Jugando la Eurocopa de fútbol en una mina

Fronteras

En estos días estamos viviendo uno de los numerosos eventos deportivos que nos deparará el verano, la Eurocopa de Naciones de Fútbol en categoría masculina de 2024, que se celebra en Alemania. Y uno de los estadios que está levantando mayor expectación entre los medios de comunicación y las personas aficionadas que disfrutan de los partidos, tanto de manera presencial en el campo como virtual a través de las retransmisiones televisadas, es el del equipo Schalke 04. Llamado antiguamente Arena auf Schalke, renombrado recientemente como Veltins-Arena, lo que hace tan especial a este estadio es que el túnel que atraviesan los jugadores de los dos equipos que van a disputar el partido para salir al campo imita el túnel de entrada a una mina. Y esto no es casualidad.

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Aspecto del túnel de acceso al terreno de juego del estadio Veltins-Arena del equipo Schalke 04 de la localidad alemana de Gelsenkirchen.

El Schalke 04 es el equipo de la localidad de Gelsenkirchen, que se encuentra en el estado federal de Renania del Norte-Westfalia, situado en el sector noroccidental de Alemania. Geológicamente hablando, en esta zona afloran materiales de finales del Carbonífero, en concreto de hace entre unos 315 y 307 millones de años. En aquellos momentos, en este lugar se desarrollaron grandes pantanos completamente bordeados por gigantescos helechos arborescentes y coníferas que superaban los 20m de altura. Era tal la cantidad de vegetación que, cuando morían y caían al agua, los organismos descomponedores no fueron capaces de eliminar toda la materia orgánica generada, que se fue enterrando en diversas capas una sobre otra en los fondos arcillosos de las masas de agua pantanosas. Con el paso del tiempo, fruto de la presión y el aumento de la temperatura debido a la compactación y el enterramiento cada vez a mayor profundidad en el subsuelo, esta materia orgánica sufrió una transformación mineral, acabando por convertirse en carbón.

Es tal la cantidad de yacimientos de carbón que encontramos en este estado alemán, que se llegó a definir un Piso geológico de la subdivisión clásica europea del Periodo Carbonífero nombrado en su honor: el Westfaliense. Nomenclatura ya obsoleta en las cronologías mundiales estándares de la Tabla Cronoestratigráfica Internacional, pero ampliamente utilizada todavía en la actualidad en muchas zonas centroeuropeas e, incluso, en la Península Ibérica.

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Mapa geológico de Alemania a escala 1:2.000.000, donde los materiales geológicos del Westfaliense aparecen representados de color marrón en el sector occidental del país. Fuente:l Bundesanstalt für Geowissenschaften und Rohstoffe (Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales de Alemania)

Además, y como no podía ser de otra manera, el descubrimiento de estos abundantes yacimientos de carbón supuso un enorme motor económico para toda la zona occidental alemana durante la Revolución Industrial. Así, a mediados del siglo XIX, la localidad de Gelsenkirchen pasó de ser una pequeña ciudad post-medieval prusiana a convertirse en uno de los centros neurálgicos de la industrialización alemana. Actividad minera que prácticamente se mantuvo activa hasta los últimos estertores del siglo XX.

Esta importancia de la minería del carbón aún queda latente en la localidad. En su escudo heráldico podemos encontrar un cuadrante con una maza y un martillo cruzados, símbolo minero por excelencia, ambos de color blanco destacando sobre un fondo negro. Negro carbón, por supuesto. Y por toda la localidad se pueden encontrar antiguas explotaciones, fábricas, maquinaria y chimeneas de tratamiento del carbón que permanecen en pie como testigos mudos de todo este proceso industrial. Pero lo más llamativo lo encontramos en el aspecto deportivo, en concreto, en ese túnel de acceso de los jugadores al campo de fútbol.

Una vez más, os puedo mostrar un ejemplo de cómo la Geología condiciona todo el desarrollo social de un entorno, hasta el punto de caracterizar su ambiente deportivo. Lo mejor es cuando esta interacción supera las fronteras locales, pasando a obtener fama mundial gracias a un evento del que millones de personas, más allá de Europa, está pendiente. Sobre todo, porque el personal que comenta los partidos se centra en destacar, continuamente, esta particularidad tan geológica.

Sobre la autora: Blanca María Martínez es doctora en geología, investigadora de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y colaboradora externa del departamento de Geología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU

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