La octava toxina botulínica, otro caso de censura científica

Fronteras

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Cultivo de Clostridium botulinum

Por primera vez en la historia, las autoridades han prohibido la difusión de la secuencia genética de una bacteria. Se trata de una nueva cepa de Clostridium botulinum, el microorganismo que produce la conocida y letal toxina botulínica, una de las sustancias más mortíferas que existen. Bastan dos microgramos de esta proteína (2 millonésimas de un gramo) para acabar con la vida de un adulto. La toxina actúa bloqueando la acetilcolina, el neurotransmisor necesario para que los músculos funcionen, y si alguien lo ingiere de manera accidental se bloquean los músculos respiratorios y se produce el conocido botulismo, que lleva a la muerte en pocos minutos.

La bacteria recién descubierta[footnote]Dover N., Barash J.R., Hill K.K., Xie G. & Arnon S.S. Molecular Characterization of a Novel Botulinum Neurotoxin Type H Gene, Journal of Infectious Diseases, DOI: [/footnote]por el equipo de Stephen Arnon en el Departamento de Salud Pública de Sacramento, en California, produce un tipo de toxina para el que aún no hay antídoto, por lo que se ha decidido ocultar los datos y evitar posibles riesgos para la salud pública. Hasta ahora se conocían siete cepas de la bacteria – clasificados con las letras de la A a la G – para los que se han desarrollado una serie de antídotos consistentes en proteínas que revierten de alguna manera esa parálisis. Lo que han descubierto Arnon y su equipo es un octavo tipo de toxina – el tipo H- en las heces de un niño que tenía los típicos síntomas de botulismo, tal y como publica New Scientist.

Después de secuenciar el ADN, los científicos han descubierto que se trata de una nueva rama dentro de la familia de las bacterias botulínicas. En condiciones normales, la secuencia genética de la bacteria habría sido publicada e incorporada a una base de datos pública, pero los editores de la revista Journal of Infectious Diseases, donde se publica el hallazgo, han ocultado esos datos por indicación expresa de los autores, previa consulta de las autoridades gubernamentales, y «debido a que no se han desarrollado aún antitoxinas para contrarrestar la nueva toxina». Las autoridades consultadas son el laboratorio de enfermedades infecciosas del Ejército de EEUU y el departamento de Seguridad Interior, entre otras entidades, que aprobaron la publicación del descubrimiento, pero sin los detalles de la secuencia genética de la bacteria.

Esta prohibición reabre el debate sobre la censura científica, que tuvo su episodio más reciente en la investigación sobre la cepa de la gripe aviar H5N1. En aquella ocasión, el gobierno de EEUU prohibió explícitamente trabajar con el virus por motivos de seguridad y ha paralizado durante dos años las investigaciones. Esta decisión ha sido fuertemente cuestionada por la comunidad científica, puesto que impide trabajar en el hallazgo de una solución en el caso de que se produjera un rebrote de esta gripe, y los expertos consideran que las medidas de los laboratorios hoy en día ya son suficientemente seguras.

David Relman, especialista de la Universidad de Stanford y uno de los científicos del panel de expertos de Obama que impidió los trabajos con H5N1, se ha mostrado contrario también a divulgar al ADN de esta bacteria. Publicar su secuencia, argumenta, habría supuesto «un riesgo inmediato e inusualmente grave para la sociedad». El riesgo de un ataque bioterrorista con una de estas toxinas- prohibidas explícitamente en los tratados contra las armas químicas y bacteriológicas- es una vieja preocupación, pero el control asfixiante de los gobiernos sobre las investigaciones científicas puede retrasar el hallazgo de soluciones. Si otros científicos no pueden trabajar con la bacteria, ¿cuánto se tardará en hallar la antitoxina?

Más info: New Scientist

Sobre el autor: Antonio Martínez Ron es periodista

3 comentarios

  • Avatar de Guillermo

    Entiendo que la solución estaría en un acceso restringido a la información. A nadie mas que a un grupo muy selecto de expertos le interesa esa información para desarrollar antitoxinas. El bloqueo absoluto puede ser tan peligroso como la distribución de esa información tan delicada. En ambos casos quedamos desprotegidos ante la amenaza.

  • Avatar de Rafa1982

    Y en todo caso, que el mismo grupo que la ha encontrado trabaje con ella si hay temor alguno.
    Excusas no hay, como tampoco la hay con la cepa gripal H5N1: la única salida digna en estos casos es la investigación a la voz de «solución eficaz, para anteayer».

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