Una última oportunidad para Opportunity

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El rover Opportunity, gemelo del Spirit, diseñados para ejercer de geólogos robóticos sobre la superficie de Marte. Foto: NASA

De todos los robots o rovers activos que la NASA tiene recorriendo la superficie de Marte a día de hoy, Curiosity es la estrella. Nos manda selfies y tuitea y tiene un innegable parecido con Wall-E, el adorable robot protagonista de la película de Pixar que se afanaba en limpiar una Tierra que el ser humano había abandonado ya por exceso de contaminación y porquería.

Pero eso es un poco injusto porque si hay uno de esos cacharros que merezca toda nuestra admiración, ese es Opportunity, ya que ha superado de larguísimo las expectativas que su equipo de ingenieros tenía sobre su resistencia, utilizad y perseverancia. Ahora, Opportunity no pasa por su mejor momento. Lleva apagado y en silencio desde junio, cuando una intensa tormenta de arena marciana le obligó a entrar en hibernación. Desde entonces sus baterías se han ido descargando. La NASA ha decidido esperar a que la tormenta afloje y entonces darle al robot un plazo de 45 días para que se recargue y vuelva a enviar señales de vida. Si eso no ocurre, Opportunity se dará por perdido, aunque se seguirá escuchando periódicamente en su dirección hasta finales del mes de enero a la espera de nuevas señales.

Los paneles solares que alimentan a Opportunity. Foto: NASA

Si este termina siendo el final de Opportunity, nadie podrá decir que el robot no ha sido un superviviente. Retrocedamos un poco, hasta el 25 de enero de 2004, el día que el rover puso sus ruedas en Marte. Tres semanas antes, el 3 de enero, su gemelo, el Spirit, había hecho lo mismo en otra zona del planeta. La duración estimada de su misión era de 90 días marcianos (cada uno dura 40 minutos más que un día en la Tierra) porque los ingenieros suponían que el polvo de Marte los enterraría rápidamente, pero Spirit siguió funcionando y enviando datos durante 7 años, y Opportunity iba de camino a cumplir 15 años en activo.

La tormenta de arena que amenaza al rover

Pero la tormenta que le cayó encima este mes de junio ha sido de las más severas, y eso supone 2 problemas para el robot: por un lado, la propia arena que puede dañar sus componentes, y por otro, que impide que pase la luz del Sol de la que se alimentan sus baterías. Los científicos no pueden calcular con exactitud cuándo aminorará lo suficiente como para que la luz atraviese las nubes de polvo y vuelva a recargar de energía a Opportunity.

Y hay un tercer problema: cuando afloje la tormenta, todo ese polvo tiene que posarse en algún sitio, y lo hará sobre el robot. Su el polvo se posa sobre sus paneles solares, impedirá que estos reciban la luz del Sol igual que cuando estaba en el aire, y los ingenieros desde la Tierra no tienen modo de solucionar el problema.

Dos imágenes de la superficie de Marte, tomadas por Curiosity, que muestran los efectos de la tormenta de arena del pasado mes de Junio. Foto: NASA

Hay, aseguran un rayo de esperanza, un fenómeno que los científicos observaron por primera vez cuando los robots llegaron a Marte y que fue parcialmente responsable de que no sucumbieran a los 90 días al polvoriento destino que todos les auguraban: los ciclos periódicos de vientos que recorren la superficie marciana con suficiente fuerza como para arrastrar con ellos el polvo y así quitárselo de encima a los robots.

El equipo de la NASA calcula que estos vientos tendrán lugar desde noviembre hasta enero, y eso podría encajar con el margen de tiempo que le han dado a Opportunity para que se ponga en contacto de nuevo con la Tierra, pero solo si la tormenta se despeja en las próximas semanas, cosa que no hay forma de predecir con seguridad. Por eso algunos científicos que han trabajado en las misiones de Opportunity y Spirit consideran que los plazos anunciados por la agencia espacial no le dan al robot la oportunidad que merece, y que habría que esperar a que se despeje la tormenta para establecer la duración de los siguientes periodos de escucha.

Son robots, pero son más que eso

El caso del Spirit fue diferente, allí no cupo mucha esperanza. En abril de 2009 se quedó atascado en una posición que le hizo perder toda su energía en el invierno marciano que llegó poco después. En julio de 2010 la NASA comenzó una intensa operación de recuperación, enviando señales durante meses e intentando escuchar una respuesta.

Tras recibir apenas un susurro como respuesta, en mayo de 2011, la NASA declaraba perdido a Spirit. En aquel momento la decisión fue dura, pero existía el consuelo de haber hecho todo lo posible por recuperarlo y de que aun quedaba en pie la mitad de la misión gracias al perseverante Opportunity. El trabajo continuaría y seguirían recibiendo información.

Es difícil no sentir simpatía por Opportunity si pensamos en Spirit esforzándose por ser un buen rover para que le recojan y le traigan de vuelta a casa, en esta tira cómica de xkcd. Fuente: xkcd.com

Esto ya no es así. Si Opportunity deja de funcionar, se acabó la misión. Por eso muchos de los científicos que participan en ella están haciendo lo que está en su mano para salvar al robot, entre otras cosas, promoviendo una campaña en Twitter con la etiqueta #SaveOppy. Sin embargo, parece haber discrepancias entre los directivos de la NASA que están tomando las decisiones y los científicos de la misión, que cuentan en este artículo de Space.com que nadie les avisó del anuncio que hizo la NASA el día 30 de agosto en el que anunciaba los planes para Opportunity y que consideran que no se le está dando una oportunidad justa establecer los plazos sin esperar a que pase la tormenta.

Aquí chocan los intereses científicos con los administrativos. Cuando Spirit desapareció y el equipo pasó meses tratando de recuperarlo, lo hacían como parte de una misión que en cualquier caso seguiría adelante con Opportunity como protagonista. Pero ahora, la recuperación de Opportunity marcará la diferencia entre que la misión siga adelante o no, y si termina siendo que no, es una oportunidad para dedicar todos esos esfuerzos a otra cosa. «No voy a mantener a todo el personal en esto durante 6 u 8 meses si las probabilidades de éxito son bajas», ha dicho John Callas, gestor del proyecto Opportunity en el JET Propulsion Laboratory de la NASA.

Así que el tiempo juega en contra el Opportunity, que vive unos meses cruciales en los que tiene que calmarse la tormenta con el tiempo suficiente para que los vientos marcianos limpien de polvo sus placas solares y así pueda enviar a la Tierra la señal que demuestre que 15 años no son nada para él, que ya ha superado con creces todas las expectativas.

Referencias:

Martian Skyes Clearing Over Opportunity Rover – Jet Propulsion Laboratory, NASA

Opportunity – Wikipedia

NASA Just Gave the Opportunity Rover a Survival Deadline on Mars—Here’s What That Means – Space.com

Mars Dust Storm: June 2018 – NASA

Un homenaje a Spirit – NASA

Sobre la autora: Rocío Pérez Benavente (@galatea128) es periodista

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