La carrera por conectar mente y ordenador avanza a pasos agigantados. La punta de lanza la lleva el investigador Miguel Nicolelis, de la Universidad de Duke, que desde hace unos años investiga cómo conseguir que las máquinas obedezcan las órdenes del cerebro sin tener que pasar por ese interfaz que llamamos cuerpo. El primer impacto de Nicolelis fue mostrar al mundo cómo un macaco conseguía mover un brazo robótico con el pensamiento. Ahora, años después, acaba de demostrar que los monos de su laboratorio pueden mover un par de brazos virtuales con solo pensarlo y actuar como si fueran suyos.
Si alguien no iniciado en la materia observa estos vídeos, la pregunta lógica que vendrá a su cabeza será: ¿y para qué queremos macacos que manejen brazos virtuales? Para conocer la respuesta a esa pregunta es mejor conocer antes en qué consiste el experimento.
Para el trabajo, publicado en Science Translational Medicine [footnote]Ifft P.J., Shokur S., Li Z., Lebedev M.A. & Nicolelis M.A.L. (2013). A Brain-Machine Interface Enables Bimanual Arm Movements in Monkeys, Science Translational Medicine, 5 (210) 210ra154-210ra154. DOI: 10.1126/scitranslmed.3006159[/footnote], Nicolelis escogió a un grupo de macacos, introdujo varios grupos de electrodos en su corteza cerebral y monitorizó la actividad de un grupo de 500 neuronas (el mayor número registrado hasta ahora a la vez). A continuación su equipo entrenó a los monos a manejar los brazos generados por ordenador, primero con joysticks y a continuación solo con la mente.
Poco a poco, los macacos aprendieron a desarrollar una tarea virtual, como por ejemplo tocar una serie de formas geométricas en la pantalla, utilizando solamente el pensamiento y, al cabo de un tiempo, sus cerebros empezaron a reorganizarse y -aquí viene lo impactante – incorporaron los brazos virtuales a su mapa motor.
Aunque anteriormente se había conseguido que monos y personas movieran un brazo con el pensamiento, se trata de la primera vez que se mueven dos extremidades de forma coordinada. Este pequeño avance es un paso de gigante en la tecnología que permitirá el día de mañana a muchas personas que han perdido por completo la movilidad manejar dispositivos que mejoren su vida cotidiana.
«Los futuros interfaces cerebro-máquina para restaurar la movilidad», apunta Nicolelis, «deberán incorporar múltiples extremidades para tener grandes beneficios en pacientes paralizados«. En este sentido, los trabajos científicos van mostrando mejoras sucesivas. En 2012, la Universidad de Brown consiguió que una mujer tetrapléjica bebiera por primera vez de un recipiente manejando un brazo robótico con el pensamiento, y el propio Nicolelis tiene un reto pendiente: conseguir que el saque de apertura del Mundial de fútbol de 2014, que se celebra en su Brasil natal, lo realice una persona tetrapléjica con un exoesqueleto que le permita andar. ¿Lo conseguirán? Si yo tuviera que jugarme dinero en una casa de apuestas apostaría a que sí.
Si te apetece saber más, te recomiendo dedicar 15 minutos a esta charla de Nicolelis en las Ted Talks:
Sobre el autor: Antonio Martínez Ron es periodista