El aroma del limón

Ciencia infusa

Esta es una historia breve contada en capítulos, con una introducción televisiva y escandalosa, tres capítulos más o menos académicos, y un breve final aclaratorio. Allá vamos con el cómo empezó este lío, o sea, con el capítulo introductorio.

1.- Introducción: Escándalo en el “prime time” mañanero de La 1 de TVE.

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Fue el 21 de enero, hacia las 11.00 horas, cuando la famosa presentadora de TVE, Mariló Montero, en su programa La Mañana de La 1, afirmó que “el aroma de limón puede prevenir el cáncer”, a la vez que olía con fruición un precioso limón. Y se montó el follón.

Por supuesto, nuestra presentadora se pasó con su afirmación-titular de la noticia. Prevenir el cáncer con el aroma de un limón no tiene ninguna base científica. Por si acaso, dio la referencia a una investigación publicada por un equipo de la Ruhr-Universität Bochum, en Alemania, que más adelante veremos en detalle.

Esto fue, como decía, el 21 de enero y, visto el indignado debate que provocó, el 18 de febrero RTVE dio a conocer un comunicado que, sin nombrar a Mariló, afirmaba que “Saber vivir no puede ni debe aconsejar la práctica de la aromaterapia como vía para la prevención del cáncer”. O sea, que la cadena desautorizaba a Mariló Montero.

Bien, supongo que el debate, con participación de la presentadora y con un mínimo cara al público, continuó en los pasillos de RTVE. El resultado fue que, al día siguiente, el 19 de febrero, RTVE hacía pública otra nota sobre este asunto. Y, sorprendentemente, no trataba ni de la aromaterapia ni del aroma del limón, y ni siquiera mencionaba el cáncer; trataba de Mariló Montero. Era corta y decía así: “La dirección de TVE quiere dejar patente su total apoyo a Mariló Montero, a quien considera una excelente profesional, y zanjar de este modo cualquier polémica al respecto”.

En fin, parece que el asunto queda zanjado, y nosotros nos vamos a Bochum, en Alemania, hacia el origen de la noticia.

2.- Ruhr-Universität Bochum y el limón desaparecido

Cymbopogon nardus
Cymbopogon nardus

Estamos en el Departamento de Fisiología Celular de la universidad alemana de Bochum. Allí trabaja Hanns Hatt, líder del grupo que publicó el artículo que causó el lío que he relatado en TVE, miles de kilómetros al sur. El trabajo se titulaba, según el Traductor de Google y sin corregir: “Monoterpeno-(-)citronellal afecta hepatocarcinoma señalización a través de un receptor olfativo”. El título en inglés aparece en la bibliografía de este texto. O sea, el citronelal cambia el funcionamiento de las células de cáncer de hígado después de actuar a través de un receptor olfativo que se encuentra en su membrana.

Vamos por partes. El material biológico son células tumorales humanas del hígado aisladas y cultivadas en el laboratorio. Si en el medio de cultivo en el que crecen se pone citronelal, se reduce la división celular y el cultivo prolifera menos. El citronelal es un compuesto típico de varias especies de plantas, entre ellas la llamada hierba de limón (Cymbopogon nardus), que nada tiene que ver con el limón, y varias especies de cítricos, entre ellos el limón aunque lo tiene en pequeña cantidad, más o menos un 0.6%. Es típico su fuerte olor a limón. El citronelal usado en este experimento es el compuesto purificado y comercializado por una empresa química (Sigma).

El efecto inmediato del citronelal sobre las células tumorales del hígado es un aumento de la concentración de calcio en el interior de las células lo que, ya es sabido, inicia muchas reacciones celulares y, entre otras, interfiere en la proliferación celular.

Como el citronelal es un compuesto que actúa sobre las células sensoriales de nuestro sistema olfativo a través de un receptor de la membrana celular, Hatt y su grupo buscaron verificar si ese recetor, el OR1A2, está también en las células tumorales del hígado. Lo encontraron y es a través de ese receptor que el citronelal actúa sobre las células tumorales.

El mismo grupo obtuvo un resultado parecido con el compuesto sandalore, de la madera de sándalo, que actúa sobre un cultivo de células de la piel y, por medio del correspondiente receptor olfativo de la membrana, provocan su activación y formación de capas que, parece, ayudan a curar heridas.

O, unos años antes, en 2009, cuando el mismo grupo publicó como la ionona, un compuesto con varios compuestos olorosos de origen vegetal (por ejemplo, de la rosa), inhibe, a través de otro receptor olfativo, el crecimiento en cultivo de células tumorales de la próstata (aquí veo a Mariló Montero oliendo una rosa y recomendando a sus televidentes, a los hombres claro está, hacerlo para prevenir el cáncer de próstata). El mismo grupo de Hatt, en sus publicaciones, cuenta como hay muchas otras células, no solo en el epitelio olfativo de la nariz, que tienen en su membrana receptores olfativos que se activan y cambian el metabolismo celular.

Por cierto, en las 10 páginas de compacto texto académico de este artículo sobre el citronelal, solo una vez se menciona el limón y es en el primer párrafo de la Discusión cuando nos dicen que el citronelal “se caracteriza por un distintivo aroma a limón”. Nada más, no hay nada más que aluda al limón, a su aroma o a que oler un limón prevenga el cáncer. Es más, aunque olamos un limón y este tenga ese 0.2% de citronelal, poco entrará en el organismo y entrará en el torrente sanguíneo para llegar, en su caso, al hígado; más bien quedará en los orificios nasales. Por supuesto, hay compuestos que pasan al sistema circulatorio y, además, muy conocidos, pero, en general, se procura que lo que olemos no entre en el organismo ya que puede ser peligroso.

3.- Ruhr Universität Bochum y el limón que aparece

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Como la gran mayoría de las universidades actuales, también la Ruhr Universität de Bochum tiene un gabinete de prensa que lanza notas y comunicados a los medios para dar a conocer la investigación que hacen. Y los artículos del grupo de Hanns Hatt que hemos leído aparecieron en una nota de una cara que hicieron pública el 19 de enero.

Aquí recuperamos el limón y su aroma pues la nota se titula, de nuevo con el Traductor de Google: “Aroma de cítrico inhibe el cáncer de hígado. Los investigadores de Bochum decodifican las vías de señalización. Los receptores olfativos en las células de cáncer de hígado verificados”. Ya ven, hay aroma de cítrico en el título y, más adelante, se menciona otra vez en el texto de la nota. Se dice que el receptor olfativo, el ya mencionado OR1A2, “aparece en las células del hígado y es responsable de la detección del aroma de cítrico y de la reacción celular.”

Es en la nota de prensa donde encontramos el aroma de cítrico (de limón) que, en la distancia, previene el cáncer según Mariló Montero.

4.- Notas de prensa, exageraciones, errores y noticias en los medios

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Parece como que este capítulo no tiene que ver con el cáncer de hígado o el aroma a limón. Y sospecho que el artículo que viene ahora ni siquiera Mariló Montero lo había leído. Pero, ya verán, quizá nos ayude a entender el lío en que se metió la presentadora.

Es un estudio liderado por Petroc Sumner, de la Universidad de Cardiff, y se inicia con la preocupación de los investigadores por las, a menudo, sorprendentes noticias sobre ciencia, en concreto de biomedicina, que se publican en los medios de comunicación. Como es sabido, la mayoría de las noticias sobre ciencia se basan, y muchas veces es lo único que conoce el periodista, en las notas de prensa de las universidades y centros de investigación. Y, si a juicio de muchos científicos, las noticias sobre ciencia a menudo están llenas de exageraciones e, incluso, de errores, y hacen que el equipo de Sumner se plantee la hipótesis de que, quizá, sean las notas de prensa de universidades y centros las causantes de ello.

Trabajan con las publicaciones de 2011 de 20 de las universidades británicas más prestigiosas. De cada artículo, reúnen el texto publicado, su correspondiente nota de prensa y lo que de ello aparece en la prensa inglesa. En total 462 artículos, 462 notas de prensa y 668 noticias en los medios. Entonces hacen un análisis de los posibles errores en las notas de prensa y noticias, siempre suponiendo que en los artículos originales no hay errores.

Por ejemplo, son exageraciones o errores habituales que la nota de prensa contenga más ideas y conceptos y, por tanto, noticias, que el artículo original. Lo encuentran en el 40% del material revisado. O que se llegue más lejos en las conclusiones, como ocurre en los estudios con animales de laboratorio o con células en cultivo y que extienden los resultados hasta el organismo humano.

En fin, que para los autores el 40% de las notas de prensa exageran en cuanto al significado final del artículo, o el 33% eliminan la incertidumbre y concretan demasiado las conclusiones, o el 36% extienden los resultados hasta nuestra especie. Y, además, cuando la nota de prensa exagera o tiene errores, las noticias de prensa resultantes son exageradas o llevan errores en un porcentaje tres veces mayor, fluctuando entre el 5% y el 95% en el caso de extender los resultados hasta nuestra especie que es, no hay duda, lo más interesante, llamativo y lo que da más titulares.

Por tanto, la nota de prensa exagerada produce noticias en los medios también exageradas, sobre todo si lo descubierto se afirma que afecta a nuestra especie.

5.- ¿El aroma de limón exagera?

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Parece evidente que exagera, a poco que apliquemos los criterios del trabajo de Sumner. Así, en el artículo original de Hanns Hatt el aroma de limón solo se menciona una vez y de manera tangencial. En cambio, en la nota de prensa de la Ruhr Universität aparece en el título. O, en el estudio original el material biológico son células en cultivo y así se obtienen los resultados y las conclusiones de la investigación. Pero en la nota de prensa se menciona dos veces que los resultados pueden servir para el diagnóstico y la terapia del cáncer. Es una exageración manifiesta.

No es de extrañar, dejando aparte otros motivos, que este tratamiento exagerado de los resultados del trabajo de Hatt en la nota de prensa de la Ruhr Universität facilite, solo con el título, que la famosa presentadora aparezca en televisión, en “prime time” de la mañana, oliendo un limón y previniendo el cáncer. Y todo ello dejando aparte, creo yo, el evidente interés de Mariló Montero en dar la noticia tal como la dio.

Para terminar, y como añadido de última hora, quiero comentar que, recientemente, Mark Fischetti ha publicado en “Investigación y Ciencia” un comentario, titulado apropiadamente “¿Cháchara o sustancia?”, que parece demostrar que aquello que interesa en el entorno académico no se trata mucho en los medios de comunicación y, viceversa, lo que interesa a los medios no es seguido en la academia. En fin, que quizá algo así ha pasado, me parece, con Hanns Hatt, el aroma de limón y Mariló Montero.

Referencias:

Busse, D. et al. 2014. A synthetic sandalwood odorant induces wound-healing processes in human keratinocytes via the olfactory receptor OR2AT4. Journal of Investigative Dermatology 134: 2823-2832.

Fischetti, M. 2015. ¿Cháchara o sustancia? Investigación y Ciencia marzo, p.17.

Massberg, D. et al. 2015. Monoterpene-(-)-citronellal affects hepatocarcinoma cell signaling via an olfactory receptor. Archives of Biochemistry and Biophysics 566: 100-109.

Neduhaus, E.M. et al. 2009. Activation of an olfactory receptor inhibits proliferation of prostate cáncer cells. Journal of Biological Chemistry 284: 16218-16225.

Ruhr Universität Bochum. 2015. Citrus scent inhibits liver cancer. http://aktuell.ruhr-uni-bochum.de/pm2015/pm00013.html.en

Sumner, P. et al. 2015. The association between exaggeration in health related science news and academic press releases: retrospective observational study. British Medical Journal doi: 10.1136/bmj.g-7015

Sobre el autor: Eduardo Angulo es doctor en biología, profesor de biología celular de la UPV/EHU retirado y divulgador científico. Ha publicado varios libros y es autor deLa biología estupenda.

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