Modelos de colaboración social y sistemas de parentesco

La naturaleza humana

La sociedad hindú hace gala de un rico politeísmo y fuertes estructuras de parentesco reconocidas por ley.

En todas las sociedades humanas los individuos cooperan y muestran comportamientos altruistas. De esa forma es posible conseguir unos resultados deseables para el conjunto de la sociedad o, al menos, para una amplia mayoría de sus miembros. Para que eso sea posible los grupos humanos se han dotado de sistemas que evitan que individuos egoístas se valgan del esfuerzo de los demás sin aportar a cambio lo que les corresponde, de manera que la cooperación entre sus miembros se mantenga y se preserve la cohesión social.

Durante las últimas tres décadas un conjunto de investigadores provenientes de campos tales como la antropología, la economía, la biología y la psicología, principalmente, han avanzado en la comprensión de los mecanismos que hacen posible la cooperación y han aventurado, incluso, interesantes hipótesis acerca del origen evolutivo de esos mecanismos. Sus trabajos han arrojado mucha luz acerca de los fundamentos del comportamiento prosocial y de la moralidad, que se han relacionado con procesos de evolución cultural o genético-cultural que cursan mediante lo que se conoce como selección de grupo selección multinivel.

Recientemente, Benjamin Enke, un joven economista de la Universidad de Harvard (EEUU) ha analizado la relación entre mecanismos alternativos que posibilitan los comportamientos prosociales y la intensidad y extensión de los vínculos en los sistemas de parentesco. Los mecanismos identificados abarcan aspectos diferentes de la vida social, las creencias, así como la psicología de los miembros de la comunidad. E incluyen elementos tales como (1) dioses moralizantes, (2) principios éticos orientados, alternativamente, hacia una moral individual o una comunitaria, (3) sentimientos privados (por oposición a públicos) de culpa o, alternativamente, de vergüenza pública (ante los demás miembros del grupo), (4) predisposición a castigar a los tramposos, y (5) importancia de la conformidad social y la adhesión a las normas.

Para realizar el análisis el autor ha relacionado un conjunto de datos sobre cooperación, confianza, y dispositivos para hacer cumplir las normas sociales correspondientes a una gran variedad de sociedades, con un índice que expresa la intensidad y extensión de los sistemas de parentesco. Este índice recoge de forma cuantitativa la medida en que las personas se insertan en amplias e interconectadas redes familiares. Para ello se ha basado en la información obtenida del Atlas Etnográfico, que atesora un conjunto de datos sobre la estructura histórica de 1.311 etnias preindustriales del Planeta, recurriendo, en concreto, a indicadores relativos a la estructura familiar, los modelos de emparejamiento y los sistemas de descendencia.

Enke observa que en la sociedades con fuertes y extensos lazos de parentesco (en adelante sociedades de “parentesco fuerte”) la gente tiene más confianza en los miembros de su grupo (sus convecinos) y menos en los extraños y extranjeros y, en general, menos confianza inespecífica. También hay menos cooperación con personas que no pertenecen al grupo, y se favorece a las personas con las que se tienen vínculos familiares a la hora de asignar los puestos de trabajo de gestión.

Los grupos humanos con lazos de parentesco débiles y limitados (en adelante sociedades de “parentesco débil”) tienden a venerar a un dios moralizante, uno que se encuentra concernido de forma activa con una prosocialidad compasiva. Las sociedades de parentesco fuerte, sin embargo, tienden a poseer valores morales relacionados con la lealtad a la propia comunidad.

La intensidad de las redes de parentesco se relaciona de forma sistemática con la estructura de su entramado institucional. Las sociedades de “parentesco débil” se han dotado de grandes instituciones que sustituyen a los cacicazgos. Por otra parte, las de parentesco fuerte se basan en mayor medida en liderazgos de menor alcance, como cacicazgos y pequeños reinos. Y a la vez, tienden a imbuir en los niños fuertes sentimientos de obediencia. La gobernanza en estas sociedades es principalmente local y menos formal que en las de parentesco débil.

La fortaleza de las redes de parentesco se encuentra correlacionada de forma positiva con la importancia relativa de los valores comunales –por comparación con los valores de carácter más individual- tal y como han sido recogidos en el Moral Foundations Questionnaire. Por ejemplo, las sociedades de “parentesco fuerte” valoran mucho la lealtad para con los miembros del propio grupo por comparación con valores morales más relacionados con el daño individual, los derechos y la justicia.

Comparativamente, en las sociedades de “parentesco débil” tiende a prevalecer el sentimiento (privado) de culpa frente al de vergüenza (pública), a la inversa de lo que ocurre en las de “parentesco fuerte”. Este está relacionado con la propensión a recurrir al castigo directo o venganza (second-party punishment) por comparación con el recurso al castigo a cargo de un tercer agente (third-party punishment) cuando es preciso sancionar el mal comportamiento. De esa forma, los miembros de las sociedades con débiles vínculos de parentesco están más dispuestos a asumir costes personales cuando es preciso aplicar sanciones, incluso aunque no se dirima ningún asunto personal.

Y en lo relativo a la gobernanza, el “parentesco débil” está asociado con la calidad de las grandes instituciones, mientras que en las sociedades de parentesco fuerte es muy importante el cumplimiento de las normas y la importancia de los valores subjetivos que ordenan el buen comportamiento. En estas sociedades la gobernanza es principalmente informal y local.

La investigación de Enke documenta la fuerte vinculación entre los sistemas de parentesco y el conjunto de variables que definen el sistema de cooperación social. Y ayuda a entender la gran diversidad en lo relativo a los dispositivos de que se han dotado los grupos humanos para mantener los sistemas de prosocialidad y la estructura profunda que los sustenta.

Referencia:

Benjamin Enke (2017): Kinship Systems, Cooperation, and the Evolution of Culture. NBER Working Paper No. 23499

Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

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