Si me preguntan a mí, la temperatura más alta de la historia debió de producirse el sábado pasado en el salón de mi casa. No tenía ningún termómetro a mano, pero según mis estimaciones, la sensación térmica durante la ola de calor en el centro de Madrid ascendió a los 74,3 ºC (74,5 ºC cuando el ventilador apuntaba para otro lado).
Los climatólogos, en cambio, tienen su propia versión de los hechos. Según sus registros históricos, la temperatura más alta de la Tierra jamás anotada por un ser humano ascendió a 58 grados centígrados. Esta fue la cifra que nos legó un soldado italiano durante un tórrido verano en el desierto de Libia, en 1922. Sin, embargo no está exenta de polémica. Existen varias inconsistencias en estos registros que parecen apuntar a un error. Concretamente, a un error de usabilidad de su termómetro.
Pero pongámonos en contexto. Estamos en 1922. Imagina que eres un soldado destinado en la región de Al Azizia, cerca de Trípoli. En algún momento, te han dado instrucciones para apuntar diariamente lo que marca el termómetro, pero probablemente no te han explicado muy bien cómo hacerlo ni tampoco para qué. Y ahí estás tú, sudando como un pollo, viendo hincharse una barrita de Mercurio en medio del desierto africano.
Probablemente, la sensación térmica de ese soldado debió de parecerse bastante a la de mi piso de Madrid. Se le derretía el alma y la mollera, y él ni siquiera contaba con un triste ventilador. Aún así, tuvo la paciencia de fijarse en el termómetro cada día y fue anotando sus numeritos: 50, 56, 58, 53, 53… da calor solo de leerlo. Difícilmente podía saber que sus anotaciones pasarían a definir en el récord de temperatura registrada sobre la Tierra durante un total de 90 años.
Los apuntes de aquel soldado nos permiten rastrear las huellas de su posible error. Dos días antes del 13 de septiembre (el día en que se batió el récord), la caligrafía de los registros cambia. Resulta evidente que entra en escena un nuevo apuntador. El mismo día el orden de todos los datos se invierte: la temperatura máxima pasa a estar en la columna de la izquierda, la mínima a la derecha. Claramente, nuestro héroe no estaba prestando mucha atención. ¿Pero es posible que se confundiese, también, al interpretar su aparato de medición?
Esta es la hipótesis que defienden los autores de un estudio publicado hace algunos años por la Organización Meteorológica Mundial (OMM)1. Durante 2010 y 2011, un panel internacional de expertos llevó a cabo una investigación en profundidad sobre este récord en los registros y concluyó que no podían darse por buenos. Las mediciones de aquel soldado no solo son incoherentes con las registradas en otras estaciones cercanas. Tampoco pueden compararse con los valores de temperatura observados posteriormente en el mismo lugar, y constituirían un microclima impropio de la región. Pero además, parece que el propio termómetro podría haber jugado un papel en aquel error. Se trataba de un modelo Bellani-six, con dos masas flotantes sobre dos columnas de fluido. Al contraerse o dilatarse, el fluido empujaba las masas, que se superponían sobre una escala e indicaban la temperatura máxima y mínima del aire durante el día. Pero aquellas masillas eran bastante alargadas y era importante saber que la temperatura debía medirse en su punto más bajo (esto es, inmediatamente, encima de la columna de fluido).
Si aquel soldado italiano, por inexperiencia o por falta de atención, hubiese anotado la temperatura que figuraba encima de la masa del termómetro, todas sus mediciones habrían resultado anormalmente altas, como de hecho sucede. Un error que recuerda poderosamente al de cierto compositor europeo, que se aceleró, quizás, al anotar los tempi de sus sinfonías2.
En 2012 y tras concluir su estudio, la Organización Meteorológica Mundial decidió descartar los registros de Al-Haziza de 1922. Desde entonces, la temperatura más alta registrada en la Tierra ha descendido 1,3 ºC. El 7 de julio de 1913, en el Valle de la Muerte de Estados Unidos, California, algún desdichado con el cerebro achicharrado anotó una temperatura de 56,7 ºC (esperamos que con algo más de acierto, aunque tampoco está del todo claro).
Referencias:
1K.I, El & Cerveny, R.s & Burt, Christopher & Eden, Philip & Parker, David & Brunet, Manola & Peterson, Thomas & Mordacchini, Gianpaolo & Pelino, Vinicio & Bessemoulin, Pierre & Stella, José & Driouech, Fatima & M.M, Abdel & Pace, Matthew. (2013). World Meteorological Organization Assessment of the Purported World Record 58°C Temperature Extreme at El Azizia, Libya (13 September 1922). Bulletin of the American Meteorological Society. 94. 199-204. 10.1175/BAMS-D-12-00093.1.
2Martín-Castro A., Ucar I. (2020). Conductors’ tempo choices shed light over Beethoven’s metronome. PLOS ONE 15 (12) : e0243616. doi: 10.1371/journal.pone.0243616
Sobre la autora: Almudena M. Castro es pianista, licenciada en bellas artes, graduada en física y divulgadora científica
Francisco Javier Martín
Gracias Almudena.
«algún desdichado con el cerebro achicharrado anotó una temperatura de 56,7 ºC (esperamos que con algo más de acierto, aunque tampoco está del todo claro)».
Si aceptamos que una tormenta de arena tal vez haya inundado de material quemante todo el área circundante y las inmediaciones del refugio, y, tal vez, hasta parte del propio refugio, también deberíamos poner estaciones meteorológicas en los bordes de las calderas de lava y registrar durante las erupciones que bañen e inunden de lava la estación (con un robot haciendo el trabajo, antes de que les concedamos derechos).
Por otra parte, me extraña que se acepten y homologuen los valores de temperatura de un refugio, y más si este se encuentra habitado, con el consiguiente calor humano. Las estaciones meteorológicas seguramente dejan que desear, pero algunos requisitos sí deben cumplir.
Apostaría a que los récords de temperatura en todo el planeta son recientes, y no de la primera mitad del siglo XX.
Almudena
Hola Francisco,
Desconozco el detalle del récord de Death Valley. Sé que estaba disputado también, imagino que por los motivos que comentas.
Aparte de esa cifra, parece que en el mismo punto (Furnace Creek) se han registrado en los últimos años temperaturas de hasta 54.4 C.
Francisco Javier Martín
Hola Almudena,
Yo tampoco conozco el detalle del récord, solo vi tu enlace, donde comentan lo de la posible tormenta de arena recalentada por el sol. Sería interesante saber si las temperaturas recientes de hasta 54,4 ºC que comentas (solo 2,3 ºC menos que el supuesto récord) son con o sin tormenta de arena recalentada. Porque, si son sin, pueden constituir el verdadero récord de temperatura. La arena recalentada a, tal vez, más de 60ºC, fácilmente puede elevar la temperatura del aire varios grados (la arena está directamente en contacto con el aire).
Pensemos en lo que está ocurriendo en La Palma. El calor específico del agua es 4 veces mayor que el del aire (un gramo de agua requiere una caloría para aumentar su temperatura en un grado centígrado, mientras que un gramo de aire solo requiere 0,24 calorías). Y, sin embargo, el volcán Cumbre Vieja parece que ha elevado la temperatura del agua costera varios grados, tal vez hasta 3-4 ºC en una semana, sin necesidad de arrojar lava al océano. El volcán se encuentra a 9 km y las coladas de lava a unos 2 km (con un frente de casi 600 m de ancho y 12 m de alto, y una temperatura de unos 1000 ºC).
Francisco Javier Martín
«el volcán Cumbre Vieja parece que ha elevado la temperatura del agua costera varios grados, tal vez hasta 3-4 ºC en una semana, sin necesidad de arrojar lava al océano». Esto lo saqué de unas mediciones de la temperatura superficial del agua que hizo un periodista en directo, pero no parece que fueran mediciones fiables.
Francisco Javier Martín
El récord de temperatura en Furnace Creek en el mes de agosto es de algo más de 54 ºC (130 ºF), y de algo menos de 54 ºC en el mes de junio (129 ºF). Si tomamos las temperaturas máximas mensuales desde el año 2000 hasta el 2021, que son las que he podido encontrar en mi breve búsqueda, vemos que, aunque la media del mes de julio, de 127 ºF (menos de 53 ºC), es unos 2 ºC superior a la de junio y agosto, de 123 ºF (en torno a 50,5 ºC), sin embargo, el registro más alto de julio en esta serie es idéntico al de agosto, de 130 ºF (unos 54,5 ºC) y solo 1 ºC superior al de junio, de 128 ºF (alrededor de 53,3 ºC). Pero más significativo aún es el hecho de que el récord de julio se ha alcanzado en este mismo año, 2021, el de agosto en 2020 y el de junio en 2013 y 2021. Esto, junto con el hecho del calentamiento global, hace menos creíble ese récord de 56,7 ºC (134 ºF) en el mes de julio de 1913, para el que tenemos una posible explicación en las propiedades radiativas de los granos de arena de sílice, o los que se encuentren en ese lugar.
No obstante, para terminar de desacreditar ese récord habría que ver la gráfica de las temperaturas máximas mensuales y anuales desde que hay registros, considerando las diferentes condiciones de medición, y hacer un análisis estadístico en profundidad.
https://www.nps.gov/deva/learn/nature/weather-and-climate.htm
https://www.weather.gov/wrh/climate?wfo=vef
Francisco Javier Martín
«para el que tenemos una posible explicación en las propiedades radiativas de los granos de arena de sílice, o los que se encuentren en ese lugar». En realidad, más que de granos de arena habría que hablar de partículas de polvo (limo).