El sistema de la difusión social de la ciencia: Introducción

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La difusión social de la ciencia, objeto de debate

Empieza con esta anotación una serie de siete entregas en las que se presentará la noción de “sistema de la difusión social de la ciencia” y se describirán los elementos que lo conforman, así como las relaciones funcionales que se establecen entre ellos.

Como seguramente ocurre con otros, el mundo de la difusión científica y aledaños es pródigo en debates. Sus términos y las materias objeto del mismo son, a la vez, variados y recurrentes, surgen una y otra vez. Muestra del interés que suscitan en la comunidad que conforman quienes se dedican, como profesionales o como aficionados, a este tipo de actividades son los artículos que se publican al respecto, principalmente en medios digitales. A continuación recojo unas muestras de lo mucho que se ha publicado, con el único propósito de proporcionar algunas referencias e ilustrar la amplitud de las reflexiones pero –quede claro- sin ninguna intención de ser exhaustivo.

Sobre la relación entre el mundo del periodismo y el de la ciencia ha escrito Ana Ribera. Pampa García Molina, Francis Villatoro, Lourdes López y Pere Estupinyá lo han hecho sobre el periodismo científico (y sus limitaciones y problemas). Francis también se ha referido al dilema entre periodistas científicos y científicos divulgadores, a la divulgación como actividad propia e irrenunciable del personal científico y a ciertas licencias que se permiten los divulgadores científicos. Javier Fernández Panadero subraya la necesidad de contar con buenos comunicadores, y discute si la divulgación ha de ser divertida o no.

Pere Estupinya se muestra crítico con algunas facetas de la divulgación, tanto en lo concerniente a sus aspectos formales, como a la virtual ausencia de evaluación del impacto de las actividades de divulgación (un punto de vista diferente, aquí).

Manuel Herman ha reflexionado acerca de la importancia creciente de internet en la divulgación científica. José Manuel López Nicolás ha tratado sobre la gran potencialidad de los blogs universitarios como herramientas de divulgación. El papel de las universidades y de sus unidades de cultura científica e innovación en la comunicación científica ha sido motivo de reflexión por parte de Elena Lázaro. Y José Luís Vicente también ha escrito acerca de la importancia de difundir los resultados de la investigación que se realiza en universidades y centros de investigación.

La noción de sistema

Hace tres años publiqué aquí el que podría considerarse primer intento por mi parte de sistematización de las actividades de difusión social de la ciencia. Aquella primera aproximación sirvió para iniciar una línea de reflexión que ha dado lugar a diferentes presentaciones públicas en cursos y seminarios (UEU, UPV/EHU, UPNA-Planetario y Universitat de Vic). Y han sido esas presentaciones y el contraste con puntos de vista diferentes las que han conducido a la preparación del texto cuya primera entrega es esta anotación. Aunque quizás no resulte evidente en primera instancia, creo que la sistematización a que he aludido y que considero útil –no me atrevo a calificarla de necesaria- será de ayuda a la hora de clarificar los debates a que he aludido antes. Con esa confianza me he animado a redactar este texto.

La difusión social de la ciencia se produce mediante flujos de información y conocimiento (contenidos científicos) que ocurren en un determinado ámbito (geográfico, cultural, administrativo, etc.) y en un tiempo determinado. A tal ámbito puede dársele la consideración de sistema, en el sentido que se utiliza esa palabra en ecología, por ejemplo. El sistema lo forman dos tipos de elementos, los agentes (o emisores) y los receptores. Los agentes actúan en virtud de unas motivaciones y, haciendo uso de los medios de los que disponen, transmiten unos contenidos (información y conocimiento) al público receptor. La transmisión de esos contenidos ejerce unos efectos que no tienen por qué corresponder a las motivaciones que impulsan estas actividades.


Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

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