La pubertad está comenzando antes para muchos niños; la educación sexual debería afrontar esta realidad

Ideas

Celia Roberts


 

Noñas de tan solo seis o siete años comienzan a mostrar los primeros signos de la pubertad. Imagen: Shutterstock

El gobierno británico está haciendo una consulta sobre un nuevo plan de estudios para la educación sexual y en relaciones [1] en los colegios ingleses. Este cambio brinda una ocasión oportuna para actualizar cómo, cuándo y qué se enseña a los niños sobre la pubertad.

Sorprendentemente, las orientaciones del Departamento de Educación (DdE) [2] sobre la educación sexual no han cambiado en casi dos décadas. Pero tras la presión concertada, la investigación y las recomendaciones de múltiples comités de miembros del parlamento, en 2017, la Ley de niños y trabajo social finalmente reconoció la necesidad de proporcionar «educación sexual para el siglo XXI».

Se publicarán nuevas directrices legales para los colegios tras la consulta pública, que se cierra a mediados de febrero. A partir de 2019, los colegios de secundaria estarán obligados a ofrecer educación sexual y en relaciones, y los de primaria ofrecerán educación en relaciones. Los padres mantendrán el derecho a decidir que sus hijos no reciban educación sexual, aparte de la que se trata en el plan de estudios de ciencias, pero no se les permitirá que decidan sobre la educación en relaciones.

Estos cambios se basan en la preocupación generalizada por los efectos negativos que las tecnologías digitales tienen en la vida sexual de los jóvenes, en particular el “sexting”[3], el abuso y la explotación sexual infantil y los «extraños en línea». El nuevo plan de estudios, al parecer, enseñará a los niños y jóvenes cómo son las relaciones sanas en el tenso contexto de teléfonos inteligentes, porno online e Instagram.

La nueva pubertad

Pero el nuevo plan de estudios también debería tener en cuenta lo que está sucediendo en los cuerpos de los jóvenes en el siglo XXI. No solo los niños parecen crecer mucho más rápido hoy, muchos de ellos en realidad están comenzando a desarrollarse físicamente antes que nunca.

Según con muchos científicos y médicos, estamos viviendo en la era de la «nueva pubertad» en la que un número creciente de niñas comienza a desarrollarse sexualmente a la edad de siete u ocho años. En la década de los sesenta, solo el 1% de las chicas entraban en la pubertad antes de cumplir los nueve años. En la actualidad, hasta el 40% de algunas poblaciones tanto en países ricos y como pobres lo están haciendo.

El desarrollo sexual también se está ampliando en el tiempo, y a muchas niñas comienzan a crecerles los senos y el vello púbico dos o tres años antes de que tengan su primera mentruación. Si bien hay menos pruebas de que el desarrollo de los niños esté cambiando tan rápidamente, algunos estudios también indican que una entrada más temprana en las etapas iniciales de la pubertad se está haciendo cada vez más común.

Las causas de estos cambios siguen sin estar claras. Muchos científicos apuntan al aumento simultáneo de la obesidad infantil, mientras que otros estudian los efectos de los compuestos químicos ambientales, como el Bisfenol A o BPA (que se encuentra en algunos plásticos), en el cuerpo. Otra investigación ha explorado los efectos de los factores sociales, incluidas las estructuras familiares, las experiencias traumáticas en la primera infancia y las desventajas socioeconómicas. Esta variedad de explicaciones evidencia lo complejo que es el fenómeno de la pubertad.

La guía del DdE en vigor establece que:

Todos los niños, incluidos aquellos que se desarrollan antes que el promedio, necesitan saber sobre la pubertad antes de experimentar la aparición de cambios físicos.

Pero deja que los colegios decidan, en consulta con los padres, «la edad apropiada» para hablar a los niños sobre la pubertad. En 2017, la Asociación de Educación Personal, Social y de la Salud [4] argumentó que esto debería ocurrir cuando tengan siete años. Pero hablar con niños de siete años sobre los senos, el vello púbico, el olor corporal y los cambios genitales puede no ser fácil para muchos maestros o para muchos padres. Tener siete años se supone que es una época de libertad, juego e inocencia.

Preparándose para la pubertad. Imagen: Shutterstock

Actualización de la educación sexual

Los niños que se desarrollan pronto presentan un desafío tanto para el pensamiento cultural sobre el sexo como para la política de educación sexual. Si bien muchos padres y jóvenes desean una educación sexual actualizada, esto generalmente viene con la condición de que dicha educación sea «apropiada para su edad». Aunque es muy importante, esta frase es dolorosamente vaga, y no está claro si se refiere a la edad cronológica, la edad emocional o la etapa de desarrollo físico.

Hoy en día, algunas niñas de siete años pueden ser emocionalmente jóvenes, pero también les comienzan a crecer los senos y el vello púbico. Otros que se han desarrollado pronto porque han experimentado estrés en la primera etapa de la vida, por abandono o abuso, pueden sentirse más maduros que sus iguales y estar listos antes para aprender sobre la pubertad y la sexualidad. La creciente brecha en el momento del desarrollo sexual de niños y niñas también plantea un desafío. Enseñar a las niñas por separado o antes que a los niños, la estrategia en la escuela primaria de mi propio hijo, corre el riesgo de reforzar nocivas normas de género yfomentar el secretismo en torno a cuestiones como la menstruación.

En cambio, tal vez podríamos tratar de desenredar la pubertad de la sexualidad adolescente y desarrollar relatos de la pubertad que no la enmarquen como el comienzo de la adolescencia. Una niña de siete años con senos no se está «convirtiendo en mujer», y una niña de nueve años que está menstruando probablemente no va a querer tener relaciones sexuales pronto.

En última instancia, esto significa ir más allá de las representaciones tradicionales de los cuerpos femeninos que se centran en la capacidad reproductiva con la idea de explorar significados y experiencias más amplias de lo que es ser una chica. Crecer también se trata de nuevos horizontes, como la fuerza, la salud e incluso el placer. La educación sexual y en relaciones incluso podría incluir la pubertad como algo que debe esperarse, notarse e incluso celebrarse, y no como un riesgo más.

Notas del traductor:

[1] Clases que el currículo británico hace obligatorias desde el 2000 bajo la denominación PSHE education y que incluye temas de salud y bienestar (higiene personal, alcohol y drogas, sexo), relaciones (entre iguales, con los adultos, con la familia) y vivir en el mundo (economía personal, mundo del trabajo).

[2] El Deparment of Education es el equivalente al Ministerio de Educación español.

[3] “Sexting” es un anglicismo para referirise al envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de teléfonos móviles u otros dispositivos conectados a Internet.

[4] Esta asociación agrupa a profesores y profesionales que imparten las clases de PSHE education (véase nota [1])

Sobre la autora:

Celia Roberts es catedrática de estudios de ciencia y género y codirectora del departamento de sociología de la Universidad de Lancaster (Reino Unido)

Texto traducido y adaptado por César Tomé López a partir del original publicado por The Conversation el 18 de enero de 2018 bajo una licencia Creative Commons (CC BY-ND 4.0)
The Conversation

1 comentario

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