Combinando tres importantes registros paleoclimáticos (pequeños vertebrados, microfauna marina e isótopos estables de herbívoros), un equipo multidisciplinario de la UPV/EHU ha reconstruido ambientes del pasado con la mayor resolución jamás lograda. El estudio, liderado por Juan Rofes, en la actualidad investigador del Muséum National d’Histoire Naturelle, CNRS, Paris, se publica en Scientific Reports.
Por primera vez, este grupo de arqueólogos, paleontólogos, geólogos, geoquímicos y paleoceanógrafos ha reconstruido el ambiente de la Región Cantábrica durante el Pleistoceno Superior, abarcando cerca de 35.000 años. Para ello han combinado tres registros paleoclimáticos: microfauna marina, pequeños vertebrados e isótopos estables de herbívoros. Estos dos últimos registros provienen de Antoliñako Koba (Gautegiz-Arteaga, Bizkaia), un depósito arqueológico excepcional que contiene una larga secuencia crono-cultural de nueve niveles, desde el Auriñaciense hasta el Epipaleolítico. Este yacimiento fue excavado y procesado durante 20 años por el arqueólogo Mikel Aguirre (UNED), quien también ha formado parte del equipo multidisciplinar.
«Los dos principales méritos del estudio son, por un lado, haber contrastado los registros continental y marino de la misma región, llenando los vacíos que existían en la secuencia terrestre con el registro marino, generalmente más completo; y, por otro, haber obtenido una reconstrucción paleoambiental continua para el período entre 44 y 9 mil años antes del presente en la Región Cantábrica», explica el arqueozoólogo y paleontólogo Juan Rofes.
En concreto, los cambios en las comunidades de microvertebrados (mamíferos, anfibios y reptiles) y los datos de isótopos estables (carbono y nitrógeno) obtenidos a partir del colágeno óseo de ciervos del yacimiento continental han sido contrastados con evidencia microfaunística marina (foraminíferos plantónicos y bénticos, ostrácodos e isótopos de oxígeno) recolectados al sur de la Bahía de Bizkaia por la doctora Blanca Martínez García (UPV/EHU). La secuencia de Antoliñako Koba fue fechada mediante radiocarbono, lo que permitió comparar las diferentes señales entre sí, y también con otros conocidos registros ambientales del Atlántico Norte (fases sedimentarias y polínicas de la Región Cantábrica, variaciones del nivel del mar y sondeos de hielo realizados al norte de Groenlandia).
La investigación constata una serie de eventos cálidos y fríos en la Región Cantábrica, que coinciden en mayor o menor medida con la evolución climática del hemisferio norte durante el Pleistoceno Superior. «El aporte de esta exhaustiva reconstrucción paleoambiental a la prehistoria regional y continental es incuestionable, puesto que nos permite conocer el marco climático y ambiental en el que se movieron los grupos humanos del pasado y que determinó muchas de sus estrategias de adaptación y subsistencia.
Además, en estos tiempos de cambio climático, incrementado por la presión humana, no viene mal mirar al pasado para aprender lecciones para el futuro», explica Rofes. El estudio se gestó durante la estancia postdoctoral que Juan Rofes (Lima, Perú, 1974), doctorado por la Universidad de Zaragoza, desarrolló en la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU. En la actualidad, tiene un contrato postdoctoral Marie Curie de la Unión Europea en el Muséum National d’Histoire Naturelle, CNRS, Paris, France.
Referencia:
Rofes, J., Garcia-Ibaibarriaga, N., Aguirre, M., Martínez-García, B., Ortega, L., Zuluaga, M.C., Bailon, S., Alonso-Olazabal, A., Castaños, J. & Murelaga, X. (2015) Combining Small-Vertebrate, Marine and Stable-Isotope Data to Reconstruct Past Environments. Scientific Reports 5, 14219; doi: 10.1038/srep14219 .
Edición realizada por César Tomé López a partir de materiales suministrados por UPV/EHU Komunikazioa