El final de la ciencia

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Durante los últimos años han proliferado las especulaciones en el sentido de que a la ciencia le queda ya poco por descubrir. Se refieren a aspectos fundamentales de la naturaleza, por supuesto, ya que incluso quienes sostienen que nos encontramos muy próximos al final de la ciencia, admiten que quedan multitud de cuestiones de detalle y aspectos aplicados por desentrañar.

El final de la ciencia

No es nuevo ese tipo de especulaciones. A finales del siglo XIX no eran pocos los que sostenían que ya se conocía prácticamente todo lo que había que conocer. El astrónomo Simon Newcomb declaró en 1888 que estábamos “probablemente acercándonos al límite de todo lo que podemos saber en astronomía”. A un personaje de la talla de Lord Kelvin se le atribuye haber afirmado en una conferencia pronunciada en 1900 que “en física ahora no hay nada nuevo por descubrir; todo lo que queda por hacer son medidas cada vez más precisas”. El físico Albert Michelson escribió en 1903 que “todas las leyes fundamentales y hechos más importantes de la ciencia física han sido descubiertos, y están tan firmemente establecidos que la posibilidad de que sean sustituidos como consecuencia de nuevos descubrimientos es cada vez más remota”. Y para completar este repaso, no hay mejor anécdota que el consejo que dio Philipp von Jolly a su discípulo Max Planck de no proseguir con el estudio de la física porque “casi todo ha sido ya descubierto, y todo lo que queda es rellenar unos pocos agujeros sin importancia”. Al consejo, por cierto, Planck respondió que él no quería descubrir nada nuevo, que se conformaba con entender los fundamentos ya conocidos de la disciplina.

Como es sabido, poco después llegó el annus mirabilis de Albert Einstein con sus cuatro artículos (sobre el efecto fotoeléctrico, el movimiento browniano, la relatividad especial y la equivalencia masa-energía) en la revista Annalen der Physik, que supusieron toda una revolución en el campo de la física. En 1913 Bohr propuso su modelo atómico, que fue el punto de partida de la física cuántica y, por ello, de una forma de entender la realidad que desafía el sentido común como no lo ha hecho ninguna otra teoría física. Y para rematar el recorrido, en noviembre de 1915, Albert Einstein presentó su teoría de la relatividad general, una teoría de una capacidad explicativa y predictiva extraordinaria que supuso otra vuelta de tuerca en el alejamiento de la ciencia de las percepciones propias de la experiencia cotidiana humana.

Así pues, a un ambiente intelectual en el que se daba por supuesto un cierto cierre del conocimiento, siguieron, casi con carácter inmediato, un conjunto de descubrimientos y formulaciones teóricas que pusieron patas arriba todo lo que se consideraba conocido por entonces. Me pregunto, por ello, si no nos encontraremos en una situación similar a la de hace algo más de un siglo. No hay ninguna razón para pensar que estemos, ahora sí, próximos al final del conocimiento. Cada vez contamos con mejores modelos de la realidad, pero el progreso intelectual no tiene por qué tener un final; bien podríamos encontrarnos, como sostiene David Deutsch, en un curso infinito de adquisición de conocimiento.

A caballo de los siglos XIX y XX muchos, como hemos visto, pensaban que la ciencia contaba ya con una descripción verdadera y casi completa de la naturaleza. Pero se equivocaron. Y quienes hoy piensan igual seguramente también se equivocan. El del conocimiento es un camino al que la humanidad no le ha encontrado un final, y no hay ninguna razón para pensar que lo haya encontrado o que esté próxima a encontrarlo ahora.


Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

10 comentarios

  • Avatar de Iñaki

    Excelente post.
    Yo creo que lo emocionante esta en lo que no sabemos. Por otra parte, si llegáramos al límite de lo máximo conocible y dado que el futuro es impredecible en gran medida, ¿quien nos dice que más adelante no se descubra algo nuevo más allá de dicho límite?
    Creo que el hecho de que el futuro sea impredecible implica que no hay límite al conocimiento.
    Saludos.

  • Avatar de Luis Rodicio Rodicio

    Aprovechar para felicitar el Año Nuevo a Juan Ignacio Pérez y agradecerle la gran labor que hace el equipo de Cultura Científica y Naukas.
    Felicidades, suerte y éxitos en 2016 y siguientes.

  • Avatar de Pablo Robledo

    Considero que es importante continuar estudiando las particularidades de la naturaleza, pero también y fundamentalmente, el desafío en un futuro próximo es investigar alternativas a lo que es indispensable para nuestra supervivencia y es no renovable. Ahí debemos acumular fuerzas e inteligencia.

  • Avatar de Santiago Roig Mafé

    Me pregunto si, aunque sea únicamente en un plano teórico, es admisible suponer que algún día llegaremos a saberlo TODO…

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