No hay raza blanca, tampoco negra

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Foto: Alexandr Ivanov / Pixabay

Al decir de alguien que es blanco o negro, es posible que pensemos que pertenece a una categoría biológica definida por su color. Mucha gente cree que la pigmentación de la piel refleja la pertenencia a una raza, entendiendo esta como la define la Real Academia Española en su segunda acepción: “cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferenciales se perpetúan por herencia”. Y sin embargo, esa noción, en el caso de nuestra especie, carece de sentido. Porque desde un punto de vista biológico, las razas humanas no existen.

En la piel hay melanocitos, células que producen y contienen pigmentos. Hay dos tipos de pigmentos, llamados genéricamente melanina; uno es marrón parduzco (eumelanina) y el otro, rojo amarillento (feomelanina). El color de la piel depende de la cantidad y la proporción de ambos. Y se da la circunstancia de que ese rasgo depende de diferentes genes; unos inciden en la cantidad de pigmento en los melanocitos y otros sobre la proporción entre los dos tipos de melanina. Es más, colores muy similares puede ser el resultado de diferentes combinaciones de esos rasgos básicos y obedecer a configuraciones genéticas diferentes.

Los africanos, en general, son de piel oscura. Los Dinka, de África oriental, la tienen muy oscura, mientras que los San, del sur del continente, la tienen más clara. Los nativos del sur de la India, Nueva Guinea y Australia también son de piel oscura. En el centro de Asia y extremo oriente, así como en Europa, las pieles son, en general, claras. Y los nativos americanos las tienen de diferente color, aunque no tan oscuras como los africanos.

Si nos atenemos al color de la piel escondida bajo el grueso pelaje de los chimpancés, lo más probable es que nuestros antepasados homininos la tuviesen clara. En algún momento hace alrededor de dos millones de años, los miembros de nuestro linaje vieron reducido el grosor y consistencia del pelaje, hasta convertirse en una tenue capa de vello en gran parte de la superficie corporal. Pero esa transformación trajo consigo la exposición de la piel a la radiación solar ultravioleta, que podía causar cáncer y, además, eliminar una sustancia de gran importancia fisiológica, el ácido fólico. Seguramente por esa razón se seleccionaron variantes genéticas que oscurecían la piel, porque la melanina la protege evitando los daños citados.

Los seres humanos nos hemos expandido y llegado así a casi todas las latitudes. Esos movimientos han expuesto la piel de sus protagonistas a muy diferentes condiciones de radiación. Y al igual que un exceso de radiación ultravioleta puede ser muy dañino, su defecto también lo es, pues sin ella no se puede sintetizar vitamina D, cuyo déficit provoca raquitismo y otros problemas de salud. Por esa razón, sin descartar otras posibles, la piel humana se ha ido aclarando en diferentes zonas geográficas bajo la acción de la selección natural. Además, los movimientos de población han propiciado la mezcla de distintos linajes, cada uno con sus rasgos genéticos y características pigmentarias, para dar lugar a múltiples configuraciones.

El color de los seres humanos actuales es el resultado, por tanto, de una compleja secuencia de eventos biológicos y demográficos, y no es posible delimitar biológicamente unos grupos y otros. Las diferencias en el color de la piel no tienen correspondencia en innumerables otros rasgos que también varían y lo hacen según otros patrones y por efecto de otras presiones selectivas. No hay, pues, fundamento para invocar la existencia de razas. Como tampoco lo hay para justificar, sobre bases inexistentes, otras diferencias.


Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

22 comentarios

  • Avatar de Rawandi

    “raza=cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferenciales se perpetúan por herencia”

    Pongamos dos ejemplos: resulta evidente que el actor Idris Elba es negro porque posee unos «caracteres diferenciales perpetuados por herencia»; y también resulta evidente que la actriz pelirroja Bryce Dallas Howard es blanca porque posee unos «caracteres diferenciales perpetuados por herencia».

    El linaje de Idris y el de Bryce son genéticamente diferentes porque ambos grupos han vivido geográficamente separados durante muchos generaciones. Por tanto, las razas humanas existen y constituyen un reflejo de la forma en que nuestra especie se fue distribuyendo por el planeta.

    • Avatar de Juan Ignacio Pérez

      Los europeos del centro y el norte del continente, los individuos pertenecientes a ciertos grupos de pastores del noroeste de África, los de ciertas poblaciones del este de la península arábiga y los de otras del oeste del subcontinente indio retienen la actividad lactasa en la edad adulta. Los pertenecientes a otros muchos, no.
      Cada uno de esos linajes es genéticamente diferente porque esos grupos han vivido geográficamente separados durante muchas generaciones. Por tanto las razas humanas….

      • Avatar de Rawandi

        Retener la actividad lactasa en la edad adulta no es un rasgo indicador de raza porque no es visible exteriormente. Los rasgos indicadores de raza saltan a la vista.

          • Avatar de Rawandi

            El argumento de la «actividad lactasa» es completamente irrelevante porque se limita a corroborar una verdad de Perogrullo, a saber: que «las diferencias en el color de la piel no tienen correspondencia en innumerables otros rasgos que también varían». Lógico. Si las diferencias raciales se correspondieran con las diferencias «en innumerables otros rasgos», entonces no estaríamos hablando de ‘razas distintas’ sino de ‘especies distintas’.

    • Avatar de Gerry Cueva

      Correcto, el decir que no existen razas diferentes, es negar lo que somos. Como especie, somos humanos, pero de razas diferentes. Eso no es racismo, más que para los sectarios.

    • Avatar de Rocio Pavón

      Todos somos Homo sapiens una unica especie…empeza a leer un poco porque loa ojos me llorar ante tal burrada.

    • Avatar de Christian

      Concuerdo con Ud. Aparte no se remite solo al «color de piel «sino a diferencias óseas troncos más largos o más cortos, largo de brazos y piernas, formas diferentes de cráneo lo que se ve claramente en las facciones de la cara….. Por ejemplo las facciones negroides son muy diferentes a las caucasicas, cabello rizado, boca grande, labios gruesos nariz ancha aunque les tiñeran la piel blanca sus facciones los denotar Ian inmediatamente…. Claro que existen las razas!

    • Avatar de Sofía

      GRACIAS, cuando leí el primer párrafo pensé exactamente lo que has dicho tú. Menos mal, hay gente con un poco de sentido común.

  • Avatar de Juan Ignacio Pérez

    No.
    Hablamos de poblaciones biológicas cuando en cada una de ellas ciertas variantes genéticas son más o menos frecuentes que en las otras. Esas diferencias no justifican su consideración como especies porque hablamos de especies distintas cuando entre sus miembros no puede haber descendencia fértil (aunque haya alguna curiosa excepción). Nada más. No se trata de que haya o deje de haber «inumerables otros rasgos» distintivos, aunque lógicamente cuanto más rasgos diferencien a un linaje de otro, más improbable será que puedan dejar descendencia fértil.
    En la especie humana podemos hablar, con propiedad, de la población samoana, san, dinka, inuit, etc. Los miembros de las poblaciones humanas se reproducen preferentemente dentro de su grupo bien porque se encuentran separadas físicamente de otras o porque son grupos culturales diferentes. En cualquiera de los casos ese relativo (o no tan relativo) aislamiento reproductivo conduce a que en su seno ciertas variantes genéticas alcancen un frecuencia diferente. Las diferencias genéticas no justifican el poder ser categorizadas como especies, por supuesto, pero tampoco como razas.
    Y en todo caso, las fronteras entre grupos, poblaciones o linajes (podemos utilizar esos términos) casi siempre son difusos, porque no ha solido haber aislamiento reproductivo completo durante tiempos muy largos. Por eso, en su determinación (genética) siempre hay cierta dosis de (justificada) arbitrariedad por parte de los investigadores.
    La raza es otra cosa. Es un concepto sin valor biológico porque no es trasladable de las especies domesticadas (que es para las que se usa con propiedad) a las salvajes. La diversidad en las especies salvajes es demasiado grande como para poder reducirla a razas. Y las razas solo tienen sentido en especies domésticas porque son categorías que se han generado mediante selección artificial de un conjunto de rasgos deseados por los domesticadores. Las especies domesticadas no tienen un único rasgo distintivo que «salta a la vista»; tienen varios, unos buscados y otros no. Eso no ocurre en la especie humana o en otras especies, porque en ellas, la selección natural, la deriva genética y los cruzamientos han generado un panorama muchísimo más diverso y complejo. Por eso es tan difícil trazar la historia d elos linajes humanos. Y por eso no cabe hablar de razas.

    • Avatar de Rawandi

      El aspecto externo puede engañar en el caso de las especies crípticas, pero en general resulta un indicador de especie muy fiable, y también suele ser fiable para diferenciar las razas. El aspecto externo de un pekinés y un gran danés basta para concluir que se trata de dos razas caninas distintas, del mismo modo que el aspecto externo de Idris Elba y de Bryce Dallas Howard basta para concluir que estamos ante dos razas humanas distintas.

        • Avatar de Rawandi

          Según la RAE, el concepto de etnia presupone la existencia de las razas humanas: «Etnia = f. Comunidad humana definida por afinidades raciales, lingüísticas, culturales, etc.»

          No creo que negar la existencia de algo tan obvio como las razas humanas sea inteligente. Lo sensato sería más bien aclarar que las razas se basan en pocos genes y que tienen límites borrosos.

    • Avatar de Juan Ignacio Pérez

      Creo que sí, que lo estás entendiendo mal. Vamos por partes.
      (1) Las especies humanas (seres humanos modernos y formas arcaicas) constituyen casos especiales, porque considerándose especies diferentes, cuando se han cruzado han dejado descendencia fértil. Y al parecer eso hace que nuestro genoma tenga porcentajes variables de adn heredados de esas otras especies. Eso es lo que se denomina introgresión.
      (2) Ese genoma procedente de las formas o linajes arcaicos aporta variabilidad genética a la especie, puesto que el adn heredado por esa vía es diferente en distintas poblaciones humanas. Sabemos, además, de varias poblaciones (tibetanos, inuits, al menos) en las que ese adn les confiere ventajas adaptativas.
      (3) Pero que haya una distribución geográfica específica para la herencia de diferentes linajes (en africanos apenas hay herencia arcaica, en asiáticos la hay de denisovanos y en europeos y algunos asiáticos, nenadertal) no autoriza a hablar de razas. Una cosa es que los linajes a los que nos referimos (modernos, nenadertales y denisovanos, en este caso) sean considerados especies diferentes y otra muy distinta es que por el hecho de haber en nuestro genoma un cierto (pequeño) porcentaje del genoma procedente de esas introgresiones eso nos diferencie tanto como para llegar a decir que somos casi especies diferentes. Ni muchísimo menos. Si lo eran por muy poco cuando se cruzaron, quienes ahora tenemos, por ejemplo, un 3 o 4% de genoma de origen neandertal y quienes no lo tienen estamos lejísimos de pertenecer a especies diferentes. También de pertenecer a razas diferentes.
      (4) En biología no se reconoce una entidad biológica denominada raza. Reconocemos filos, clases, órdenes, familias, géneros, especies (en algunos casos, subespecies) y poblaciones. No reconocemos la existencia de razas porque, sencillamente, no hay base alguna para diferenciar esa categoría. Las bases que suelen invocarse (color de la piel, características del pelo, propensión a sufrir ciertas enfermedades, y otras) no se distribuyen de forma homogénea en grupos humanos de la suficiente entidad (de mayores dimensiones que población) como para considerarlos pertenecientes a un mismo agrupamiento que pudiéramos denominar raza.
      (5) Algunas explicaciones adicionales, aquí: https://theconversation.com/las-razas-humanas-no-existen-117425

      • Avatar de Jorge

        Disculpe pero se equivoca usted. La «anemia falciforme» sólo la sufren personas de raza negra o con algún antepasado de esa raza. Es una enfermedad que sí se distribuye de forma completamente homogénea… sólo afecta a personas de esa raza.
        Si, tal y como dice usted, las razas no existen, dígame… ¿Con qué criterio se explica que unas determinadas personas sufran esa enfermedad y otras no? ¿Es acaso casualidad que quienes la sufren sean de color negro? Mucha casualidad sería ésa… es más fácil, y lógico, decir que es una enfermedad que sufren las personas de raza negra.
        Ya ve… la «anemia falciforme» se ha cargado su curiosa teoría en dos pataducas…

        • Avatar de Juan Ignacio Pérez

          No, señor Jorge, no le disculpo. La anemia falciforme no se ha cargado nada.
          Esta es la distribución geográfica de la anemia falciforme: https://en.wikipedia.org/wiki/Sickle_cell_disease#/media/File:Sickle_cell_distribution.jpg
          Y esto loq ue dice la wikipedia sobre las variantes de anemia de cálulas falciformes: «Sickle cell gene mutation probably arose spontaneously in different geographic areas, as suggested by restriction endonuclease analysis. These variants are known as Cameroon, Senegal, Benin, Bantu, and Saudi-Asian. Their clinical importance is because some are associated with higher HbF levels, e.g., Senegal and Saudi-Asian variants, and tend to have milder disease.» Asumo que no necesita traducción para entender Saudi-Asian.
          Ni todos los que la sufren son «de color negro», ni todas las personas de color negro sufren drepanocitosis.
          Y no es mi «curiosa teoría», sino el criterio de la enorma mayoría de genetistas de poblaciones y antropólogos físicos.

          Y ahórrese la condescendencia arrogante la próxima vez que nos visite, por favor.

    • Avatar de Adlid Dendle

      Es usted un muy buen biologo y cortés. Gracias por escribir el articulo señor Juan Ignacio Pérez Iglesias.

  • Avatar de Jose Felix Marti Massó

    De acuerdo con el artículo. Al cerebro humano le conviene clasificar, y el concepto de raza le resulta fácil. Los conceptos son subjetivos y los criterios de inclusión y de exclusión los podemos modificar en cada momento, dependiendo de muchos factores.

  • Avatar de Juan Manuel crus

    Este artículo da la impresión de que por moda la debe ser genética es inclusiva, y este es un claro ejemplo de porqueso no debemos creer todo lo que leemos en internet.

    • Avatar de César Tomé

      La genética dice lo que dice, y no otra cosa. La ciencia no es inclusiva, eso es una actitud social. El hecho biológico es que no existen razas. El hecho sociológico es que sí existen razas. Esta discrepancia se debe a que los humanos juzgamos en función de lo aparente y la ciencia va más allá de lo aparente. Ocurre lo mismo con la planitud de la Tierra, que esta sea el centro del universo o que el Sol la orbite. Por tanto, aprendamos a discriminar y no a juzgar a partir del prejucio que es, en definitiva, ignorancia.

  • Avatar de Rebeca Ávila

    Juan Ignacio Pérez me ha encantado como lo ha explicado y estoy de acuerdo total mente con usted.
    Me pregunto que si estas personas que consideran que una persona de otro color o rasgos distintos, tuviera hijos (porque claramente se puede) entonces esa descendencia, de que raza sería? Como por ejemplo una rubia o pelirroja caucásica como yo con un asiático o africano de color lo más negro que exista. No puedo concebir que mis supuestos hijos fueran de otra raza. Y no soy catedrática de nada, pero no entiendo porque dicen que son distintas razas. Y perdón por mi ignorancia.

  • […] ricordare più da vicino chi condivide il colore della nostra pelle non ha senso. proprio perché il colore della pelle parla solo di questo, della concentrazione di melatonina sulla nostra superfic…. Molecole che ci proteggono dalla radiazione solare e sono più necessarie intorno […]

  • Avatar de Sofía

    ¿Cómo que no tiene sentido? ¿Cómo que «desde un punto de vista biológico las razas humanas no existen»? Acabas literalmente de aportar una definición que contradice eso: «cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferenciales se perpetúan por herencia». El color se perpetúa por herencia. ¿Ahora resulta que el color de piel de una persona al nacer es aleatorio? Si yo (que soy blanca) tengo un hijo con un hombre blanco, ¿existe la posibilidad de que me salga negro porque sí? Y al revés: si tengo un hijo con un hombre negro, ¿existe la posibilidad de que me salga completamente blanco, sin parecerse en nada a su padre?

    Unos saben mucho de ciencia y muy poco de semántica (o simplemente se hacen los locos). Todo por la maldita manía de tratar el término «razas» como si estuviésemos hablando de especies o como si pretendiésemos volver al siglo XIX (y no, ninguna persona normal quiere eso). Sí, todos sabemos que todos los seres humanos formamos parte de una misma especie y que las diferencias genéticas entre todos nosotros son prácticamente nulas… pero ahí, en el «prácticamente», está la clave. Si todas las personas fuésemos literalmente iguales a nivel genético entonces seríamos no sólo del mismo color, sino físicamente idénticas, salvo por posibles diferencias ambientales (es el caso de los gemelos monocigóticos, que tienen exactamente el mismo ADN). Pero que hay diferencias biológicas (o físicas, o como se le quiera llamar) entre ciertos grupos humanos y otros y que dichas diferencias se transmiten hereditariamente es algo empírico y apreciable a simple vista. A eso lo llamamos «raza», y salvo que seas un nazi o algo así es un término totalmente inocuo.

    Es sólo una palabra del lenguaje cotidiano, no es científico y NADIE pretende que lo sea, pero se utiliza para referirse a una realidad que todos percibimos. Si definiésemos «raza» como una diferencia genética relevante sería correcto decir que no hay diferentes razas humanas, pero resulta que lo que llamamos «raza» son generalmente características físicas externas como el color de la piel, los ojos rasgados o no, etcétera, y desde ese punto de vista las razas SÍ existen porque esas diferencias biológicas hereditarias SÍ existen. Y ya está, no tiene mucho más, tratar de verlo de otra manera o de negarlo es complicarse la vida innecesariamente buscándole noventa pies al gato.

    Lo más divertido es que la especie humana es la única en la que se cuestiona esto. Nadie discute el término raza en, por ejemplo, los perros. Todos los perros son de la misma especie, genéticamente son prácticamente iguales y sin embargo hay más de 300 razas de perros en el mundo distribuidas en diferentes grupos, las llamamos «razas» y no pasa nada. ¿Por qué? Porque a ellos les da igual (y menos mal, si no tendríamos otro campo de batalla sin sentido con gente tratando de demostrar tonterías).

    En resumen, lo que culturalmente llamamos «raza» es un término que responde a un hecho que genéticamente es muy poco relevante pero que EXISTE y se puede ver a simple vista. Pero claro, ahora está de moda tratar de reinventar el lenguaje por… bueno, la verdad es que ni siquiera sé muy bien por qué. Y eso nos lleva a la historia de siempre: el emperador va desnudo, pero nadie se atreve a decirlo.

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