Aunque solo sea por cuestiones de claridad y eficacia, lo mejor y más lógico es comenzar por el principio. Estamos a 23 de junio de 1988, y ante la Comisión de Energía y Recursos Naturales del Senado de los Estados Unidos, en Washington DC, declara James Hansen, Director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA. Su intervención, publicada poco después, se titulaba El efecto invernadero: Impactos en la temperatura global actual y en las olas de calor regionales. Hablaba al Senado de los Estados Unidos y no en un acto académico y, por tanto, el público eran políticos y periodistas. Con esta intervención de Hansen, el efecto invernadero y el cambio climático llegan al público y son, desde entonces, más o menos populares.
Los estudios sobre gases con efecto invernadero y el cambio climático eran, desde hace varias décadas, una cuestión importante en círculos académicos. Fue a finales de la década de los cincuenta, más o menos, cuando empiezan a conocerse investigaciones sobre la variabilidad del clima, y uno de ellos se convirtió en un hito en los estudios sobre los gases con efecto invernadero presentes en la atmósfera del planeta. Fue Charles Keeling quien publicó en 1960 un breve trabajo, solo cuatro páginas, sobre el aumento en la concentración de dióxido de carbono, gas con efecto invernadero, en la atmósfera, según las medidas tomadas en el Observatorio del Mauna Loa, en Hawaii. Había detectado que la concentración de dióxido de carbono tenía una fuerte variabilidad estacional pero, también era evidente, que la media de un año, según sus medidas tomadas desde 1957, siempre era menor que la media del año siguiente y, en definitiva, que la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera crecía año tras año.
Hansen terminó su exposición al Senado afirmando que “necesitamos más datos” y que “es necesario mejorar estos modelos climáticos integrales y obtener observaciones globales si queremos conseguir un conocimiento completo de los fenómenos”. Y todo venía del aumento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, tal como había demostrado Keeling dos décadas antes que, por cierto, ya afirmaba en su trabajo de 1960 que este aumento se debía a la utilización masiva de combustibles fósiles.
El mismo año, 1988, en que Hansen habló para el Senado, dos organismos de las Naciones Unidas, la Organización Meteorológica Mundial (WMO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente (UNEP) crearon, con la aprobación de la Asamblea General, según resolución 43/53 del 6 de diciembre, el IPCC o Panel Intergubernamental para el Cambio Climático.
Los objetivos del IPCC en el momento de su formación en 1988 eran revisar la ciencia del cambio climático y recomendar acciones según los resultados, estudiar el impacto económico y social provocado por el cambio climático y, finalmente, presentar estrategias de respuesta posibles y elementos para su inclusión en una futura convención internacional sobre el clima. En 2013, y después de 25 años de funcionamiento, el objetivo del IPCC es
Hacer un seguimiento exhaustivo, objetivo, abierto y transparente de la información científica, técnica y socioeconómica relevante para el conocimiento de las bases científicas del riesgo proveniente del cambio climático inducido por el hombre, su impacto potencial y las opciones de adaptación y mitigación. Los informes del IPCC deben ser neutrales con respecto a la política, aunque es posible que deban tratar objetivamente factores científicos, técnicos y socioeconómicos pertinentes a la aplicación de determinadas políticas.
Para alcanzar estos objetivos el IPCC elabora los Informes de Evaluación y los ha hecho públicos desde el primero en 1990 y los siguientes de 1995, 2001 y 2007, hasta el quinto que se acaba de aprobar entre 2013 y 2014.
Como ejemplo para conocer brevemente un informe del IPCC y cómo se elabora nos puede servir el quinto que, como decía, se ha aprobado hace unas semanas. Los científicos y revisores, unos 800 de entre más de 3000 expertos y 8000 voluntarios iniciales, se reúnen en tres grupos de trabajo cada uno de los cuales elabora un informe con un tema concreto. Una vez aprobados, estos tres informes del los grupos se unirán en el Quinto Informe de 2014. El Grupo de Trabajo I, sobre Las bases físicas, terminó su trabajo en 2013; El Grupo de Trabajo II, que trató Impactos, adaptación y vulnerabilidad, acabó en marzo de 2014; y el Grupo III, sobre Mitigación del cambio climático, finalizó hace un par de meses.
Para hacernos idea del trabajo realizado, aunque sea casi anecdótico, la publicación del Grupo I son 1535 páginas; el Grupo II elaboró su texto en dos partes, la primera con 1132 páginas y la segunda con 688 páginas; y el Grupo III, cuyo informe todavía se está editando, ha revisado unas 10000 referencias y ha discutido 38296 comentarios, y se supone que ocupará más de 1600 páginas.
Ya ven, en total son unas 5000 páginas. De primeras, solo los expertos en estos temas entenderían parte de estos informes y, creo, poca gente se leerá todas las 5000 páginas. Y mucho menos los políticos que son, en último término, a quien van dirigidos los informes pues por ello el Panel, el IPCC, es una organización intergubernamental, es decir, que se debe a los gobiernos que lo financian. Por ello, desde los comienzos del IPCC cada informe comienza con lo que se denomina Resumen para Políticos (Summary for Policymakers) y que, a menudo, su redacción final plantea más decisiones políticas que científicas. En realidad, y según los principios y procedimientos del IPCC, cada paso en la redacción de los informes debe ser revisado y aprobado por los gobiernos.
En este Quinto Informe, el Resumen para Políticos del Grupo de Trabajo I son 33 páginas, de las 1535 páginas del informe completo; el del Grupo II son 32 de las 1820 originales; y del Grupo III son 31 de unas 1600 páginas del original. Y hay que añadir que el Quinto Informe completo también tiene un Informe de Síntesis que, a su vez, comienza con un Resumen para Políticos que, en este caso, tiene 27 páginas extraídas de las más de 5000 páginas del informe completo. Y será este último Resumen para Políticos, el que corresponde al Quinto Informe 2014 del IPCC, lo más leído, el que llegará a políticos, a los medios y, a través de estos, hasta los ciudadanos. En fin, el trabajo de cinco años en más de 5000 páginas que queda en 27 páginas que llenarán titulares y se difundirán por todo el planeta.
Es inevitable que su redacción final sea laboriosa. Este Resumen del Quinto Informe se aprobó en octubre, después de una semana de intenso trabajo de los científicos y los representantes de los gobiernos que forman el Panel. Recordar que solo científicos fueron 800, de 3000 expertos elegidos entre 8000 voluntarios. Gerard Meehl, del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Colorado, intervino en la redacción de este Resumen y cuenta que el debate llevó cuatro días (y dos noches) y se discutió “línea por línea, palabra por palabra”. Como ejemplo nos pone el primer párrafo del Resumen para Políticos del Grupo de Trabajo I, propuesto por los científicos y, después de 40 minutos de discusión, la versión final aprobada.
Propuesta de los científicos:
The Working Group I contribution to the IPCC’s Fifth Assessment Report (AR5) considers new evidence of past and projected future climate change based on many independent scientific analyses ranging from observations of the climate system, paleoclimate archives, theoretical studies of climate processes and simulation using climate models.
… y 40 minutos después:
Final approved version:
The Working Group I contribution to the IPCC’s Fifth Assessment Report (AR5) considers new evidence of climate change based on many independent scientific analyses from obervations of the climate system, paleoclimate archives, theoretical studies of climate processes and simulations using climate models.
Solo con los cambios que se hacen en este párrafo tenemos una pista de cómo son las discusiones en la redacción del Resumen.
Finalmente, y para ilustrar lo que llega a los políticos y a los medios de este Quinto Informe del IPCC, transcribo la primera y la última conclusión del Resumen para Políticos. La primera conclusión dice:
La influencia humana en el sistema climático es evidente, y las recientes emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero son las más altas de la historia. Los cambios recientes del clima han tenido impactos generalizados sobre los sistemas humanos y naturales.
Y la última conclusión avisa de que:
El cambio climático es una amenaza para el desarrollo sostenible. Sin embargo, hay muchas oportunidades para vincular la mitigación, la adaptación y la búsqueda de otros objetivos sociales a través de respuestas integradas. La implementación exitosa se basa en herramientas pertinentes, estructuras de gobierno adecuadas y una mayor capacidad para responder.
Volvamos al proceso de discusión y redacción del Resumen para Políticos pues tres de los autores, Navroz Dubash, de la India, Marc Fleurbaey, de Francia, y Sivan Kartha, de Estados Unidos, han publicado un breve texto en Science en que, partiendo de la intervención de los políticos en el proceso, proponen algunas ideas sobre la relación entre científicos y políticos.
En primer lugar, destacan que el Resumen para Políticos no solo es aceptado por los gobiernos, sino que, además, es aprobado, es decir, de alguna manera los gobiernos adquieren el compromiso de cumplir lo que allí queda escrito. Es la consecuencia obligada de su participación en el debate de la redacción del Resumen. De esta manera, ese compromiso asumido al aprobarlo también implica que los políticos quieren ver redactados los resultados científicos de manera que se puedan llevar a la práctica por medio de decisiones políticas.
Los autores proponen, en primer lugar y es innegociable, que los Informes establecen y presentan hechos científicos, y nada más. Sobre esto ni hay ni habrá ningún debate o discusión. Sin embargo, la elección de las técnicas para solucionar lo que la ciencia ha encontrado, si han de aplicarse, tienen trascendencia política. Por ello, sería interesante, para los científicos, estar al tanto de las implicaciones políticas de sus hallazgos y tenerlos en cuenta, sin más, más que ignorarlos o, incluso, despreciarlos. Por tanto, el de Resumen para Políticos debe ser un proceso de coproducción con tareas de escritura, debate y corrección, y conseguir que las discusiones políticas estén atadas a material científico.
Por otra parte, debería cambiar el proceso concreto de redacción del Resumen para Políticos. Más tiempo, menos presión, más canales de comunicación entre los actores del proceso, más espacio para el diálogo, continuidad y transparencia entre borradores, y, en fin, la diversidad de autores y enfoques debería ser más una ventaja que un inconveniente.
Coproducir entre políticos y científicos es lo que da valor al Informe más allá de los hallazgos de la ciencia. Es valor social, ciudadano y, quizá, lo que permite llevar a la práctica lo que sea necesario siempre según los hechos científicos. Aislarse los científicos de los políticos, de la sociedad en último término, tanto en este asunto como en tantos otros, lleva a que la ciencia pierda, por lo menos en lo inmediato, relevancia social.
Referencias:
Dubash, N.K., M. Fleurbaey & S. Kartha. 2014. Political implications of data presentation. Science 345: 36-37.
Hansen, J.E.1988. The greenhouse effect: Impacts of current global temperature and regional heat waves. United States Senate Comittee on Energy and Natural Resources. Washington DC. June 23. 7 pp.
IPCC. 2014. Climate Change 2014. Synthesis Report. Summary for Policymakers. 27 pp.
Keeling, C.D. 1960. The concentration and isotopic abundances of carbon dioxide in the atmosphere. Tellius 12: 200-203.
Meehl, G. 2013. IPCC AR5: Process, projections, and predictions.
Sobre el autor: Eduardo Angulo es doctor en biología, profesor de biología celular de la UPV/EHU retirado y divulgador científico. Ha publicado varios libros y es autor de La biología estupenda.
El clima, los informes y la política | C…
[…] Aunque solo sea por cuestiones de claridad y eficacia, lo mejor y más lógico es comenzar por el principio. Estamos a 23 de junio de 1988, y ante la Comisión de Energía y Recursos Naturales del Senado de los Estados Unidos, en Washington […]
iñaki
Creo que la preocupación sobre el cambio climático tiene un aspecto positivo, en lo referente a que el ser humano se está preocupando sobre su impacto en la habitabilidad del planeta. Es sintomático, y en mi opinión positivo, que esto ocurra en una situación como la actual en la que el desarrollo de la civilización se ha globalizado. Sin embargo existen voces críticas según las cuales el papel del CO2 sería menos relevante de lo que se dice y que tal vez este cambio tenga mas que ver con la presencia de H20 en forma de vapor de agua. Creo que para poder tener un criterio convendría conocer los puntos de vista y las razones de ambos.
Me gustaría tener mas información al respecto.
Por lo demás, gracias por el artículo y un saludo.
Eduardo Angulo
Y, además, queda el metano con un efecto invernadero algo así como 20 veces más que el del CO2, aunque vertido a la atmósfera en menor cantidad. Con el H2O y las nubes, como comentas, hay muchas incógnitas.