Asier Romero Andonegi, Aintzane Etxebarria Lejarreta, Ainara Romero Andonegi e Irati de Pablo Delgado, profesores e investigadores de la Escuela Universitaria de Magisterio de Bilbao de la UPV/EHU, han estudiado cómo emprenden los bebes de entre 9 y 13 meses su tránsito desde el balbuceo inicial al uso de combinaciones de gesto y habla.
La ciencia muestra que el estudio del lenguaje y la comunicación humana no se pueden llevar a cabo solo con un análisis del habla. Entre los aportes que ha realizado este trabajo Asier Romero destaca que es el «primer estudio» en exponer con niños y niñas con lengua materna euskera «cómo y cuándo» los bebés desarrollan y utilizan «un patrón para coordinar el gesto con el habla».
«Hemos descubierto que cuando el bebé abandona el balbuceo caracterizado por las vocalizaciones de cadenas de sílabas repetidas y largas a los 9 meses y empieza la etapa prelingüística más compleja en torno a los 11 meses, los gestos del bebe comienzan a ser producidos principalmente en combinación con la producción vocal, más que como un acto únicamente de gestos. Es decir, el sistema gestual y del habla ya están estrechamente relacionados», explica Romero.
Así mismo, el investigador ha querido destacar que la tipología de los gestos en estas combinaciones de gesto y vocalización son «principalmente deícticos», esto es, «gestos de ejecución, como apuntar, dar, mostrar, ofrecer y realizar peticiones para dirigir la atención del adulto hacia un objeto por el cual el bebé siente interés por obtenerlo con una intención declarativa, es decir, para informar al adulto de su interés por un objeto».
Para Romero, este estudio muestra que el habla y la gestualidad son dos «elementos necesarios» para estudiar la comunicación humana, pues cada vez hay más pruebas de que ambas están estrechamente coordinadas, y «es quizá una condición fundamental para el desarrollo posterior del primer léxico ya en la etapa lingüística».
De hecho, revela el investigador, «cada vez hay más evidencias científicas» que muestran que la combinación de balbuceo y gesto de los bebés «están relacionadas» con un desarrollo posterior del lenguaje, y por tanto, son un elemento predictivo. «Por ello investigaciones de este tipo podrían ayudar a predecir alteraciones lingüísticas en el trastorno específico del lenguaje», avanza el investigador.
El objetivo de este trabajo fue investigar el proceso de adquisición y desarrollo del lenguaje en relación con la coordinación temporal de gestos y habla de niños. Para ello, los investigadores grabaron en vídeo a dos bebés nacidos en familias vascohablantes, desde que los niños tenían 9 meses hasta que cumplieron 13 meses.
«Las grabaciones se realizaron en sus domicilios junto con sus progenitores. En total, se obtuvieron más de 1.260 actos comunicativos producidos por los dos, a través de unas 6 horas de grabación, que fueron analizadas posteriormente mediante la aplicación del software específico ELAN, «esta herramienta permite realizar y procesar anotaciones en líneas digitales de información de forma conjunta para distintos tipos de archivos de audios y videos», explica.
Esta investigación ha abierto nuevas líneas de trabajo, y por otra parte confirma lo ya señalado en diferentes investigaciones con bebés catalanes e ingleses.
Referencia bibliográfica
Romero Andonegi, A., Etxebarria Lejarreta, A., De Pablo Delgado, I. y Romero Andonegi, A.. ‘The interrelation of gestures and vocalization in early communication functions: Evidence from Basque language’. Signos. Estudios de Lingüística, 50(93), 96-123 (2017). DOI: 10.4067/S0718-09342017000100005.
Edición realizada por César Tomé López a partir de materiales suministrados por UPV/EHU Komunikazioa
Txema M.
Pues lamento disentir en la siguiente afirmación: «la tipología de los gestos en estas combinaciones de gesto y vocalización son “principalmente deícticos”, esto es, “gestos de ejecución, como apuntar, dar, mostrar, ofrecer y realizar peticiones para dirigir la atención del adulto hacia un objeto por el cual el bebé siente interés por obtenerlo con una intención declarativa, es decir, para informar al adulto de su interés por un objeto”
Tras esta interpretación de esos datos perfectamente presentados se encuentra el principio teórico de que en la base del lenguaje humano se encuentra la función informativa. Por esto, creo yo, se hace esta larga explicación según la cual el bebé
– trata de dirigir la atención del adulto hacia un objeto
– por el que él mismo siente interés por obtenerlo
– con una intención declarativa: para informar al adulto de su interés por el objeto.
Pues no, lo siento pero la intención del niño no es declarativa. Con sus gestos y vocalizaciones el bebé pretende conseguir que el adulto le proporcione lo que desea, simplemente. A la función del lenguaje en la que el emisor intenta influir en la conducta del receptor se la denomina función conativa y es, con toda claridad, la que corresponde a los ejemplos citados.
No es la primera vez que veo esta interpretación, a mi juicio, errónea. Tiene una consecuencia, que es desligar las posibles semejanzas entre el el desarrollo ontogenético y filogenético del lenguaje. Es más que evidente que las señales orales de muchos animales tienen esa misma función: provocar la reacción adecuada en el receptor. Es muy difícil de concebir algún posible lazo de unión entre la comunicación animal y la humana si clasificamos como acciones con distinta función aquellas en las que ambas coinciden. Y este es el caso.
Chomsky influye mucho a la hora de hacer interpretaciones. Y Chomsky no cree que el lenguaje humano se haya desarrollado a lo largo de la evolución de nuestro género durante un proceso que haya durado millones de años; lo limita a las últimas decenas de miles de años de nuestra especie sapiens.
La simetría de figuras abstractas y la adquisición de la gramática en bebés — Cuaderno de Cultura Científica
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