Aunque los periódicos económicos no están entre los más leídos por la sociedad en general quizá, entre otras razones, porque sus “noticias” (las comillas están justificadas) en muchos casos son más un ejercicio de futurología que el relato de hechos pasados o presentes, en ocasiones algunas de sus crónicas saltan del plano estrictamente económico a otro más social y son recogidas por medios de comunicación generalistas.
Así, es posible que los lectores de este Cuaderno, ya lo sean también de diarios económicos o generalistas, se hayan encontrado recientemente con las improbables posibilidades, vamos a llamarlas así, que como viene siendo habitual, los adivinos (llamados en la ciencia económica analistas) de Saxo Bank pronostican que, de producirse a lo largo de este 2015, traerían consigo significativas y abrumadoras consecuencias globales.
Estos eventos, con escasas probabilidades de suceder, o de los que se desconoce cuándo ocurrirán, aunque sean potenciales amenazas, se conocen como cisnes negros. Además de impredecibles e inesperados, y de tener efectos considerables, adolecen de otra característica que resume el dicho de que interpretar acontecimientos a toro pasado es fácil, de tal forma que una vez ocurrido el hecho, tiende a explicarse mediante «razonamientos lógicos», de forma que parece evidente que el evento estaba abocado a producirse.
Entre los sucesos por los que no habría que apostar como titulares de los periódicos de este año están que el mercado de la vivienda en Reino Unido se desplome o que decida salir de la Unión Europea, que Rusia no pueda pagar su deuda externa como consecuencia de la caída de los precios del petróleo, que la inflación japonesa alcance el 5%, que China devalúe su moneda un 20%, que el precio del cacao alcance los 5.000 dólares por tonelada o que los ciber-ataques destrocen el comercio mundial.
Cada una de estas situaciones, de producirse, generaría una serie de consecuencias que pondrían en jaque mate a la economía.
De acuerdo con John J. Hardy, Director de Estrategia de Divisas de la entidad citada, tampoco es probable que la erupción de un volcán diezme las cosechas, sin embargo, en este caso, hay un candidato con nombre propio para el que se atreven a calcular incluso el impacto económico inmediato.
Afirman en este banco, que el precio del trigo podría duplicarse si el volcán islandés Bardarbunga entrase en erupción, como ya ocurrió en 2010 con el del glaciar Eyjafjallajokull, y provocase emisiones sin precedentes de gases de dióxido de azufre que cubrieran el cielo de Europa. La consecuencia de esta actividad volcánica, según los analistas, sería un cambio en los patrones meteorológicos y la caída de la producción mundial de trigo, que duplicaría su precio.
Con todo, hay un matiz importante, sobre todo cuando se habla de economía. Sólo una parte del drástico aumento del precio del trigo se debería a la reducción de cosechas. Otra parte, tan sólo necesitaría del miedo a que tal acontecimiento suceda para producirse, ya que los países que tienen menos garantizado el alimento se apresurarían a llenar sus reservas, acrecentando artificialmente el coste al aumentar la demanda. En este sentido, las imágenes en directo del Bardarbunga no parecen especialmente tranquilizadoras.
Mucho más precisa es la previsión de un equipo internacional de investigadores, que acaba de publicar un artículo en Nature Climate Change advirtiendo de que la producción mundial de trigo se reducirá un 6% por cada grado que aumente la temperatura de la tierra. De nuevo los datos no son tranquilizadores si atendemos al aviso de la Organización Meteorológica Mundial, que recogíamos al final de esta anotación en el Cuaderno de Cultura Científica.
Según publicaba la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el pasado 11 de diciembre, la producción mundial de cereales alcanzó durante el último año agrícola los 2.532 millones de toneladas, de los de que algo más de 720 fueron de trigo, permitiendo que las existencias alcancen el nivel más alto desde el año 2.000. A pesar de estos datos, la FAO indica que 38 países se encuentran en riesgo de inseguridad alimentaria (29 en África) debido entre otras razones a la meteorología adversa.
Entre los países citados expresamente donde la meteorología es la principal causa del descenso de la producción se encuentra Senegal. Allí, el rendimiento se ha quedado un 38% por debajo de la media, situación que afecta igualmente, aunque con menor gravedad, a otros países en la región del Sahel.
Los científicos que pronostican el descenso de las cosechas de trigo, reprochan a los organismos internacionales que los modelos que aplican para la predicción de la producción, presentan serios problemas para obtener resultados fiables sobre cómo afecta la temperatura al rendimiento del cereal.
El estudio exige mejorar esos modelos, que siguen sin tener muy en cuenta el calentamiento global y concluye, a partir de simulaciones realizadas sobre 30 modelos de cultivo de trigo, con variaciones de temperatura entre los 15 y los 32 grados, que la producción mundialse reducirá en un 6% por cada grado de más.
Los investigadores consideran probado además, el hecho de que el aumento de las temperaturas ha empezado a afectar ya a la producción de trigo en algunas regiones, y urgen a la comunidad internacional a adaptar sus sistemas de predicción de las cosechas, para poder afrontar con garantías el descenso de las reservas de grano.
Referencia:
Asseng, S. et al. “Rising temperatures reduce global wheat production”. – Nature Climate Change (2014) doi:10.1038/nclimate2470
Esta anotación ha sido realizada por el periodista Javier San Martín, (@SanMartinFJ) (@ACTIVATUNEURONA) y es una colaboración de Activa Tu Neurona con el Cuaderno de Cultura Científica.