Apocalipsis alienígena: ¿puede alguna civilización sobrevivir a un cambio climático?

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Ante el cambio climático, la deforestación y la pérdida de biodiversidad, crear una versión sostenible de la civilización es una de las tareas más urgentes de la humanidad. Pero cuando nos plateamos este inmenso desafío rara vez nos preguntamos la que puede ser la pregunta más apremiante de todas: ¿cómo sabemos si la sostenibilidad es posible?

Sabemos que existen infinidad de estrellas, galaxias y agujeros negros del universo. El número de planetas podría ser incluso superior a la suma de los anteriores objetos astronómicos, pero, ¿existen los planetas con civilizaciones sostenibles? ¿O todas las civilizaciones que pueden haber surgido en el universo duran solo unos pocos milenios antes de desaparecer a consecuencia del cambio climático que desencadenan?

Isla de Pascua alienígena. Imagen: University of Rochester illustration / Michael Osadciw

Un grupo de investigadores encabezado por Adam Frank,de la Universidad de Rochester (EE.UU.), ha abordado estas cuestiones desde una perspectiva «astrobiológica», es decir, desde el punto de vista del estudio de la vida y sus posibilidades en un contexto planetario. Las suposiciones de partida son muy simples. La primera es que si no somos la primera civilización del universo eso significa que es probable que haya reglas sobre cómo evoluciona una civilización joven como la nuestra. La segunda es que, a medida que la población de una civilización crece, usa más y más de los recursos de su planeta y, al hacerlo, cambia las condiciones del planeta. Por tanto, las civilizaciones y los planetas no evolucionan por separado sino interdependientemente.

Para ilustrar cómo los sistemas civilización-planeta co-evolucionan, Frank y sus colaboradores desarrollaron un modelo matemático para mostrar las formas en las que una población tecnológicamente avanzada y su planeta podrían desarrollarse juntos. Usando su modelo matemático, los investigadores encontraron cuatro posibles escenarios que podrían ocurrir en un sistema civilización-planeta:

  1. Gran mortandad: la población y el estado del planeta (indicado por algo así como su temperatura promedio) aumentan muy rápidamente. Finalmente la población alcanza un pico y luego disminuye rápidamente a medida que la temperatura planetaria en aumento hace que las condiciones hagan la supervivencia muy difícil. Se alcanza un nivel de población estable, pero es solo una fracción del pico de población (quizás un 30 % del pico). No está claro si una civilización tecnológica compleja podría sobrevivir a ese tipo de cambio.

  1. Sostenibilidad: la población y la temperatura aumentan, pero finalmente ambos alcanzan valores estables sin ningún efecto catastrófico. Este situación aparece en los modelos cuando la población reconoce que está teniendo un efecto negativo en el planeta y pasa de usar recursos de alto impacto, como el petróleo, a recursos de bajo impacto, como la energía solar.

  1. Colapso sin cambio en el uso de recursos: la población y la temperatura aumentan rápidamente hasta que la población alcanza un pico y cae precipitadamente. En estos modelos, la civilización colapsa, aunque no está claro si la especie misma muere completamente.

  1. Colapso con cambio en el uso de recursos: la población y la temperatura aumentan, pero la población reconoce que está causando un problema y cambia de recursos de alto impacto a recursos de bajo impacto. Las cosas parecen nivelarse por un tiempo, pero la respuesta llega demasiado tarde y la población se derrumba de todos modos.

Los investigadores crearon sus modelos basados en parte en estudios de casos de civilizaciones extintas, como los habitantes de la Isla de Pascua. Los humanos comenzaron a colonizar la isla entre 400 y 700 e.c. y creció hasta alcanzar una una población máxima de 10,000 habitantes en algún momento entre 1200 y 1500 e.c.. En el siglo XVIII, sin embargo, los habitantes habían agotado sus recursos y la población se redujo drásticamente a unas 2.000 personas.

La mortandad de la población de la Isla de Pascua se relaciona con un concepto llamado capacidad de carga, el tamaño máximo de población que el ambiente puede soportar indefinidamente en un periodo determinado, teniendo en cuenta el alimento, agua, hábitat, y otros elementos necesarios disponibles en ese ambiente . Un cambio climático importante supone que la capacidad de carga para distintas especies, incluida la humana, puede disminuir, porque, por ejemplo, la agricultura a gran escala podría verse fuertemente alterada.

Los investigadores no pueden predecir con seguridad cual será el futuro de la Tierra, son demasiadas variables desconocidas en un sistema endiabladamente complejo. Pero este estudio pone de relieve la existencia de una posibilidad aterradora: si cambiamos lo suficiente el clima de la Tierra, puede que no podamos hacer nada para salvarnos. ¿Habremos llegado ya a ese punto?

Referencia:

Adam Frank et al (2018) The Anthropocene Generalized: Evolution of Exo-Civilizations and Their Planetary Feedback Astrobiology doi: 10.1089/ast.2017.1671

Sobre el autor: César Tomé López es divulgador científico y editor de Mapping Ignorance

Este texto es una colaboración del Cuaderno de Cultura Científica con Next

3 comentarios

  • Avatar de Rawandi

    Los autores parecen obsesionados con el calentamiento, cuando es el enfriamiento lo que más daño genera porque reduce la capacidad de carga de la Tierra. Las glaciaciones resecan el planeta haciendo la vida mucho más difícil que durante los periodos interglaciares.

    Ahora estamos en una fase de calentamiento moderado que está reverdeciendo el planeta. O sea, que el actual calentamiento global es beneficioso para la especie humana y para la mayor parte de los seres vivos.

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