Si son tan buenos escondiéndose, ¿cómo sabemos que existen los camaleones?

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Los camaleones son conocidos como los reyes del camuflaje y a menudo, sobre todo en películas de animación, se muestran capaces de ajustar su apariencia a la de cualquier lugar u objeto sobre el que se posen.

Es por ello que se suele pensar que esa habilidad está asociada a su intención de pasar desapercibidos y evitar así el ataque de sus depredadores; pero la realidad es bien distinta. De hecho, son muy veloces y pueden escapar fácilmente de los ataques. La mayoría de camaleones cambian de color para regular su temperatura o para señalar sus intenciones a otros camaleones: como una señal visual de su estado de ánimo, aviso de agresión, comportamiento de apareamiento, etc.

Los camaleones no pueden generar su propio calor corporal por lo que cambiar el color de su piel se convierte en una forma de mantener una temperatura corporal favorable. Un camaleón frío puede llegar a ser oscuro para absorber más calor, mientras que un camaleón más caliente puede palidecer para reflejar el calor del sol.

Emplean cambios de colores llamativos para comunicarse. Los machos, por ejemplo, se vuelven brillantes para señalar su dominio y se oscurecen en encuentros agresivos y las hembras avisan de que están listas para el apareamiento cambiando el color de su piel.

El mecanismo por el que los camaleones hacen esto es realmente molecular. Si nos fijamos en la piel de un camaleón, se puede ver que tienen varias capas de células especializadas llamadas cromatóforos y éstas son células que pueden cambiar de color.

En la superficie exterior su piel es transparente pero justo debajo de esa se encuentra la primera capa de estas células y contienen diversos pigmentos. Estos son los xantóforos, los cuales contienen pigmentos especializados que tienen un color amarillo. Un poco más abajo hay células de pigmento que se llaman eritróforos las cuales tienen un color rojo. Le sigue otra capa de células llamadas iridóforos con un pigmento de color azul llamado guanina, que también se utiliza en la fabricación de ADN. Y por último, otra capa de células llamadas melanóforos que tienen un pigmento marrón.

Ahora bien, ¿cómo cambia el camaleón de color? Los cromatóforos se conectan al sistema nervioso y son sensibles a los productos químicos que llegan al torrente sanguíneo. De ese modo, lo que ocurre es que los colores están encerrados en vesículas (pequeños sacos dentro de las células que los mantienen en un solo lugar) por lo que las células no se ven de color. Pero cuando una señal llega desde el sistema nervioso o del flujo de sangre, los gránulos o vesículas pueden descargar pigmentos y esto permite que el color se extienda a través de la célula y altere el el color de la celda.

Es algo así como dar a la celda una capa de pintura. Mediante la variación de la cantidad relativa de actividad de los diferentes cromatóforos en distintas capas de la piel es como se mezclan distintos pigmentos. Por tanto, de rojo y amarillo se obtiene la naranja, por ejemplo, y así es como lo hacen los camaleones. Se mezclan diferentes aportaciones de estos cromatóforos. Es un poco como en la pantalla de televisión. Cuando se mezclan diferentes colores juntos en la pantalla para obtener el color que el ojo percibe en última instancia.

Se sabe que es un mecanismo muy relacionado con su estado de ánimo. Así que un camaleón en calma es de un color verdoso pálido. Cuando se enoja, se podría ir de color amarillo brillante y cuando quiere aparearse, básicamente se convierte en todos los colores posibles que puede.

No obstante, a pesar de que los camaleones son los más conocidos por esta característica, no se trata de algo exclusivo de ellos sino que otros animales también tienen estos cromatóforos. Algunos cefalópodos coleoideos (el grupo de animales marinos que incluyen pulpos, calamares y sepias) son capaces de camuflarse muy bien, incluso en fondos marinos con patrones muy complejos y consiguen volverse casi invisibles.

De este último grupo de animales llama la atención que son conocidos por ser daltónicos. Un estudio de 2011 realizado por el Laboratorio de Biología Marina en Woods Hole y de la Academia Militar de Estados Unidos en West Point, empleó tecnología de imagen para tratar de desentrañar el misterio de cómo consiguen tal perfección de camuflaje y se vio que las estrategias de estos animales para evitar ser detectados por los depredadores no estaban basadas en el color sino en la manipulación de la luz.

Sobre la autora: Maria José Moreno (@mariajo_moreno) es periodista

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