Sergio Canavero, miembro del Grupo de Neuromodulación Avanzada de Turín (Italia), afirmó en 2013 que ya se daban las condiciones para realizar con éxito trasplantes de cabeza en seres humanos. Pretende utilizar esa cirugía para prolongar la vida de personas cuyos músculos y nervios han degenerado o cuyos órganos se encuentren asediados por el cáncer. El mes pasado ha aparecido un candidato posible al trasplante y Canavero sostiene que el proyecto[1] podrá materializarse en diciembre de 2017, una vez se haya perfeccionado la técnica y mejorado la capacidad para mantener tejido nervioso perfundido.
La primera ocasión en que se trasplantó una cabeza con cierto éxito fue en 1970. El equipo dirigido por Robet White, en Ohio (EEUU), trasplantó la de un mono al cuerpo de otro. Aquella operación resultó en su tiempo muy controvertida. Entonces no fusionaron las médulas espinales, de manera que el mono no era capaz de mover sus extremidades, pero podía respirar gracias a la ayuda externa. Falleció al noveno día del trasplante porque el sistema inmunitario rechazó la cabeza ajena. Desde entonces se han realizado otros trasplantes de cabeza con éxito, aunque los animales utilizados han quedado en estado tetrapléjico. Por eso nadie se había planteado la posibilidad de practicar esta cirugía con seres humanos en tanto no se pudiera regenerar el tejido de la médula espinal de manera que toda ella recuperase su integridad funcional.
Canavero sostiene que ya se dispone de los procedimientos quirúrgicos que permitirían trasplantes de cabeza en seres humanos, y en febrero pasado publicó un resumen de la técnica en la revista científica Surgical Neurology International. En síntesis, habría que enfriar tanto la cabeza como el cuerpo receptor, de manera que los tejidos pudieran mantenerse recurriendo solamente al metabolismo anaerobio; después tendría que cortar las dos médulas espinales y, a continuación, colocar la cabeza en el cuello del cuerpo receptor, fusionar las médulas espinales y unir los vasos sanguíneos y los músculos mediante sutura. Para estimular una rápida y eficaz fusión de los dos cordones nerviosos, Canavero se propone suministrarles polietinel glicol, una sustancia que facilita la unión de las fundas grasas de las neuronas. También considera la posibilidad de recurrir a otras alternativas -células troncales, por ejemplo- si el método químico no funcionase. El paciente sería mantenido en coma durante tres o cuatro semanas hasta que los tejidos se hubieran fusionado debidamente. Y tras el coma ya estaría listo para iniciar la recuperación; con la ayuda de fisioterapia conseguiría andar un año después.
Lógicamente, hay especialistas que dudan de que el trasplante de cabeza sea técnicamente posible y que, de serlo, se lleve a la práctica en alguna ocasión. El propio impulsor de la idea es consciente de que su proyecto levanta ampollas de orden ético y que muy probablemente la mayor parte de los países que cuentan con la tecnología necesaria no le permitirían realizar la operación. Pero advierte de que si en Europa o Norteamérica no se permitiese, otros países estarían dispuestos a seguir adelante.
Como se habrán percatado los lectores, en todo momento me he referido al proyecto de Canavero con la expresión “trasplante de cabeza”. Pero esa es una expresión muy discutible puesto que, dado que el encéfalo está en su integridad en la cabeza y que la mente es un producto del encéfalo, en rigor, el trasplante no sería de cabeza, sino de cuerpo. Y según Canavero, ese simple hecho debería hacer inclinar la balanza a favor de sus planes, puesto que no hay diferencia entre trasplantar un tronco completo junto con sus extremidades y trasplantar, por ejemplo, el dedo de una mano.
[1] Head anastomosis venture.
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Nota: Esta anotación fue publicada el pasado 12 de abril en la sección #con_ciencia del diario Deia. Debe advertirse, no obstante, que en la versión publicada aquí se ha introducido una leve corrección en el primer párrafo, dado que en el original se hacía referencia a los propósitos del Dr. Canavero que habrían de darse a conocer en el mes de junio pasado. La corrección ha consistido en hacernos eco de lo que el citado doctor ha declarado al respecto hace unas semanas.
Juan R
Hola, pues creo que en estos temas es donde hay que aplicar una dosis de escepticismo y rigor adecuada a la barbaridad que se propone Canavero.
Canavero ha conseguido un impacto mediático brutal, sin embargo, no sujeta su afirmación con nada más allá de una descripción teórica del protocolo experimental. Es cierto que tiene una trayectoria más o menos seria en tratamiento de dolor, aplicación de terapias, farmacológicas o mediante técnicas de estimulación invasivas y no invasivas para paliar dolor, o en relación a parkinson y poco más. También se ve en la trayectoria que ha ido dando picotazos aquí y allí… Pero su aproximación experimental al problema de la lesión medular, apenas aparece en su trayectoria.
Siendo algo escéptico se puede pensar, quizás si hubiera tenido resultados claros, aunque solo fuera en un paciente a modo de caso clínico único (como se publicó en 2014 en la revista Cell Transplantation por un grupo de la UCL), donde él hubiera tratado quirúrgicamente una lesión medular para reconectar los tractos medulares, sería perfecto. Pero ¿hacer una lesión para repararla sin haber demostrado antes que se puede reparar?. Al más bajo nivel de escepticismo ya no hay posibilidad de pasar por un filtro científico su afirmación.
Como se dice en este artículo, a lo máximo que se ha llegado con animales es a crear animales tetrapléjicos con pronóstico de muerte en días. Eso es fácil, de verdad, es cuestión de una cirugía de pocas horas. El animal queda con respiración asistida, en coma y tetrapléjico.
Este hombre ha contado con la atención de todos los medios, y me pregunto, ¿cualquier barbaridad tiene cabida en los medios de comunicación a pesar de ser un sinsentido?. Quizás hay que plantearse qué tipo de noticias deberían trascender a los medios.
Por otro lado, quizás Canavero nos sorprenda a todos con un éxito de operación y reparación, pero hasta que demuestre algo o todo en relación a lo que afirma, desde el punto de vista científico no tiene credibilidad alguna. Entiendo que él sabe bien la dificultad que supone esa reconexión de tractos medulares, lo que no entiendo entonces es la afirmación tipo «brindis al sol» que hace sabiendo de primera mano que no ha podido resolver ninguna lesión medular de las que han caído en sus manos. ¿Puede ser que siendo todo en «agudo» es decir sin esperar al deterioro tisular el daño pueda ser reparado? No lo sé. Pero ¿lo sabe él? ¿Lo ha probado o publicado?. Quizás se ha visto algo aproximado en modelos experimentales donde se realiza un corte medular sin separación de muñones de los tejidos y se consigue una mejor recuperación, nunca completa en funciones y con sus problemas añadidos. Este modelo siempre ha sido puesto en dudas por aquello de que posiblemente no estuvieran todos los tractos cortados. Unas pocas fibras de algunos tractos serían suficiente para producir una recuperación funcional del tipo » el animal vuelve a andar», os sorprendería cómo recupera la motricidad una animal que sufre una contusión medular severa, pero no de una sección completa de médula. Además, ¿cómo es posible saber si los tractos de axones ascendentes y descendentes de dos individuos son idénticos en número de fibras, tamaño etc como para que encaje todo micra a micra? No, creo que algún cálculo le falla. Es posible identificar arterias, venas, músculos, incluso nervios periféricos… pero los tractos axonales medulares son algunos órdenes de magnitud más complejos.
Además, ¿Cree alguien de los que lee esto que si tuviera la solución al daño medular no estaría ya curando a personas (ojalá algún día alguien lo consiga) y proponiéndose para premio Nobel?, o si se tiene la clave para ello, ¿es mejor pensar en transplantar cuerpos?.
Como cantaba L Cohen: «first we take Manhattan …» pero este quiere ya tomar Berlín sin pasar por la casilla de salida como pasaba en el monopoli… pero si quiere cobrar las 20.000 pesetas o mucho más a costa de este tipo de escandalillos pseudocientíficos. En fin ya veremos qué depara el futuro.
Saludos
Juan Ignacio Pérez
Hola Juan R.
Muchas gracias por un comentario tan bien argumentado.
A mí me parece que tienes razón. Y dudo que Canavero vaya a ganar nada con esto. No sé, realmente, qué se propone conseguir.
Salud
JIP