El sistema de la difusión social de la ciencia: Efecto de las actividades de difusión científica

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Entrada al Paraninfo de la UPV/EHU
Colas de entrada a Naukas Bilbao 2015 45 minutos antes de la apertura. Foto: Iván Rivera

El efecto que ejercen las actividades de comunicación de la ciencia y la tecnología es de diferente naturaleza dependiendo de los destinatarios de dichas actividades.

En el caso de las actividades que llegan al público general, el efecto más importante o, al menos, el que se busca en virtud de la responsabilidad social que motiva a sus agentes, es la elevación de la cultura científica de la ciudadanía. Una mayor cultura científica tiene un doble efecto positivo. Por un lado tiene un efecto cultural equivalente al que ejerce el resto de productos culturales. Y por el otro, tiene también un efecto democrático, puesto que permite a la ciudadanía disponer de herramientas intelectuales que permiten tomar decisiones –individuales y colectivas- con el mejor criterio posible.

Ese mismo fin es el que se busca cuando los destinatarios de las actividades de divulgación son los estudiantes. Aunque lógicamente éstos reciben una formación reglada específica que es la que debe garantizar que adquieren los conocimientos y competencias básicas en materia científica, las actividades de divulgación, sobre todo las que se realizan en formatos más visuales, sirven de refuerzo a lo que se enseña en centros escolares e institutos y pueden ayudar a elevar el interés por los temas científicos.

El efecto específico de las actividades de comunicación científica en el profesorado es la actualización de conocimientos. Constituye un importante apoyo a esa actualización.

En el caso de las personas aficionadas a la ciencia, el efecto más inmediato es el disfrute, del mismo modo que los aficionados a otras expresiones culturales (música, literatura, arte) disfrutan con su consumo.

Y si los receptores son personas que se dedican profesionalmente la ciencia, aparte de los anteriores, quienes consumen productos de divulgación científica mejoran el conocimiento que tienen de campos diferentes al suyo. Y de esa forma se encuentran en mejor disposición para abordar proyectos interdisciplinares y para tener una visión de su campo de trabajo dentro del contexto de la empresa científica en general de cada momento. Lo lógico es que los efectos formativos y de actualización de conocimientos que conlleva el acceso a otras disciplinas redunden en una mejora de la calidad del propio trabajo de investigación.

Por último, un efecto importante, aunque quizás inesperado, de la comunicación científica es el aumento del prestigio social de la ciencia. Y es evidente que las actividades de prestigio son más susceptibles de apoyo, tanto por parte de los particulares como de los poderes públicos, con la importancia que ese apoyo puede llegar a tener sobre el desarrollo científico. Es importante tener este aspecto en cuenta puesto que, como casi todas las políticas públicas, también la política científica y el apoyo a la creación de conocimiento requieren de respaldo por parte de la población, pero ese respaldo sólo puede producirse en la medida en que la ciencia y la tecnología, así como su creación, cuenten con los debidos niveles de legitimidad social.


Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

1 comentario

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