
El cuco (Cuculus canorus) es una de las aves más sorprendentes de la naturaleza. No construye un nido propio y se desentiende de sus crías, adoptando una estrategia denominada «parasitismo de cría». La hembra de cuco coloca sus huevos en los nidos de otras aves, dejando que ellas se encarguen de incubarlos y alimentar a los polluelos. Esta táctica, tan inusual como arriesgada, ha llamado la atención a los científicos durante casi tres mil años y aún sigue dejando con la boca abierta a todos los biólogos que intentan comprenderla.
La historia de su estudio comienza en el 350 a.C. con el inevitable Aristóteles que, en su afán por describir la naturaleza en su obra «La Historia de los animales», observó que el cuco depositaba sus huevos en los nidos de otras aves, notando además que a veces desplazaban los propios huevos del anfitrión. Como en tantas otras ocasiones, la explicación del filósofo de Estagira a este comportamiento era imaginativa, pero errónea… el griego pensaba que los cucos eran aves cobardes y débiles que no podían defender a sus crías por su cuenta y por ello delegaban esta tarea en otras aves.
Los pioneros naturalistas del siglo XVII, con John Ray a la cabeza, trajeron los primeros intentos de clasificación sistemática de aves, sentando las bases para futuras observaciones del comportamiento reproductivo. El médico y naturalista irlandés Hans Sloane, al que curiosamente también le atribuye el honor de ser el introductor del chocolate con leche en Europa, registró en una de sus obras diferentes comportamientos inusuales de cría en la naturaleza, incluyendo la adopción de los huevos de cuco por otras aves. Un siglo más tarde, ya avanzado el XVIII, nos encontramos a Gilbert White, uno de los autores más influyentes en la obra de Charles Darwin, que documentó con detalle el parasitismo de ría del cuco observando también la precisa imitación de los huevos del anfitrión.
En la segunda mitad del XIX, la teoría de la evolución mediante la selección natural de Darwin se extendía por el mundo y los estudiosos de la avifauna pronto comprendieron que existía una carrera evolutiva entre los cucos y sus aves huésped. Aún no había llegado la genética pero el eminente ornitólogo inglés Alfred Newton reconocía por primera vez el fenómeno adaptativo especializado de la imitación de huevos.
Con la aparición de la genómica y los análisis evolutivos también llegaron otras sorpresas. El cuco común logra poner huevos en muchas especies de anfitriones diferentes, logrando adaptaciones muy específicas (por ejemplo, huevos que imitan el color y el patrón de cada especie hospedadora) sin que toda esta especialización provoque que el cuco se divida en muchas especies distintas. Es un hecho asombroso: la misma especie de cuco es capaz de poner huevos muy diferentes dependiendo de los nidos donde quieran colarse.

Diferentes huevos de cuco en diferentes nidos. Fuente: Stoddard, Mary Caswell (2022) Burd Eggs Current Biology, Volume 32, Issue 20, R1126 – R1132 doi: 10.1016/j.cub.2022.07.052 © 2022 Published by Elsevier Inc. / Elsevier Open Acces License
Hace tan solo unas semanas, en octubre de 2025, la revista Science ha publicado dos artículos que analizan el dilema de cómo los cucos son capaces de adaptar sus huevos a diferentes anfitriones sin especiarse y las conclusiones son más que interesantes: la adaptación del cuco a diferentes huéspedes se basa en arquitectura genética y estrategias de herencia (traspadadas por vía materna) que permiten variedades de huevo específicas sin que el cuco deje de ser una sola especie.
Para llegar a estas conclusiones los investigadores analizaron el genoma de 298 cucos comunes (Cuculus canorus) y 50 cucos orientales (Cuculus optatus) capaces de poner 15 huevos de morfología diferentes y descubrieron que la coloración de la cáscara del huevo «está predominantemente influenciada por la variación genética matrilineal, ligada al cromosoma W».
Incluso después de tres milenios, todavía quedan muchas incógnitas abiertas en esta capacidad del cuco, convirtiendo esta batalla evolutiva en algo aún más fascinante.
Referencias científicas y más información:
Sorenson, Michael D., y Claire N. Spottiswoode (2025) How Common Cuckoos Adapt to Multiple Hosts Science DOI:10.1126/science.aec1973.
Merondun, Justin, et al. (2025) Genomic Architecture of Egg Mimicry and Its Consequences for Speciation in Parasitic Cuckoos Science DOI: 10.1126/science.adt9355.
Aristóteles «Historia de los animales»
Sobre el autor: Javier «Irreductible» Peláez es escritor y comunicador científico. Autor de «500 Años de Frío» (2019) y «Planeta Océano» (2022). Es ganador de tres premios Bitácoras, un premio Prisma a la mejor web de divulgación científica y un Premio Ondas al mejor programa de radio digital.
