capacidades de cada persona.

    El mundo actual lo permite. Y además tiene algo de bueno, esto conllevaría trabajo, que por lo que dicen las noticias, es lo que falta.

    Mila esker hausnarketagatik.

  • Avatar de Ukis

    pues yo me alegró mucho de que se fomente la divulgación científica, y si eso viene en forma de premios u otro tipo de reconocimientos, bienvenido sea. para mí, no investigadora e incapaz de entender una publicación científica pura, es la única manera de acercarme a la labor de los investigadores científicos, de reconocer el sentido que tiene apoyar su trabajo y de destacar su papel para la sociedad. Sin divulgación no se les entiende, a menudo ni se les ve. Y me alegro de que sean los propios investigadores los que divulguen, que no utilicen intermediarios. Me gusta que ciencia y sociedad estén cerca, mucho más cerca de lo que están ahora.
    Lo que se comenta de los periodistas, generalizando alegremente, totalmente de acuerdo. Pero igual el problema no es de los periodistas si no de los medios en los que se publica y los intereses que les mueven. La mayoría parecen buscar el efecto wow! más que el fomento del conocimiento.
    Sin embargo, me gustaría saber ¿tanto daño está haciendo al trabajo de los investigadores el fomento de la divulgación en universidades y centros de investigación?

    • Avatar de Shatik 1-3

      No cabe ninguna duda de que no debemos dejar el conocimiento científico encerrado en el laboratorio donde se produce o que sólo circule entre investigadores. Lo que suele suceder en la práctica es que hay que meter muchas horas para sacar una investigación adelante, y el tiempo que se dedica a la divulgación no se dedica al propio estudio. Mi propia experiencia con medios divulgativos (prensa escrita, radio y televisión) me ha resultado frustrante porque veía que siempre querían bsucar un titular (especialmente los medios escritos en el que tus contenidos no se trasmiten directamente) y a mí no me compensa especializarme en como lidiar con los medios de comunicación y lo que me motiva y me gusta de verdad es estar investigando. Vamos, que tal como lo veo yo, es una cuestión de time management o manejo del tiempo dedicado al trabajo. Y hay que ser muy organizado/a para dedicar con eficacia y efectividad algún rato a los medios de las 25 horas de jornada laboral diaria que tenemos y seguir siendo productivo/a en investigación.

  • Avatar de zientziakultura

    Por supuesto que hay que hacer y fomentar la divulgación. Pero en los centros de investigación lo que hay que incentivar es la investigación de calidad, sobre todo en los investigadores en formación, como dice francis. Ahora bien, si desean hacer divulgación, nadie ni nada debe impedirlo.

  • Avatar de km 130

    Lo primero perdón por el tardío comentario. He llegado a este post desde otro más reciente. Estoy de acuerdo completamente con lo expuesto. Sobre todo por un detalle. El mejor investigador frecuentemente no es el mejor divulgador y viceversa. La divulgación más necesaria (de la ciencia y de la cultura en general) es aquella que se ejerce sobre personas a priori no interesadas y provoca en ellos el interés y la demanda de más información. Es a la vez la más difícil pero la más deseable socialmente. En esos casos la diferencia de nivel de conocimientos entre el que divulga y el público es tan grande que no es necesario que el primero sea un profesional de primera línea, en este caso, en la investigación. La divulgación requiere «cocinar» ingredientes que son «indigestos». Para esto hace falta un buen cocinero y un investigador, en principio, es el productor del «alimento». Se puede ser un gran productor de huevos y luego no saber freirlos y presentarlos en un plato para hacerlos apetitosos. Posiblemente todos habremos tenido profesores de bachillerato que nunca ejercieron la investigación y consiguieron hacer nacer vocaciones científicas. Por supuesto que hay «monstruos» que además de ser grandes científicos son grandes divulgadores, pero ambas cosas no tienen por qué ir unidas.

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