Nada simboliza mejor la medicina moderna y al médico que el estetoscopio. El primer dispositivo no letal para conocer la anatomía interna fue inventado por un médico francés a comienzos del siglo XIX aplicando unos conocimientos rudimentarios de acústica en un acto de desesperación.

El estetoscopio fue inventado en 1816 por René-Théophile-Marie-Hyacinthe Laënnec mientras trabajaba en el Hospital Necker de París. El primer prototipo consistió en su libreta de notas enrollada. Así lo contaba el propio Laënnec en el prefacio de Traité de l’Auscultation Médiate publicado en 1819:

En 1816 estaba atendiendo a una mujer de parto con los síntomas generales de un corazón enfermo, y en cuyo caso la percusión y la aplicación de la mano eran de poca ayuda debido a la cantidad de grasa. Como el otro método ya mencionado [se refiere a la auscultación directa, la aplicación de la oreja al pecho de la paciente] se consideraba inadmisible habida cuenta de la edad y sexo de la paciente, recordé por casualidad un sencillo y conocido hecho de la acústica, … la enorme claridad con la que oímos arañar con una puntilla en un extremo de un trozo de madera si colocamos nuestra oreja en el otro. Inmediatamente, ante esta ocurrencia, enrollé una mano de papel [una mano de papel es la vigésima parte de una resma] en una especie de cilindro y apliqué un extremo a la región del corazón y la otra a mi oreja, y no fue poca la sorpresa y la satisfacción al comprobar que podía percibir la acción del corazón de una manera mucho más clara y distinta que lo que nunca había sido capaz de conseguir con la aplicación directa de mi oreja.

Laënnec pasó en poco tiempo del papel a uniones de tubos de madera torneada y, como necesitaba nombrarlo, usó las raíces griegas que significan “explorar” y “pecho” para crear estetos-copio. El primer estetoscopio flexible fue creado por Golding Bird en 1840. En 1851 Arthur Leared inventó el estetoscopio biaural y en 1852 George Cammann perfeccionó el diseño para la producción comercial que se convirtió en el estándar durante un siglo. En 1940 Rappaport y Sprague crearon un estetoscopio con dos caras, una especial para el sistema respiratorio y la otra para el cardiovascular, convirtiéndose en la referencia actual. En los años sesenta David Littman mejoró sensiblemente la acústica, popularizando el término fonendoscopio.

La combinación de la percusión y la auscultación (escuchar mediante un estetoscopio) hizo posible detectar cambios anatómicos en el pecho. Analizando los sonidos que se producían en corazones, pulmones y voces de pacientes enfermos y sanos y realizando autopsias, Laënnec desarrolló un vocabulario de signos auditivos relacionados con lesiones en los distintos órganos. Con una precisión sin precedentes Laënnec podía predecir la anatomía interna de los pacientes antes de que estos falleciesen. Todos estos hallazgos los recogió en el Traité de l’Auscultation Médiate solo tres años después de la invención del estetoscopio.

Debido a la prevalencia de la tuberculosis (de la que, paradójicamente, moriría Laënnec a los 45 años) los médicos adoptaron el estetoscopio rápida y mayoritariamente y pronto le encontraron aplicaciones en el seguimiento del embarazo o en la caracterización de fracturas, llegando a convertir el instrumento en algo imprescindible en su práctica diaria.

El concepto de auscultación tuvo una significación mucho mayor para la medicina de lo que puede parecer. Enfatizó como nunca antes la importancia de la anatomía para el ejercicio de la medicina. Efectivamente, las enfermedades pasaron de ser una constelación de síntomas subjetivos percibidos por el paciente a consistir en alteraciones anatómicas detectadas objetivamente por el médico. Laënnec fue de los primeros en identificar lesiones orgánicas, como la tuberculosis temprana, antes de que el paciente presentase síntomas.

El estetoscopio simboliza la profesión médica en sí, no solo porque lo usen los médicos, sino porque representa el énfasis de la medicina en el diagnóstico físico y el desplazamiento del poder del paciente al médico.

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En la serie Apparatus buscamos el origen y la evolución de instrumentos y técnicas que han marcado hitos en la historia de la ciencia.

Sobre el autor: César Tomé López es divulgador científico y editor de Mapping Ignorance

Esta anotación está dedicada con todo el cariño del que un padre es capaz a mi hija Elena, que ya sabe usar el fonendo.