Cuevas, caza y recolección, nomadismo. Agricultura y domesticación de animales. Sedentarismo, construcciones y religión.

Esta es más o menos la secuencia del desarrollo de la civilización que todos tenemos en mente. La humanidad comenzó siendo un grupo pequeño de cazadores recolectores que se movían por un terreno más o menos extenso buscando caza y frutos. Miles de años después pasó, de alguna manera no del todo explicada por ahora, a cultivar algunos cereales y domesticar algunos animales convirtiéndose en sedentaria. Con la acumulación de alimento y tiempo «libre», al no tenerse que ocupar de salir a cazar, el hombre tuvo tiempo de dedicarse a pensar, idear y construir.

Tiene su lógica. O la tenía hasta ahora.

Esta es la historia de Gobekli Tepe, la construcción más antigua jamás encontrada. Tiene 11.500 años. Es, por tanto, 6.000 años más antigua que Stonehenge y 7.000 más que las Pirámides. Su hallazgo ha hecho tambalearse nuestra idea de cómo sucedió el desarrollo de la humanidad.

¿Por qué se construyó? ¿Quién lo hizo? ¿Para qué? ¿Por qué no se había descubierto hasta hace pocos años?

Gobekli Tepe (Colina panzuda en turco) fue examinada por primera vez por equipos de la Universidad de Chicago y la Universidad de Estambul en los años 60. Se inspeccionó el lugar y las enormes rocas que yacían tumbadas en su cima y se pensó que era un cementerio medieval. Gobekli Tepe volvió otra vez a desaparecer de la historia, hasta que en 1994 el arqueólogo alemán, Klaus Schmidt que se encontraba en la zona estudiando asentamientos prehistóricos vio por primera vez el lugar y enseguida pensó que aquella colina tenía que ser un lugar construido por el hombre.

Gobekli Tepe se encuentra situado en el llamado creciente fértil, una medialuna que recorre los territorios mediterráneos de Siria y Palestina y dónde se desarrollaron las primeras civilizaciones.

¿Qué tiene de especial?

Gobekli Tepe está formado por 20 recintos megalíticos que constituyen un yacimiento gigantesco del que sólo se ha excavado una mínima parte.

Los cuatro recintos excavados hasta ahora están formados por muros de piedras circulares toscamente construidos, entre las piedras se sitúan varios pilares de 3 metros de altura. Esos pilares encastrados en los muros están hechos en una sola pieza y presentan altorrelieves de animales salvajes: zorros, lobos, leones, jabalíes, serpientes tallados con gran realismo. En el centro de los círculos u óvalos se levantan dos hitos gigantescos en forma de T de más de cinco metros y medio de alto. En estos descomunales megalitos aparecen tallados en bajorrelieve formas antropomorfas que no son humanas; se pueden identificar brazos, piernas, manos y cinturones. No tienen rostro pero eso es algo deliberado, los tallistas sabían esculpir rostros, no los hicieron por algún motivo que desconocemos. Los arqueólogos creen que representarían a algún tipo de divinidad y es ahí dónde está la mayor sorpresa de Gobekli Tepe.

Los recintos presentan distintas formas: unos en espiral, otros elípticos y otros circulares. El número de pilares encastrados en los muros varía pero todos presentan en el centro los megalitos en forma de T.

Estas inquietantes construcciones, inmensas, descomunales y desconocidas hasta hace pocos años pasan por ser el primer templo religioso construido por el hombre.

¿Qué sabemos de sus constructores?

Los hombres que construyeron Gobekli Tepe eran cazadores recolectores. Vivían de la caza de animales salvajes que encontraban fácilmente en las tierras fértiles que rodeaban la zona. Se han encontrado huesos de gacelas de varios tipos, jabalíes, ciervos, cebras…etc. Ninguno de animal domesticado. Los cereales y frutos que recolectaban no provenían de la agricultura, no eran una sociedad agrícola. No tenían animales de carga y no sabían hacer utensilios de barro pero supieron construir estos templos tallando inmensos pilares de roca que después arrastraban colina arriba para alzarlos en sus lugares. (Los megalitos pesan entre 40 y 60 toneladas cada uno)

¿Qué era Gobekli Tepe?

Es imposible que sepamos qué pensaban aquellos hombres, qué idea les llevo a construir esos espacios, cómo vivían y cómo lo hicieron. Nos separan 11.000 años y la visión que tuvieran del mundo, de la realidad, de ellos mismos como individuos o sociedad no tenía nada que ver con la nuestra. Todavía tendrían que pasar 6.000 años para que se inventara la escritura. Así de lejos estamos.

Los arqueólogos creen que Gobekli Tepe fue una especie de templo dedicado a los muertos. Creen que cuando continúen excavando (los cálculos más optimistas hablan de 50 años de excavación) encontraran restos humanos. Cada espacio circular está construido sobre uno más grande que se techaba y cubría de tierra para servir de suelo para el siguiente.

La hipótesis que manejan es que Gobekli era un lugar de reposo de los muertos, un lugar elevado sobre la gran llanura en la que depositar a los muertos para que vigilaran la vida. No es un simple enterramiento. Sus constructores no se limitaron a crear un espacio para dejar los restos de los muertos, parece haber algo más, una organización, un culto de algún tipo. Los altorrelieves de animales protegerían a los muertos y las figuras antromoporfas constituyen un misterio sin resolver por ahora. ¿Quizás representaciones de deidades? ¿De chamanes? ¿Sacerdotes?

¿Como pudo una sociedad de cazadores recolectores erigir estas construcciones? ¿Cómo consiguieron tener suficiente comida para toda la mano de obra necesaria sin agricultura ni ganadería? ¿Cómo se organizaban? Hace 8.000 años, todos los círculos, sus pilares y sus megalitos fueron cubiertos con tierra y abandonados. ¿Por qué lo abandonaron? No lo sabemos.

Gobekli Tepe ha cambiado por completo el esquema mental de evolución de la humanidad. No fue el sedentarismo, y el desarrollo de la agricultura lo que provocó el desarrollo de la religión y las creencias. Parece ser que fue al revés, la necesidad, el impulso humano por creer en una vida más allá, en una especie de vida después de la muerte nos llevó a organizar algo parecido a un culto obligando a sus constructores a volverse sedentarios, a aprender a cultivar y a domesticar animales.

Así es como avanza la ciencia, desmontando ideas que creíamos ciertas. En los próximos cincuenta años es posible que Gobekli Tepe nos desmonte muchas más.

Para saber más: Gobekli Tepe

Sobre la autora: Ana Ribera (Molinos) es historiadora y cuenta con más de 14 años de experiencia en el mundo de la televisión. Autora de los blogs: Cosas que (me) pasan yPisando Charcos.