Una de las más peculiares críticas a la ciencia como empresa es acusarla de materialismo, o fisicismo, como si se tratara de un defecto en lugar de una característica intrínseca. La ciencia es materialista porque no puede, ni pretende, ser otra cosa.
La esencia de la tarea científica es recopilar conocimiento sobre el Universo en el que vivimos. Pero no cualquier tipo de conocimiento: sólo conocimiento objetivo, que se caracteriza por que es independiente del observador y por tanto transmisible. Si yo mido la temperatura de una habitación el valor será igual sujete el termómetro Agamenón o su porquero: lo único que podrá variar es la escala de medida, pero el dato será el mismo. Lo mismo ocurre con un experimento genético o una medida de espectro estelar: si no hay error o malicia el dato tomado por un científico será el mismo que el tomado por otro. Lo cual significa que el segundo puede fiarse del dato obtenido por el primero, porque es objetivo: independiente del observador.
No ocurre lo mismo con una idea, una sensación o un sentimiento, que son por naturaleza y esencialmente subjetivos: dependen de quién los experimenta. El bienestar de la brisa en la cara una tarde de playa, el éxtasis estético de una puesta de sol o la satisfacción y expansión del alma que produce un poema pueden experimentarse, pero no transmitirse; el pintor, el escultor o el escritor lo intentan con su arte, pero sólo pueden conseguirlo de modo limitado. La esencia del idealismo en todas sus formas es la experiencia subjetiva, no transmisible.
Y por eso la ciencia no puede ser más que materialista: porque su objetivo es el conocimiento objetivo, que es el que se puede medir y transmitir con independencia del observador. Curiosamente por el camino del materialismo la ciencia ha acabado llegando a objetos del cosmos que no son materiales: campos, energía, espaciotiempo, materia oscura. Pero siempre desde sus interacciones y relaciones con la materia, el único constituyente del universo que sabemos con certeza (decreciente) que está ahí. Y por eso ‘acusar’ a la ciencia de materialista es proclamar el propio, como mínimo, dualismo.
Sobre el autor: José Cervera (@Retiario) es periodista especializado en ciencia y tecnología y da clases de periodismo digital.
Masgüel
«Una de las más peculiares críticas a la ciencia como empresa es acusarla de materialismo, o fisicismo, como si se tratara de un defecto en lugar de una característica intrínseca.»
Cree el ladrón que todos son de su condición. Ni siquiera la física es materialista. No digamos la psicología o la sociología. Materialista es una interpretación concreta de la ciencia y la naturaleza.
«Por qué no soy materialista» – Ulises Moulines:
http://critica.filosoficas.unam.mx/pg/es/descarga.php?id_volumen=144&id_articulo=937
«acusar a la ciencia de materialista es proclamar el propio, como mínimo, dualismo.»
De nuevo, no a la ciencia. A la interpretación que algunos hacen de la ciencia. Pero sí, caben más de dos ontologías. Desde un pluralismo naturalista, Dan Kaufman y M. Pigliucci:
https://www.youtube.com/watch?v=qfFW_D-QXqk
Rawandi
La ciencia es materialista (o lo que es igual, naturalista) porque su método (la observación racional) es materialista, y en consecuencia prefiere las explicaciones naturales antes que las sobrenaturales.
La ciencia niega la separabilidad del intelecto y del cuerpo físico, que es el dogma animista (o lo que es igual, espiritualista) en el que se basan todas las religiones. El dios católico, por ejemplo, es un intelecto inmaterial y por tanto no puede existir.
José Ramón Pérez Pérez
Creo que recordar que la energia y la materia están tán intimamente ligadas que so dificiles de separar. ¿quién puede generar un pesamiento o un sentimiento sin soporte energerticio?.
Nosotro con La Ciencia intentamos separar de los demas componentes que como especie forman parte de nosotros mismos, pero no podremos nunca. La Ciencia solo existe porque la ha creado el homo sapiens.
SERGIO RIVERO
«Creo que recordar que la energia y la materia están tán intimamente ligadas que so dificiles de separar.»
Termine de estudiar mi amigo, pues la materia ES SOLO ENERGÍA
Richard
Más que de conocimiento objetivo hay que hablar de conocimiento intersubjetivo, siguiendo tu ejemplo es necesario que alguien porte el termómetro y además sepa usarlo. Podrías inventar un brazo mecánico que hiciera esa operación, pero lo harías diseñado precisamente para esa tarea, con una teoría previa de como ha de actuar, y el resultado de esa medición te llegaría a ti por los sentidos, por lo que el observador es siempre necesario.
En palabras del último Popper no hay acercamiento posible al tribunal de la experiencia sin mediación de una teoría.
La ciencia con la física cuántica hizo un giro curioso, dejó de lado el materialismo de Laplace o LaMettrie con raíces cartesianas y presocráticas y se volcó hacia Platón y Pitágoras haciendo de las realidades últimas constructos matemáticos precisos y altamente predictivos. La res extensa ha ido mutando.
Por otro lado, el materialismo ontológico en ciencia se ha mantenido sobre todo en neurociencia y sus «logros» son la propuesta de eliminación de la conciencia (lo que lleva a la paradoja de que no se niega la existencia de la realidad externa pero se niega que se pueda pensar sobre ella). Visto que tampoco ha conseguido subsumir la psicología a lo que termina conduciendo es al dualismo, solo hay que ver como se experimenta, preguntando verbalmente a la persona y correlacionando esa experiencia en primera persona a imágenes cerebrales, o sea dualismo.
César Tomé
No me voy a extender en una respuesta al conjunto del comentario porque sería demasiado extensa y no creo que merezca la pena.
En todo caso, y como aviso al lector ocasional, solo decir que esta expresión «y sus «logros» son la propuesta de eliminación de la conciencia» implica tal desconocimiento de la neurociencia que ya hace ver como hay que tomar el resto del comentario. La neurociencia no niega la existencia de la consciencia; afirmar lo contrario es una boutade de tamaño catedralicio. La neurociencia cuestiona la existencia de la continuidad del yo personal, que es una cosa muy diferente.