Belleza

#con_ciencia

La historia del Universo según los investigadores. En la parte superior, la representación de las ondas gravitatorias.
La historia del Universo según los investigadores. En la parte superior, la representación de las ondas gravitatorias.

En el curso de unos meses se han anunciado dos grandes descubrimientos científicos, uno relativo al dominio de lo más pequeño –el subatómico- y otro al de lo más grande -el cosmológico-. En julio de 2012 se detectó una partícula subatómica, el bosón de Higgs, cuya existencia había sido predicha por los físicos 50 años antes. El pasado 17 de marzo se anunció otro hallazgo: pruebas que supuestamente avalan la teoría de la inflación cósmica.

En sus primeros instantes, el universo experimentó una vertiginosa expansión. Al principio, de tan denso, era opaco; la radiación no podía viajar. Tuvieron que transcurrir 380.000 años (el universo tiene cerca de 14.000 millones) para que la densidad se redujera lo suficiente como para que los fotones no quedasen atrapados y la radiación pudiera viajar. Hoy unos telescopios especiales detectan aquella radiación cósmica de fondo, de microondas, que constituye la única fuente de información de lo que ocurrió tras la expansión inicial del universo, el conocido como big bang.

De acuerdo con el anuncio realizado, la forma de polarización de la radiación indica que en los primeros instantes del universo se produjeron ondas gravitacionales, llamadas por ello primordiales, algo que los físicos describen como “ligeros temblores en el espacio-tiempo”. Y se habrían generado como consecuencia de que en los primeros instantes del big bang la expansión se produjo a velocidades superiores a la de la luz. A esa expansión tan rápida se la conoce como “inflación cósmica” y había sido predicha hace algo más de treinta años por algunos físicos teóricos.

Si este hallazgo se confirma mediante observaciones independientes[1], una consecuencia del modelo de la inflación cósmica es que, dado que la expansión habría ocurrido a velocidades superiores a la de la luz, hay zonas del universo, o quizás otros universos, de los que nunca sabremos nada, pues se alejan de nosotros a velocidades superlumínicas. Ese fenómeno constituye un límite absoluto a nuestra capacidad de conocer. Otro límite más.

En los días posteriores al anuncio circularon por internet imágenes en las que se muestra la reacción de Andrei Linde, uno de los físicos que propusieron la hipótesis de la inflación cósmica, al recibir en su casa la noticia del hallazgo. Algunas de sus palabras me llamaron especialmente la atención. Linde decía: Si esto es verdad, este es un momento de conocimiento de la naturaleza de tal magnitud que es abrumador, y esperemos que no sea sólo un engaño. Siempre vivo con esa sensación ¿Y si me estoy engañando? ¿Y si creo en esto sólo porque es bello? No prescinde de la cautela aunque sea uno de los momentos más emocionantes de su vida científica; las expresiones si esto es verdad y esperemos que no sea sólo un engaño denotan prudencia, humildad y escepticismo a un tiempo, algunas de las mejores virtudes de la ciencia. Él es consciente de la trascendencia que –si se confirma con observaciones independientes- tiene esa información, pero mantiene la debida cautela. Y también invoca la belleza. Muchos se sorprenderán, seguramente, ante la pregunta ¿Y si creo en ello sólo porque es bello? Y es que hay hipótesis y teorías científicas que son hermosas, como lo es la propia ciencia. Hay hasta quien piensa que la belleza es un criterio de verdad. Pero, en realidad, no debería sorprender que los científicos persigamos la belleza, porque al fin y al cabo, la belleza es seguramente un atributo de los proyectos en que nos embarcamos, de los ideales en los que creemos, de las causas en las que militamos. Y la ciencia, para quienes la practicamos de una u otra forma también es uno de esos proyectos, ideales, o causas.

[1]En el momento de adaptar este texto para su publicación en este cuaderno han surgido serias dudas acerca de la validez de las observaciones, por lo que las conclusiones han de tomarse con extrema cautela. Cosas de la ciencia.


Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU


Este artículo es una versión ligeramente modificada del publicado el 23/3/14 en la sección con_ciencia del diario Deia.

9 comentarios

  • Avatar de juan antonio

    no se decirte que filosofo clasico era, aunque era uno de los grandes, platon o aristoteles hablaba de tres grandes aspectos de la realidad que se podrian englobar en ciencia, arte y moral (aproximadamente) y decia que estaban intimamente relacionado de tal forma que lo cierto era bello y necesariamente bueno…y viceversa….

    • Avatar de César Tomé

      Los trascendentales preceden a Platón quien, fiel a sí mismo, los abraza sin medida. Pero es el escolasticismo el que los eleva a descripción misma de Dios y del ser humano, creado a semejanza suya. Véase por ejemplo el parágrafo 41 del Catecismo http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s1c1_sp.html

      Ni que decir tiene que nada de esto es científico de ninguna de las maneras. No hay que reflexionar mucho para darse cuenta que belleza, bondad y certeza son términos relativos a cada ser humano (por tanto, no humanamente universales) y que no tienen sentido fuera de lo humano (de trascendentes, ni mijita). El lector interesado puede referirse al apéndice al libro primero de Ética de Spinoza, fácilmente localizable en la red, donde ya lo explicaba estupendamente bien en 1677.

  • Avatar de Tom Wood Gonzalez

    Mira, yo creo que la mayoría de los científicos del colisionador europeo deben ser muy serios y ninguno quería verse en el compromiso de decir que habían descubierto la partícula Higg; porque esa máquina no puede probar el mecanismo de Higg. Creo que a todas esas personas les hubiera gustado decir: “Descubrimos un resonancia y la vamos a estudiar, hasta donde se puede con este colisionador”.
    Pero cuando el director salió a buscar fondos frescos; no los consiguió, ni diciendo: “Que el Higg tiene consecuencias para la vida”, le faltó poco para decir, la evolución de las especies. Así que regresó, medito y claudico bajo la presión del rascacielo de lo que el populacho científico quería oír, y dijo esa mentira piadosa; para que 15 000 familias no lo crucificaran, por dejarlos sin comida.
    Pero todo ser pensante, sabe; que una resonancia más en el zoológico, no es prueba de un mecanismo tan rarito; como el de Higg. Eso sin irnos a analizar, su campo esotérico, fantasmagórico y omnipresente. Vaya, un campo que existe, aun sin que la propia partícula exista(recuerda que esa resonancia, sólo tiene vida a partir de unas altas energía, y la masa si,…), se extiende a todos los confines del universo y nadie lo puede medir; a excepción de los esotéricos metafísicos-matemáticos, con un lápiz y un papel.
    Por otro lado, antes de todas esas tautologías del CMB, con la explosión inflacionaria (que es eso lo que es la inflación, otro Big Bang más después, aunque muchos no se den cuenta en el pantano teórico que es la inflación); hay que demostrar físicamente, hay que responder a la pregunta científica, que es posible distinguir físicamente, fotones de la Vía Láctea, de los de los conglomerados de galaxia, de las metagalaxias; de los famosos fotones del CMB. En castellano: No hay forma de que Planck; obture un mecanismo discriminador y solo capte fotones CMB; ya que según la mecánica cuántica, además de que es trivial, los fotones de igual frecuencia son indistinguibles. Así que los dibujitos de fotoshow, que se hace después, es un sesgo total, a gusto, conveniencia del vendedor/consumidor.
    Bueno el articulo esta bueno; porque una mentira de tanto repetirse, a algunos les parecerán verdades; pero la ciencia es mucho más que nuestros anhelos.
    Y si vamos hablar de teorías bellas, que no sirvieron más que para gastar millones de dólares y las neuronas de científicos/horas; los inexistentes monopolos de Dirac, se llevan las palmadas. Y esto, aun después de Maxwell, los desechara por la fuerza de la realidad experimental.

  • Avatar de mikelorrantia

    Cuando leo de estos debates que buscan establecer limites y medir ‘lo que somos y donde vivimos’, pienso en la ciencia que malgasto siglos debatiendo sobre la virginidad de Maria, madre de Jesús ¡y de dios!… ¡Que fatiga!. Nuestro Big Bang en estudio y debate, puede no ser (seguro que es así, lo intuyo…) otra cosa que un grano cosmico en el cuerpo de un ente ‘universal’ más grande que, a su vez, lo es de otro, etc… ¿Por que ha de haber un principio y un final? Somos materia y energía en transito, cosmo circunstancial, y nuestrto habitat cosmico sería lo que queda despues de tiempos cosmicos realizando ‘ajustes’ que han ido despejando el orizonte, digamos. Los conceptos de ‘dios’ y ‘limites’ estan reñidos con la libertad de pensar y con la investigación cientifica: nadie sabe nada, como nadie ha visto a dios, ni a su madre ni asu hijo… Seamos responsables de nosotros mismos, seamos… Seamos felices y solidarios el tiempo que pasamos juntos. Salud, de mientras. Mikel

  • […] poner a prueba sus teorías. La misma belleza cultivada por músicos y artistas. La misma que decía temer Andrei Linde, este año, al conocer los datos experimentales que avalaban sus teorías sobre la inflación […]

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