El caso Pfeiffer: cuando los «antivacunas» facilitan el trabajo

Naukas

Muchos podréis pensar que las «modernas» organizaciones antivacunas son reflejo de alguna de las múltiples y variadas tendencias pseudocientíficas new age o bioecologistas de nuestros tiempos. Sin embargo la oposición a las vacunas por parte de movimientos contrarios lleva existiendo desde hace siglos y se hizo aún más insistente en el momento en que Edward Jenner realizó la primera de ellas a finales del siglo XVIII.

jenner
Edward Jenner vacunando a un niño de viruela

Durante todos estos años los antivacunas han supuesto siempre un obstáculo a la modernización y avances en la esperanza de vida… salvo quizás en una ocasión: El caso del doctor Immanuel Pfeiffer.

Nuestro punto de inicio será Boston a principios del siglo XX y aunque probablemente no os sorprenda, los argumentos que esgrimían los antivacunas hace ya más de cien años eran practicamente los mismos que siguen utilizando hoy en día.

Y el doctor Pfeiffer era uno de los más activos. Su acción contra las vacunas lo había convertido en una de las cabezas visibles del movimiento en Estados Unidos. Entre los remedios que este médico recomendaba para curar diversas enfermedades, en lugar de vacunarse, se encontraban el ayuno y el hipnotismo (muy de moda en aquella época gracias a las tesis de Franz Anton Mesmer)

Sin embargo, en los primeros años del nuevo siglo se desató en Boston uno de los más persistentes brotes de viruela que la ciudad había conocido. Miles de afectados se agolpaban en los hospitales de la ciudad mientras que los acólitos del doctor Pfeiffer se oponían con fuerza a una vacunación masiva.

En este clima de enfrentamiento social surgió una voz desde el Hospital Galloupe Island de Boston retando a cualquiera de los opositores a la vacunación a visitar el centro y exponerse a los enfermos. Pocos dieron el paso adelante, pero entre el escaso número de «valientes» apareció el doctor Immanuel Pfeiffer que, con su ayuno y mesmerización, se presentó en Boston y aceptó realizar una visita por los pabellones donde se agolpaban cientos de enfermos de viruela.

El doctor visitó el Hospital a finales de enero, y tan solo unos días después, el 8 de febrero de 1902, el resultado de aquella visita fue uno de los titulares más sonados del New York Times

New York Times 9 febrero 1902

El doctor Pfeiffer, el gran abanderado antivacunas, había contraído la viruela y se encontraba en estado grave. Todo un premio Darwin que consiguió replantear la cuestión de si debía realizarse o no una vacunación generalizada en Boston.

Las semanas pasaron y afortunadamente el doctor se recuperó. A pesar del susto y de haber estado al borde de la muerte, Immanuel Pfeiffer reapareció en público sin cambiar ni un ápice sus planteamientos.

El doctor se recupera

Pero poco importaba ya la férrea opinión del doctor Pfeiffer… el trabajo estaba hecho. Las vacunas se alzaron ante la opinión pública y ante los legisladores como efectivas y esta epidemia de viruela en Boston es conocida hoy en día como «La última epidemia de viruela de Boston».

Desde entonces tan solo aparecieron casos aislados de viruela hasta que en octubre de 1932 se dio el último caso registrado de viruela en el Estado.

——————-
Este post ha sido realizado por Javier Peláez (@irreductible) y es una colaboración de Naukas con la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

Referencias y más información:

Conocí la historia del caso Pfeiffer en la conferencia que el profesor Ángel Gutiérrez Navarro realizó en el Museo de las Ciencias de La Laguna el pasado 07 de mayo. A partir de ahí, encontré los artículos originales del New York Times que aún se conservan en PDF en la hemeroteca del periódico: 09 Febrero 190210 Marzo 1902

Albert MR, Ostheimer KG, Breman JG, The last smallpox epidemic in Boston and the vaccination controversy, 1901-1903. N Engl J Med. 2001 Feb 1;344(5):375-9.

6 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *