Los receptores acoplados a proteínas G (GPCR por su nombre en inglés) son una familia de receptores transmembrana. Participan en infinidad de procesos de transmisión de información del exterior al interior celular. Intervienen en algunas modalidades de fotorrecepción, de quimiorrecepción de gusto y olfato, recepción de feromonas, de hormonas y de neurotransmisores. Son también la diana del 30% de los fármacos modernos. De la importancia de estos receptores da cuenta el hecho de que en 2012 el premio Nobel de Química le fuese concedido a Robert L. Lefkowitz y Brian K. Kobilka por “sus estudios en receptores acoplados a proteínas G”.

Pues bien, Ash Jogalekar, autor del blog The Curious Wavefunction, en una interesante anotación que acaba de publicar, propone que el modo en que colaboran los científicos que investigan los GPCR podría servir de modelo a imitar en otros campos de la ciencia. Muchísimos investigadores trabajan en el mundo en estos receptores, por una parte por su importancia, y por otra, por la gran variedad de receptores de esa clase que existen. Por esa razón, muchísima información, tanto metodológica como relativa a la estructura y secuencia de aminoácidos de muchos fragmentos de los receptores que se están estudiando es de interés para varios investigadores o grupos. Si cada uno de ellos tuviera que obtenerla por su cuenta, el gasto en tiempo y dinero sería enorme. Por esa razón, la comunidad de científicos que trabajan en los GPCR han constituido una red en la que ponen en común y comparten esa valiosa información. Ello no solo permite ahorrar muchísimo dinero, sino que aumenta considerablemente la velocidad a la que se avanza en este campo. Podría, como señala Jogalekar, ser un modelo a imitar en otras áreas de la ciencia en que el esfuerzo a relizar es enorme y en que una buena parte de la información relevante es susceptible de ser compartida de ese modo.

La anotación puede leerse aquí: [The GPCR Network: A model for open scientific collaboration]