¿Los matemáticos en paro se multiplican por siete en cuatro años?

Matemoción

En marzo de 2006 gran parte de la comunidad matemática española se encontraba organizando el International Congress of Mathematicians, que se iba a celebrar ese mismo agosto en Madrid. Y como parte de esa tarea se intentaba transmitir a la sociedad, en particular a través de los medios de comunicación, una imagen positiva de esta ciencia. El significativo aumento de la presencia española en la investigación internacional, el bajo paro entre los licenciados en matemáticas, las múltiples aplicaciones de las matemáticas (en la industria, la economía, la ciencia e incluso el deporte), su importancia en la educación y formación de las personas, su papel dentro de la cultura, etc.

Al igual que muchos otros matemáticos y matemáticas, yo también me había implicado en la organización del ICM2006. En mi caso, en tareas de divulgación de las matemáticas, junto a mi colega y amigo Antonio Pérez Sanz, como la organización de las exposiciones “¿Por qué las matemáticas?”, “Arte fractal, belleza y matemáticas” y “Demoscene, matemáticas en movimiento” en el Centro Cultural Conde Duque o de la realización de una escultura en directo por el escultor japonés Keizo Ushio. Por lo que yo mismo me vi implicado en varias ocasiones en esa tarea de transmisión de una imagen positiva de las matemáticas, y de contacto con los medios de comunicación.

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Cuando el día 22 de marzo de 2006 llegué a la universidad, tras dejar a mi hijo en la escuela, mi compañera Marta Macho me dijo rápidamente, casi sin darme tiempo a darle los buenos días, “mira lo que acaba de publicar este periódico: Los matemáticos en paro se multiplican por siete en cuatro años”. Le debí contestar, tras unos momentos de desconcierto, algo así como “¡No puede ser! ¡Si precisamente estamos transmitiendo a la sociedad el mensaje de que no hay casi paro en matemáticas!”. Y sin esperar un segundo, salí corriendo hacia mi despacho para intentar comprobar que efectivamente esa información que aparecía en el periódico no era correcta y ver cuál podía ser el origen de los datos que había utilizado el periodista. Mientras encendía el ordenador pude leer el copete de la noticia, “El desempleo de los licenciados en esta titulación pasó del 3% al 22% entre 1999 y 2004, según el Libro Blanco elaborado de cara a la convergencia europea”. Ya tenía una referencia para empezar…

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Una vez encendido el ordenador, me conecté a internet y me metí en google. En 10 minutos ya tenía información suficiente. El libro blanco de las matemáticas, del cual el periodista había sacado la información, los datos sobre el paro entre los licenciados en matemáticas desde el año 2.000 al 2.004 obtenidos a través de la página web del Instituto Nacional de Estadística, y algunos informes sobre inserción laboral de los licenciados universitarios (ANECA, Fundación BBVA o M.E.C.).

La fuente informativa del periodista era el capítulo “Estudios de inserción laboral” del Libro Blando de las Matemáticas publicado por la ANECA. El capítulo empezaba así…

El estudio sobre inserción laboral de los titulados durante el último quinquenio se ha realizado en base a la encuesta adjunta (Tabla1). Dicha encuesta fue remitida por cada uno de los Centros que imparten la titulación a sus correspondientes licenciados. El formato utilizado por cada Centro no fue enteramente homogéneo (correo ordinario, contacto telefónico, o correo electrónico según los casos). El número de contestaciones recibidas en proporción al número de titulados tampoco fue completamente homogénea, ya que los datos de localización de los egresados varían notablemente de unos centros a otros. No obstante estimamos que el número de encuestas completadas hace que los resultados obtenidos sean de gran fiabilidad. El número de contestaciones totales recibidas fue de 1387 que corresponden a 7462 titulados. La encuesta fue realizada entre noviembre de 2003 y enero de 2004.

Algunas reflexiones rápidas:

i) la encuesta era más bien de carácter orientativo, puesto que cada universidad había enviado a sus licenciados, a través de diferentes medios, la encuesta a la dirección que conservaba de ellos, que en muchos casos no sería la correcta y además, la contestaron solo quienes quisieron;

ii) la encuesta había sido enviada a los licenciados de los años 1999-2003, y los del último año se acababan de licenciar hacía muy pocos meses (en junio o septiembre de 2003);

iii) las informaciones que se extrajeron de las encuestas fueron: sexo, años para conseguir titulación, trabajo durante estudios, ocupación, paro, tipo de contrato, empleos por sector, valoración de la relación trabajo-estudios, o el tiempo hasta el primer empleo.

La primera tabla del estudio recogía la información proporcionada por todos los licenciados de matemáticas que habían contestado a la encuesta. Así aparecía un paro del 12,12 %, aunque se daba el dato parcial que incluía los años 1999 a 2002 (puesto que los licenciados en 2003 eran muy recientes), dando un resultado de un paro del 7,47% entre los licenciados de matemáticas encuestados (1999-2002).

Las siguientes tablas incluían los datos por año de licenciatura. Así el paro de los licenciados en 1999 era del 3,61 % (es decir, el 3,61 % de los licenciados en matemáticas encuestados estaban en paro en el momento de realizar la encuesta, es decir, finales de 2003 o principios de 2004). De igual forma, el paro de los licenciado en 2000 era del 10,04%, de los de 2001 era del 11,74%, 12,23% los del 2002 y 22,46% los del 2003.

1999

2000

2001

2002

2003

3,61%

10,04%

11,74%

12,23%

22,46%

Nota: tabla con el porcentaje de licenciados en matemáticas de 1999-2003 que estaban en paro cuando realizaron la encuesta (entre noviembre de 2003 y enero de 2004).

Aquí estaba el origen de la confusión. El 3,61% no era el paro en 1999 de los licenciados en matemáticas, sino el porcentaje de licenciados en 1999 que estaba en paro a finales de 2003, y lo mismo para el resto de datos. De hecho, el aparente nefasto dato del 22,46%, era más bien un porcentaje muy positivo. Entre las personas que se habían licenciado en matemáticas en junio, o en septiembre, de 2003, ya estaban trabajando hacia finales de ese mismo año más del 77% de los encuestados.

Para conocer las cifras reales del paro entre las personas licenciadas en matemáticas, acudí a la página web del Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es), que es una herramienta muy interesante para recabar información sobre muchos temas y para contrastar información aparecida en los medios de comunicación. Allí encontré el paro entre “matemáticos y estadísticos” entre los años 2000-2004, obteniendo el siguiente gráfico (la información está dada por trimestres)…

imagen 3-opcion 2-a

imagen 3-opcion 2-bNo voy a comentar aquí los estudios sobre inserción laboral que encontré, simplemente una cita de Cambio sectorial y desempleo en España (Fundación BBVA, 2003):“Las mayores necesidades de empleo se producirán para las profesiones asociadas a titulaciones de segundo y tercer ciclo universitario relacionadas con la Enseñanza, y para los estudios de primer ciclo universitario de Ciencias Físicas, Químicas, Matemáticas e Ingenierías. También existirá una importante oferta de empleo para los técnicos de estas especialidades, los profesionales de apoyo en operaciones financieras y comerciales y en la gestión administrativa

Llegados a este punto, ya conocía el origen del error que daba lugar al titular de la noticia, conocía también los datos reales de paro entre las personas que se habían licenciado en matemáticas, o estadística, y había consultado algunos estudios sobre inserción laboral que presentaban a los estudios universitarios de matemáticas como muy demandados por las empresas. Entonces, ya me encontraba en condiciones y con ganas de continuar leyendo el artículo, que ocupaba 3 de páginas, cuyo titular había provocado en mí ese desasosiego.

La lectura de esas tres páginas me dejó un poco sorprendido, algo triste diría yo y quizás un poco molesto. El periodista mostraba el contraste entre la buena situación de la investigación matemática en ese momento y las horas bajas de una licenciatura sin alumnos, sin salidas laborales, con paro, y además una asignatura que nunca ha interesado a los más jóvenes. Era lo que el periodista denominaba “la paradoja española”.

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El “despegue científico” se sustentaba en los siguientes hechos: a) “En 1980, las publicaciones españolas en revistas matemáticas internacionales representaban tan sólo un 0,3% del total. Actualmente, la cifra se sitúa en el 4,4%, según las cifras del Instituto Científico Internacional (ISI, en inglés)”; b) “El Plan Nacional de I+D 2000-2004 preveía una dotación de dos millones de euros para este sector. Sin embargo, en el aprobado para el periodo 2004-2007 la cantidad crecía hasta un total de cinco millones de euros”; c) “De los 15 españoles que aparecen en los índices del ISI entre los más citados del mundo, cuatro de ellos son matemáticos”.

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En el otro lado de la balanza, para explicar lo que el periodista denomina “carrera en horas bajas”, se describían varios síntomas. El primero, el enorme aumento del paro en matemáticas, del 3,61 % al 22,46%. Información errónea que ya hemos explicado anteriormente. El segundo síntoma era que “el último informe del Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes (PISA, en inglés) coloca a España a la cola de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en cuanto a cultura matemática de los alumnos”. El Informe Pisa, e informes similares, merecerían un comentario más extenso que el que podría realizar ahora mismo en esta entrada del Cuaderno de Cultura Científica, por lo que únicamente voy a mencionar que cuando en dichos informes se mira otro de los elementos importantes de la educación como es “la comprensión lectora”, España se sigue colocando en una muy mala situación.

El tercer síntoma también tenía que ver con la enseñanza de las matemáticas, “El 49% de los alumnos de Primaria no adquiere el nivel exigido en esta asignatura, según el Instituto Nacional de Evaluación y Calidad del Sistema Educativo (INECSE)”. La verdad es que este dato llamó mi atención y me puse a buscar por la red información sobre el tema. Encontré alguna otra noticia que recogía los datos del estudio del INECSE, como una cuyo titular decía “Niños españoles de primaria deficientes en matemáticas”.El titular indicaba que lo mencionado por el periodista del otro artículo parecía no ir desencaminado. Me puse a leer el cuerpo de esta nueva noticia y me encontré lo siguiente:

En matemáticas el 49 por ciento de los alumnos no llega a los conocimientos exigibles en la etapa [primaria]. A preguntas de dificultad intermedia apenas contesta el 45 de los educandos […] Tampoco en lengua alcanzan rendimiento satisfactorio pues 47 por ciento se queda por debajo de la media exigible, si bien en esta materia los alumnos contestan a las preguntas de dificultad intermedia en mayor medida.

Aquí llegó mi primera sorpresa respecto al estudio del INECSE. El primer periodista había citado los malos resultados en matemáticas del alumnado de primaria, pero al dejar ese dato desnudo, sin contrastarlo con las demás asignaturas estudiadas en el informe, había dado una imagen de la enseñanza en primaria de las matemáticas más negativa, en comparación, de lo que en realidad era, ya que si “en matemáticas el 49% de los alumnos no llega a los conocimientos exigibles”, en lengua el porcentaje era del 47%.

Ante esta información, decidí ir directamente al informe original del INECSE, que por supuesto estaba en la red. El informe tenía como objetivo principal “conocer y valorar los resultados educativos alcanzados al final de la Educación Primaria”, para lo cual se centraba en tres contenidos curriculares, Lenguaje, Matemáticas y Conocimiento del medio, y se realizaban unas pruebas al alumnado de sexto de primaria. Los resultados de esas pruebas eran los siguientes…

Lenguaje:

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Matemáticas:

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Conocimiento del medio:

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Teniendo en cuenta que en el informe se había fijado “un rango de 0 a 500, una media global de 250 y una desviación típica de 50”, al mirar las puntuaciones obtenidas por el alumnado en las pruebas, según los diferentes rangos, se veía que efectivamente el 49% (2+14+33) de los alumnos no llegan a los conocimientos mínimos exigibles (250) en Matemáticas, mientras que el 47% (3+13+31) no llega a los niveles mínimos en Lenguaje y el 48% (3+13+32) en Conocimiento del medio. Aunque se pueden observar algunas diferencias interesantes entre las puntuaciones de las tres asignaturas consideradas, la diferencia entre el porcentaje de alumnos que no han llegado a los conocimientos mínimos exigidos no es tan grande como se podía dar a entender por los periodistas.

Pero incluso podríamos dar pequeños titulares que dejasen en buen lugar a las Matemáticas, por ejemplo “el doble de estudiantes adquiere un nivel muy alto en Matemáticas, en relación a los que adquieren un nivel muy alto en Lenguaje” (ya que el 1% de los estudiantes tiene una puntuación en el rango 350-399 en Lenguaje, mientras que en Matemáticas es el 2%) o “Más alumnos obtienen puntuaciones en Lenguaje muy bajas, que en Matemáticas” (3% frente al 2%).

Pero dejemos este informe a un lado y volvamos a la noticia del 22 de marzo de 2006. El artículo continuaba en su tono negativo… “A indicios tan poco halagüeños se añade el escaso atractivo que ejerce la carrera en los preuniversitarios. Los alumnos prefieren, cada vez en mayor medida, cursar ingenierías. No hay más que ver la evolución de los egresados en Matemáticas”, “Dice el libro blanco que en 1999 se licenciaron 1.741 estudiantes. En 2003, la cifra había bajado hasta los 1.099, aunque en un contexto general de caída. Los alumnos piensan que la ciencia de Pitágoras, Descartes o Gödel no da trabajo, y las cifras de paro les dan la razón”.

Las personas que trabajábamos en la universidad en esa época vimos como se producía un descenso en matriculaciones en la universidad, no solo en matemáticas, sino en las demás carreras universitarias también, y no solo en España, sino que era un fenómeno que se daba en toda Europa, por lo que pudimos constatar en conversaciones con algunos colegas. Lo que ocurrió es que en carreras, como por ejemplo matemáticas o físicas, en las que tradicionalmente no había “numerus clausus”, el efecto fue mayor. Si en una ingeniería se presentaban 1000 estudiantes y solo se admitían a 250, al presentarse solo 500 se seguían llenando las aulas, aunque bajase, eso sí, el nivel de los que ingresaban. Y ya hemos comentado lo falaz de la frase “Los alumnos piensan que la ciencia de Pitágoras, Descartes o Gödel no da trabajo, y las cifras de paro les dan la razón”.

Pero seguía la visión negativa de las matemáticas… “Lo cierto es que los matemáticos que sí han encontrado trabajo en los últimos años lo han hecho como docentes. Según el libro blanco, los principales destinos laborales entre 1999 y 2003 fueron la docencia no universitaria (un 32,31% de los casos), la informática y las telecomunicaciones (25,05%) y, en tercer lugar, la docencia universitaria (10,88%)”.

Para empezar una cuestión sencilla referente a la frase inicial, “los matemáticos que sí han encontrado trabajo en los últimos años lo han hecho como docentes”. Sin mirar a los datos, la frase nos da a entender no solo que la mayoría de los licenciados en matemáticas se dedican a la docencia, sino que realmente es prácticamente la totalidad. Sin embargo, atendiendo a los mismos datos que utiliza el periodista, obtenidos del Libro Blanco de las Matemáticas, nos encontramos (como muestra la imagen) que

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… el 10,88% trabajaban en la docencia universitaria, el 32,31% en la docencia no universitaria, el 6,04% en la administración pública, 7,69% en banca, finanzas y seguros, el 8,57% en consultoría, el 25,05% en informática y telecomunicaciones, el 3,30% en industria y 6,15% en otros. Por lo tanto, en la docencia (universitaria o no) trabajaba, según el libro blanco, el 43,19%, que obviamente no es la mayoría de las personas que han estudiado matemáticas, y muchos menos, como se da a entender, la practica totalidad.

De hecho, en otros estudios de esa época, como la Ponencia del Senado sobre la situación de las enseñanzas científicas en la educación secundaria, ya se estaba poniendo de manifiesto que pocas de las personas que habían cursado la licenciatura de matemáticas (menos de un 20%) se quedaban en la docencia.

La Real Sociedad Matemática Española y la ANECA publicaron en 2007, Salidas profesionales de los estudios de matemáticas. Este estudio se había realizado mediante encuestas a más de 500 profesionales en activo (66% antigüedad superior a 5 años) y el análisis de más de 1.500 ofertas de empleo aparecidas en primer semestre de 2007. Respecto al tipo de empresas o puestos de trabajo en los que trabajaban personas que habían cursado estudios de matemáticas los resultados eran los siguientes…

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La cifra de las personas que trabajaban en la docencia aún era alto, un 38,3%, sin embargo esa cifra bajaba al 20% si solo se tenían en cuenta los licenciados de los últimos años.

Pero era muy significativa la información sobre las ofertas de empleo para matemáticos, ya que solamente un 11,9% estaban relacionadas con la educación.

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La situación era, por lo tanto, más esperanzadora de lo que se mostraba en el artículo en cuestión.

Sobre el autor: Raúl Ibáñez es profesor del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaborador de la Cátedra de Cultura Científica

1 comentario

  • Avatar de Asier

    Rául, chapeau!
    Me ha encantado tu contraste de datos, no sólo por aportar datos verídicos (y justificando por qué lo son -estadísticas de la fuente,…-), sino además por el hecho de que buscases dónde y por qué había cometido el periodista el error.

    Zorionak.

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