Las guerras y conflictos tienen toda clase de efectos secundarios. La mayoría son terribles, pero también hay otros curiosos. Y curioso ha sido que, con esto último de Crimea, varias instituciones científico-técnicas peculiares han pasado a manos rusas. Entre ellas, la antigua Estación NIP-16 de la Red Soviética de Espacio Profundo, con su gigantesco radiotelescopio y radar planetario RT-70. Desde donde, por cierto, se han transmitido más de la mitad de los mensajes que la humanidad ha intentado enviar a las civilizaciones extraterrestres.
Pero vayamos por partes. La instalación, después conocida como el Centro de Comunicaciones de Espacio Profundo (TsDKS) o Radar Planetario de Eupatoriai no se ha visto implicada en ningún enfrentamiento, no ha sufrido daños y por lo visto siguen trabajando con normalidad.ii Simplemente cambiaron a los guardias de las puertas (o los guardias se cambiaron la bandera de la manga, que es todo muy confuso), el personal cobra ahora rublos en vez de grivnas de esas y todos a trabajar como de costumbre, pendientes de una evaluación de Roskosmos.iii Sin violencias, que aquí somos científicos y demás gente civilizada. Aparentemente, ni siquiera las colaboraciones internacionales se han visto afectadas, o al menos yo no he encontrado ninguna referencia al respecto.
No es la única. También ondea la bandera tricolor de Rusia sobre el Instituto Hidrofísico Marino (oceanografía), la Universidad Nacional de Tecnología e Industria Nuclear en Sebastopol (especializada en la operación de reactores atómicos para submarinos) o el Observatorio Astrofísico de Crimea, con su centro de monitorización de satélites por láser en Simeiz, actualizado a principios de este siglo.iv Eso sin mencionar los astilleros especializados e instituciones de investigación naval, sumando unas veinticinco entidades científico-técnicas o así. Por diversas razones políticas e históricas y por su privilegiada situación geográfica, la Unión Soviética construyó numerosos centros de este estilo en Crimea, que después heredó Ucrania y ahora están en manos rusas.
Pero la instalación de Eupatoria (o Yevpatoria, o Yevpatoriya, en ruso Евпатория, en ucranio Євпато́рія) me llama especialmente la atención por varias razones. La primera es que, con ella, Rusia domina la totalidad de la antigua red terrestre soviética de espacio profundo. Los otros dos centros principales están en Lagos del Oso, cerca de Moscú, y en Ussuriisk, a orillas del Océano Pacífico; interconectados, configuran un sistema de interferometría de muy larga base. Con ellos, la URSS controló las legendarias misiones Venera –las primeras naves interplanetarias que se posaron en otro mundo– y otras como el programa Vega, las sondas Fobos o el telescopio espacial Granat de rayos X y gamma. Ahora se utilizan para controlar, por ejemplo, el radiotelescopio espacial Spektr-R, que quiere ser el primero de una serie de grandes observatorios cósmicos rusos capaces de estudiar la bóveda celeste en una gran diversidad de frecuencias, desde las bandas milimétricas (Spektr-M) hasta el ultravioleta (Spektr-UV) y los rayos gamma (Spektr-RG.) Estas estaciones serían esenciales para futuras misiones a Marte u otros destinos lejanos y también sirven para detectar objetos próximos a la Tierra, que nunca viene mal.
Otro de los motivos por los que Eupatoria me pone es ese que te contaba al principio: la mayoría de los mensajes que la gente humana hemos intentado mandar a las gentes de ahí fuera (METI, o SETI activo) se han transmitido desde este RT-70, aprovechando sus capacidades para la astronomía por radar, y con otro equipo más antiguo que tienen también ahí: el complejo Plutón. De hecho, fueron las antenas del sistema Plutón las que transmitieron el primero de todos: el doble mensaje “Paz / Lenin – URSS” del 19 y 24 de noviembre de 1962,v doce años antes que el famosísimo de Frank Drake, Carl Sagan y compañía desde Arecibo (Puerto Rico.)
Para contarte toda la verdad, este mensaje “Paz / Lenin – URSS” (llamado en Occidente “el mensaje en Morse”) era más bien un experimento del sistema Plutón, con la idea de enviar un saludo a los alienígenas como una curiosidad secundaria. En realidad, se trataba de hacer un rebote de radio en el planeta Venus, parecido al rebote lunar de los radioaficionados, pero con el propósito de calibrar los equipos y obtener datos precisos de telemetría para el programa Venera. Y si me apuras, ya puestos, de “plantar otra banderita cósmica” en la línea del Sputnik, Gagarin y demás.
Por ello, como te puedes imaginar, la emisión estaba diseñada para satisfacer las necesidades y prioridades de sus emisores humanos, no para ser descifrada por los extraterrestres. Transmitieron una señal direccional (direccionalidad estimada para los emisores ADU-1000 del complejo Plutón: 1 minuto de arco) a 770 MHz; el primer mensaje contenía la palabra “МИР” (“paz”, o “mundo”) y el segundo los nombres “ЛЕНИН СССР” (“Lenin URSS”), ambos en código Morse ruso. Además, fue muy breve: apenas ocho minutos para el segundo mensaje, el más largo.
Sin duda, es difícil que los extraterrestres anden muy puestos en idioma ruso y no te digo ya en su particular código Morse, o tengan información suficiente sobre los asuntos humanos para definir la paz, saber quién era Vladimir Ilich o lo que fue la URSS. No obstante, no deja de ser una emisión potente (unos 40 kW), bastante direccional y claramente artificial, que ahora mismo está a 52 años-luz de la Tierra, rumbo a la constelación de Libra. Así que, en este caso, la propia transmisión es el mensaje. Dice: “¡eo, aquí hay alguien que sabe construir radiotelescopios!” Más curiosamente aún, por el camino está Gliese 581, con algo que en 1962 se ignoraba por completo: varios exoplanetas, de los que se disputa si alguno podría ser favorable a la vida.vi Teniendo en cuenta que Gliese 581 se encuentra a unos veinte años-luz, hace como 32 años que el mensaje “Paz / Lenin – URSS” pasó por ahí. De momento, no hemos recibido respuesta alguna.
No fue el único, ni mucho menos. Ya en tiempos post-soviéticos, el RT-70 de Eupatoria (mucho más potente y direccional que el primitivo complejo Plutón) ha transmitido otros cuatro mensajes más: las dos Llamadas Cósmicas (1999 y 2003), el Mensaje Adolescente (2001) y el Mensaje de la Tierra (2008). Y a diferencia del de Arecibo, que sólo se emitió una vez, los ha repetido hasta en dieciséis ocasiones, hacia numerosos puntos diferentes por las constelaciones del Cisne, Sagita (que no es Sagitario), el Delfín, la Osa Mayor, Géminis, Virgo, la Hidra, el Dragón, Orión, Cáncer y Libra, más la galaxia de Andrómeda. Si les sumamos aquellos dos primeros “Paz / Lenin – URSS”, totalizan dieciocho emisiones de las treinta que a mí me constan. O sea, el 60% de todas ellas. Es incluso posible que hiciesen alguna más, todavía en la época soviética.
Por el momento, y a menos que cambien mucho las cosas, el sugerente centro de espacio profundo de Eupatoria es ruso. Y su capacidad para controlar naves interplanetarias y transmitir –o recibir– mensajes extraterrestres, también. ¿Que qué importancia tiene? Sólo el tiempo lo dirá.
Referencias:
i Zaitsev, Alexander L.: “Rationale for METI.” (2 de mayo de 2011) arXiv:1105.0910v1.
ii Zak, Anatoly: “Crimean space connection.” En russianspaceweb.com, 18 de abril de 2014.
iii Interfax-Ukraine: “Roscosmos assesses capabilities of deep space communication center in Crimea.”Kyiv Post, 24 de marzo de 2014.
iv Dmitrotsa, A., Minin, O., Neyachenko, D., Shtirberg, L., Tatevian, S.: “Upgrading of the Simeiz-1873 SLR Station.” Documento del 13º International Workshop on Laser Ranging “Toward Millimeter Accuracy”, 7 al 11 de octubre de 2002, Washington DC. En el archivo documental del Goddard Space Flight Center, NASA.
v Zaitsev, Alexander L.: “РадиовещаниедляВнеземныхЦивилизаций.”En el boletín nº 15 (julio-diciembre de 1999) (1.3) del Centro Científico-Cultural SETI, Academia de Cosmonáutica Konstantin Tsiolkovsky (Academia Rusa de Ciencias), Universidad Estatal Lomonósov de Moscú.
vi Robertson, Paul; Mahadevan, Suvrath; Endl, Michael; Roy, Arpita: “Stellar activity masquerading as planets in the habitable zone of the M dwarf Gliese 581.”Science, 3 de julio de 2014. DOI:10.1126/science.1253253.
Sobre el autor: Antonio Cantó (@lapizarradeyuri) es polímata y autor de La pizarra de Yuri
Mientras tanto, en Crimea…
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[…] Ver noticia original Fecha de alta: 17-07-2014lamazmorradelandroide.com, Mientras tanto, en Crimea…Valoración: 3 sobre 5 <<<100 razones científicas para NO comer huevos, lácteos, ternera, pollo, pavo, cerdo o peces >>> […]
Yuri
Quiero hacer constar que escribí y publicamos este texto antes de que nos llegaran las noticias del derribo del MH17. Últimamente tengo yo un acierto con las tragedias que no sé… :-((((
Bitartean, Krimean… | Dibulgazioa | Zientzia Kaiera
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¿Por qué Rusia tenía que invadir Crimea?
[…] Crimea no es solo la base de la Flota del Mar Negro ni sus instalaciones relevantes son únicamente las que podemos encontrar en torno a Sebastopol. Con la anexión de Crimea Rusia se ha agenciado también la antigua Estación NIP-16 de la Red de Espacio Profundo de la URSS y el Radiotelescopio RT-70 utilizado en el pasado para transmitir mensajes al espacio -tratando de contactar con civilizaciones extraterrestres. Dicha instalación, conocida como Radar Planetario de Eupatoria sigue funcionando con normalidad tras el conflicto, sin que se hayan registrado ni daños, ni interrupciones en las colaboraciones internacionales en las que participaba como centro de investigación. Esta instalación era, literalmente, el último eslabón de la Red Soviética del Espacio Profundo y la única que no estaba en su poder, pues las otras instalaciones están todas en territorio ruso. En el pasado, esta red se utilizó para controlar las misiones Venera, las sondas Fobos o el telescopio espacial Granat. Como nos explica Antonio Cantó, autor del magnífico blog “La Pizarra de Yuri”, en una colaboración en el blog “Cultura Científica”: […]