Llevamos varias semanas hablando de artistas científicos, de colaboraciones interdisciplinares exitosas y de la necesidad de encontrar caminos transversales entre ciencia y arte.
A veces, para un espectador poco acostumbrado a este enfoque interdisciplinar, esta búsqueda de caminos confluyentes, esas interrelaciones, puede parecer forzada, artificial, pero no lo es. Sencillamente, lo que nos ocurre es que no sabemos verlas, que no nos hemos parado a buscarlas.
Realidad Conexa es una nueva iniciativa del programa Mestizajes, del Donostia International Physics Center (DIPC), destinada a mostrarnos de manera visual, dinámica y accesible para todo tipo de público esas conexiones, esos encuentros que no sabemos ver.
La premisa con la que Gustavo Ariel Schwartz, fundador y director del Programa Mestizajes, y Ana Montserrat Rosel, guionista y directora de TV, se enfrentaron al proyecto es que «todo, absolutamente todo, está conectado». Se trata de exponer de manera sencilla, visual y comprensible que el conocimiento humano no está formado por compartimentos estancos independientes unos de otros, sino por puntos que se conectan unos con otros a través de líneas que están ahí, a nuestro alcance, y que solo tenemos que aprender a ver. Los caminos para llegar al conocimiento no son únicos, desde distintos puntos de salida se puede llegar a la misma meta, se llega de hecho al mismo punto, y esas rutas distintas son todas igualmente válidas y enriquecedoras.
El proyecto, en esta primera entrega (esperamos que sean muchas más), consta de 8 cápsulas de dos minutos de duración que dejan en el espectador diferentes sensaciones. Primero cierta desconfianza ¿qué van a contarme?, segundo sorpresa ¿en serio, cómo no sabía esto?, tercero asombro, cuarto y último curiosidad por saber más. Esta última reacción es la que Realidad Conexa busca, encender la chispa de la curiosidad es un poderoso acicate para mover hacia el conocimiento.
Hasta ahora se han publicado cuatro cápsulas, la presentación y tres episodios más, en las que con un lenguaje claro, preciso e identificable se nos muestran diferentes conexiones para abordar nuestra realidad.
En Borges y la memoria, la primera frase ya nos deja con ganas de saber qué van a contarnos porque apela a algo que todos conocemos: «Pensar es olvidar. Olvidar para recordar». Con este gancho la voz en off nos lleva a conocer la historia de la increíble coincidencia entre un personaje de Borges, Funes El Memorioso, y Salomón Shereshesky, el hombre que recordaba todo. Ficción y realidad coincidentes en el tiempo pero no en el espacio, una historia que nos sorprende, nos asombra y, después, nos deja pensando ¿cuánto recuerdo yo?, ¿qué hago con mi memoria?, ¿cómo la utilizo?, ¿recuerdo u olvido?
En Arte, Literatura y Ciencia, el gancho para atraer nuestra atención es la frase que, a mi juicio, es la esencia del enfoque de todo el proyecto: «El pintor comprende la realidad, el escritor controla la historia y el científico describe verdades». Esta cápsula ilustra una idea que en el Cuaderno de Cultura Científica se ha tratado muchas veces: cómo el conocimiento se abordaba de una manera global en la Antigüedad y el Renacimiento y cómo el siglo XX constituye una ruptura de ese acercamiento.
En Magia y neurociencia, el enfoque de la conexión está centrado en cómo algo tan poco científico como la magia y los trucos puede ayudar a los neurocientíficos a conocer cómo decide nuestro cerebro lo que percibimos y lo que no. ¿Prestamos atención a lo que queremos o creemos prestar atención mientras en realidad nuestro cerebro nos engaña?
El resto de las cápsulas irán publicándose en las próximas semanas en el Canal Mestizajes del DIPC y tratarán temas tan interesantes como la relación entre el poema Eureka de Poe y la infinitud del Universo, la colaboración inesperada entre las proteínas y los videojuegos, o la conexión entre nuestra preferencia al girar la cabeza para besar, los retratos de Rembrandt y el cerebro. También aprenderemos cómo el placer que las grandes obras de la literatura o el desagrado de los peores textos escritos responden a patrones matemáticos o cómo Cezanne intuyó mucho antes que la ciencia que lo que creemos ver no es lo que hay sino una construcción de nuestro cerebro.
Me gustaría señalar, por último, que el aspecto formal de las cápsulas es fabuloso y está muy cuidado. En una época de bombardeo visual una buena idea, como es Realidad Conexa, no puede confiarse en la excelencia de su planteamiento intelectual y debe cuidar su presentación para hacerse atractiva, interesante y tener una imagen característica. Para esto, el lenguaje visual, los grafismos, la música y la locución deben tener una marcada personalidad que les dé continuidad y que sirva para que el espectador, a pesar de estar inmerso en el visionado de una cápsula en concreto, sepa identificar de un solo vistazo cualquier otra.
Realidad conexa es una iniciativa original, atractiva, y esperemos que exitosa, que busca provocar asombro y curiosidad, y que el espectador se plantee preguntas sobre sí mismo, preguntas qué pueden parecer «tontas» pero qué son el camino para querer saber más: ¿hacia qué lado beso? ¿Por qué me gustan más los libros con grandes exposiciones que los que tienen mucho diálogo? ¿Lo que veo es lo que hay?
Otro objetivo del proyecto es buscar que las distintas disciplinas aprendan a mirarse y sobre todo aprendan a verse, que sean capaces de visualizar esas líneas de puntos que los conectan para recorrer esas conexiones y llevar a cabo colaboraciones fructíferas y provechosas para ellos y para todos.
Realidad conexa. No dejéis de verla, os sorprenderá.
Sobre la autora: Ana Ribera (Molinos) es historiadora y cuenta con más de 15 años de experiencia en el mundo de la televisión. Es autora del blog Cosas que (me) pasan y responsable de comunicación de Pint of Science España.
Mauricio Gomez
Muy interesantes sus artículos, les felicito.
Pablo Emilio Garzón carreño
Gran iniciativa para el conocimiento del ser humano