Los 40 Radikales

Editoralia

Oficina de comunicación de la UPV/EHU

David Mota Zurdo (Barakaldo, 1985), doctor internacional en Historia Contemporánea por la IPV/EHU, ha publicado recientemente el libro ‘Los 40 Radikales. La música contestataria vasca y otras escenas musicales: origen, estabilización y dificultades (1980-2015)’. La obra analiza la evolución de la música contestataria vasca desde 1980 hasta la actualidad, centrándose fundamentalmente en los géneros del punk, hardcore y hip-hop.

Siguiendo las corrientes historiográficas que están en plena batalla por el relato, en ‘Los 40 Radikales’ se analiza, por un lado, la estrategia de instrumentalización de la música underground que llevó a cabo la izquierda nacionalista vasca para transmitir y expandir su ideario entre la juventud durante las décadas de 1980 y 1990; y, por otro, se estudian los cambios, las sinergias y las dificultades que desde entonces ha padecido ese tipo de música contestataria. Se trata, sin duda, de una interpretación novedosa sobre la música política de nuestro país, donde se recopilan diferentes trabajos inéditos y artículos ya publicados en revistas especializadas de difícil acceso, que han sido actualizados y ampliados.

El libro se divide en dos grandes partes. En la primera, se analiza el origen y evolución del movimiento musical underground vasco. En la segunda se presta atención a la situación de este género en la actualidad, atendiendo a sus problemas legales, y se cruza a fin de establecer comparativas entre la situación de la música underground durante la Transición y la actualidad, haciendo especial hincapié en las obstaculizaciones que sufrió este género contestatario. “He examinado las divergencias existentes entre los grupos, sus problemas, sus lugares de sociabilidad y su imagen durante las tres grandes etapas de nuestra historia reciente: la Transición, la consolidación de la democracia y la actualidad”, explica el autor.

Además, se dedica un amplio espacio para la historia de ese movimiento, atendiendo a su inspiración filosófico-política, sus dificultades de expansión, sus críticas y sus obstáculos. Para concluir con los problemas judiciales que han tenido algunos de los protagonistas. “Los últimos acontecimientos en torno al 15-M y la Ley Mordaza están produciendo un repunte de la politización de la música. Este contexto de ultraderechización de la sociedad y el constreñimiento de la libertad de expresión está provocando de manera generalizada un repunte de la música antisistema”, llega a comentar David Mota en su libro.

Para el periplo de presentaciones de su nueva obra, Mota ha contado con la colaboración de un importante elenco de historiadores y representantes de la cultura que, además, han vivido en primera persona muchos de los acontecimientos que en ella se relatan.

Para Santiago Burutxaga, promotor cultural y presidente de Cultura Abierta, no es frecuente que, para investigar una época, un historiador ponga la música en su punto de mira y que, además, se fije en las bandas que al comienzo de ese tiempo eran poco menos que subterráneas y malditas para el establishment cultural. “Lo interesante y singular del libro es que va más allá de hacer un recorrido por los temas y los grupos de lo que el autor llama la escena underground vasca: el punk, heavy metal y otras corrientes musicales que en los años 80 se englobaron bajo la etiqueta de Rock Radical Vasco. David Mota se detiene a estudiar los lazos que se tejieron entre los grupos políticos radicales y aquellos chavales de garaje, tugurio y barriada que escupían sus frustraciones y mala leche en sus canciones y que estaban, quizás sin saberlo, abriendo nuevos caminos a la música vasca de la época. En definitiva, es un libro tanto para rockeros como para los que no siéndolo especialmente, quieran conocer o recordar sin nostalgia, -como es mi caso-, aquellos años “alegres y combativos”, pero también violentos y oscuros”.

Mikel Toral, exdirector de Cultura del Gobierno Vasco y miembro del Consejo Vasco de la Cultura, que prologa el libro, cree que es una buena oportunidad para repasar de manera solvente y amena la difícil relación entre la música contestataria y los poderes establecidos y los contrapoderes que aspiran a sustituir a estos. “En un mundo de autocomplacencia y aduladores, sorprende gratamente la valentía con la que David Mota se enfrenta al periodo más reciente de nuestra historia musical desde la objetividad del historiador y desde la crítica “sin paños calientes”, ya sea a la IA o al PP. Creo que la mayoría de los lectores que se acerquen al libro confirmarán sus sospechas y vivencias de la maldad del poder respecto a la música contestataria. Es así en un 90%, y más en los últimos tiempos. Pero también pienso que es un libro que sirve para que los más jóvenes desarrollen su espíritu crítico y reflexionen, tal y como constantemente se invita a lo largo de la obra”.

En la presentación del libro en Bilbao también participó Joseba Martín, doctor en Periodismo, profesor de la UPV/EHU y director del programa ‘La Jungla Sonora’ de Radio Euskadi, a quien le ha llamado la atención la cantidad y la calidad de las fuentes consultadas a la hora de dar contexto al conjunto, sobre todo desde una visión sociopolítica. “Si bien es cierto que en los años 80 y en los primeros 90 la escena vasca más contestataria estaba fagocitada por la izquierda abertzale, no es menos cierto que en la actualidad la música que se hace en Euskal Herria, salvo contadas excepciones, es mucho más acomodaticia, con un perfil más mainstream que busca un éxito que se pueda convertir en numerosos conciertos”, comenta. Para Joseba Martín, el acierto del libro, además de esa revisión del contexto histórico de los 80, reside en la constatación de que la libertad de expresión está, en los últimos años, bajo sospecha. “En el caso vasco se ha traducido en una cierta persecución (algunas denuncias, suspensión de conciertos…), lejos aún del ensañamiento actual de la derecha y su caverna mediática, capaz de calentar el ambiente para que, leyes restrictivas mediante, un rockero, un rapero o un grupo acabe con penas de cárcel por esta o aquella letra”, afirma.

Para Antonio Rivera, catedrático de Historia Contemporánea de la UPV/EHU, el libro proporciona gran cantidad de información sobre la relación que mantuvo la múltiple variante vasca del punk-rock, sobre todo de los ochenta y noventa, con culturas políticas como la de la izquierda abertzale. “Da muchos datos y analiza con inteligencia la doble influencia e instrumentalización que se produjo entre esos dos ámbitos y cómo uno y otro se vieron modificados con esa relación. Un sector de la izquierda abertzale se modernizó haciendo propios mensajes y formas que en origen le resultaban ajenas, y el llamado RRV se contagió de discurso nacionalista, aunque siguiera primando en él unas letras contra el sistema democrático que se instalaba en nuestro país en los ochenta, muchas veces justificando la violencia política y el terrorismo, y denunciando situaciones de injusticia producidas en una sociedad muy crispada y crítica como fue la vasca de los ochenta”, destaca.

En ese sentido, como se expone en la obra, el RRV fue más político y reivindicativo que la Movida madrileña (o viguesa) porque respondían a dos sociedades distintas. “En la vasca de los ochenta –explica Rivera-, la ciudadanía no había abandonado las calles para dejar que las instituciones condujeran la política cotidiana. La calle estuvo agitada todavía durante algunos años por reivindicaciones de diverso género: sociolaboral (son los años de la reconversión industrial), antirrepresivo, antisistémico, nacionalista, en el combate por “liberar” espacios respecto de las nuevas instituciones que se iban asentando… Aunque la Transición tuvo los mismos efectos que en el resto de España, la consolidación institucional estuvo cuestionada hasta más tarde. En el resto del país ese proceso no se produjo y sí el del llamado “desencanto”, una vuelta al territorio de lo privado después de la intensa politización de las vidas de las gentes que se produjo durante el tardofranquismo y la Transición. Unas letras menos precisamente políticas, más preocupadas por la vida privada, más lúdicas que sacrificadas, algo desencantadas o, lo que el autor llama, “metafísicas” son expresión de “esa radical diferencia entre esos dos territorios en ese tiempo”.

David Mota. Foto: Nuria González. UPV/EHU.

Otro joven doctor en Historia y profesor en la UPV/EHU, Aritza Sáenz del Castillo, también ha intervenido en las presentaciones del libro. “A diferencia de otras publicaciones que han tratado el tema, que podríamos catalogar como crónicas o anecdotarios de tinte autobiográfico de una época, el autor se suma a la corriente de las Ciencias Sociales –New Popular Music Studies- que ha analizado esta época y esta materia con el rigor científico que merece”, opina.

Para este historiador, el autor consigue despertar el interés del lector al introducirse y analizar de forma exhaustiva las relaciones existentes entre los diferentes movimientos musicales underground y el poder hegemónico y no tan hegemónico a lo largo de estos casi cuarenta años. “Muchas de sus reflexiones coinciden con ideas que ya manifestaron los protagonistas de aquella primigenia escena punk que eclosionó a finales de los 70 y primeros 80, y que puso el País Vasco patas arriba. Otros, por la juventud que poseemos y asumiendo muy a nuestro pesar aquello que coreaba La Polla Records – “no soy joven, yo soy muy viejo, ríete de mí que soy tu espejo”- no contemplamos aquellos primeros acordes y desacuerdos, pero sí fuimos testigos del eco o, mejor dicho, reflujo de aquello que llamaron Rock Radical Vasco y que dejó su impronta en la cultura musical vasca décadas después, para bien y para mal”, destaca.

En Logroño o Lleida también se han realizado presentaciones de ‘Los 40 Radikales’, actos en los que han intervenido académicos como Sergio Cañas, doctor en Historia Contemporánea e investigador de la Universidad de La Rioja. Para este historiador, el libro es necesario para comprender una parte importante de la historia reciente del País Vasco y está escrito con habilidad para analizar la parte más salvaje, rompedora e internacional de la cultura popular desde las ciencias sociales, pero carente de la inocencia de quien simplemente ve en el rock radical surgido en los años 80 una representación marginal de una tribu urbana. “Su mayor aportación –incide-, es explicar los mecanismos de instrumentalización que la izquierda nacionalista vasca hizo de una contracultura que vino para quedarse, y su relación con los dispositivos de censura y marginación que sufrió por parte del resto del espectro político más interesados en promocionar la Movida Madrileña o el folclore vasco tradicional”.

Sergio Cañas, además, ha formado parte de diversos grupos musicales, si bien al margen de su instrumentalización nacionalista y desde un prisma anarcopunk. “Al entrar en la universidad, me sumergí de lleno en su vertiente intelectual y comencé a utilizarla como fuente para la historia, releyendo lo anterior y descubriendo nuevos autores y estilos diferentes, al tiempo en que continuaba siendo miembro de nuevas bandas musicales. Pero ya era tarde para cambiar y sólo podía evolucionar. Tal vez por eso cada capítulo que he ido leyendo del libro me ha obligado a buscar mis cintas, vinilos y cedés para volverlos a escuchar”, relata.

En Lleida participó en la presentación Carles Feixa, catedrático de Antropología Social de la Universidad Pompeu Fabra, que tuvo un personal acercamiento a ese movimiento musical y destaca de la obra que va mucho más allá de la superficie política en la que se le ha querido encasillar. “Mi encuentro con la música rock-punk/hardcore vasca tuvo lugar en la ciudad de México en 1991. Al haber paseado por el mercado callejero de El Chopo (un tianguis que cada sábado reúne desde los 80s a todas las tribus urbanas de una de las mayores metrópolis del planeta), conocía a la banda de los Mierdas Punks, que se sabían de memoria las letras de Kortatu y Eskorbuto (además de las de LPR, claro), cuyos discos se vendían en casetes autograbados en varios puestos del mercado. De todos ellos destacaba el de un vasco transterrado en el que también se podían comprar camisetas, gadgets y literatura contracultural. Mis cuates punks de ciudad Nezahualcóyotl me contaron las míticas visitas de esos grupos al DF. Cuando regresé a Cataluña me interesé por esa historia subterránea. Luego estuve en la tesis doctoral de Huan Porrah, un andaluz pionero en bucear en ella, pero hasta que leí el libro de David Mota no acabé de entender lo sumergido, lo emergente y lo visible de uno de los movimientos músico-culturales más interesantes que durante el último medio siglo ha surgido al sur de los Pirineos”.

Ficha:

Autor: David Mota Zurdo

Título: Los 40 Radikales. La música contestataria vasca y otras escenas musicales: origen, estabilización y dificultades (1980-2015)

Año: 2017

Editorial: Ediciones Beta

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