Sans dessus dessous–Sin arriba ni abajo o El secreto de Maston– es una novela de Jules Verne publicada en 1889; en ella aparecen algunos de los personajes de De la Tierra a la Luna.
Los protagonistas de la novela son los miembros del Gun Club de Baltimore que, en esta nueva aventura, intentan rectificar el eje de rotación de la Tierra para hacerlo perpendicular al plano de la eclíptica. ¿Cómo? Utilizando el efecto de retroceso de un cañón gigante, puesto en funcionamiento con un explosivo de gran potencia.
Para responder a las críticas de ‘científico aficionado’ que recibió en otros de sus escritos, Jules Verne pidió a su amigo, el matemático e ingeniero Albert Badoureau (1853-1923), que redactara un capítulo suplementario explicando los cálculos incluidos en la novela. Ese apéndice, con numerosos dibujos ilustrativos, desapareció tras las primeras ediciones, aunque puede verse en [5].
Badoureau fue un matemático notable; se le debe, por ejemplo, un estudio de referencia sobre los poliedros semiregulares (ver [1]).
De hecho, Badoureau no se limitó a redactar el dosier científico explicando la parte técnica de la novela, también envió a Verne algunas sugerencias puramente literarias. Por ello, uno de los personajes principales de El secreto de Maston, Alcide Pierdeux, es un álter ego de Badoureau. En la novela, Pierdeux –que en francés se lee πr2 (PI-ERE-DEUX), es decir, el área de un círculo de radio r– es un ingeniero del Cuerpo Nacional de Minas de Francia y matemático de talento.
El otro científico que aparece en la novela es un calculador prodigioso, J.-T. Maston, el secretario del Gun Club, encargado de realizar los cómputos para realizar la extraordinaria hazaña.
Afortunadamente, Maston comete un error en sus cálculos: si la empresa hubiera tenido éxito, el disparo del colosal proyectil desde el gigantesco cañón habría producido el deshielo de las regiones polares, provocando grandes inundaciones y perniciosos cambios de altitud. Al final de la novela Alcide Pierdeux explica el motivo del fracaso de la gesta a través de una carta que envía al periódico Le Temps. En efecto, debido a un despiste, Maston se equivoca y expresa la longitud de la circunferencia de la Tierra en kilómetros creyendo que lo hace en metros. Este error se amplía en los cálculos posteriores, produciendo un fallo tan grande que los efectos del disparo son insignificantes. De hecho, al rehacer las cuentas correctamente, Maston comprueba que la idea de rectificar el eje de rotación de la Tierra es tecnológicamente imposible…
Más información:
[1] Jean Paul Albert Badoureau, Mémoire sur les Figures Isocèles, Journal de l’École polytechnique 49 (1881), 47-172.
[2] Jacques Crovisier, Albert Badoureau, mathématicien oublié, Quadrature 66 (2007) 15-19.
[3] Jacques Crovisier, Sans dessus dessous, ou la Terre désaxée, LÉSIA
[4] Cristian Tello, El secreto de Maston , Julio Verne, el más desconocido de los hombres, 2016.
[5] Primera versión completa de Sans dessus dessous (Wikipedia) y Tercera edición de Sans-dessus-dessous (Gallica).
Sobre la autora: Marta Macho Stadler es profesora de Topología en el Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU, y colaboradora asidua en ZTFNews, el blog de la Facultad de Ciencia y Tecnología de esta universidad.
Jabi Ibáñez
Verne, en el capítulo «Que contiene algunos detalles…», se pregunta «¿Por qué punto saldrá el nuevo eje?» y se responde que por el norte quedaría entre Groenlandia y la tierra de Grinnel…» etc.
Pero no se ha percatado de que al girar el globo terráqueo para poner su eje de rotación perpendicular a la línea de traslación, el eje y el planeta se han movido juntos como el conductor de un coche gira a la par que gira el coche, con lo que el eje SEGUIRÍA SALIENDO POR EL MISMO PUNTO DEL SUELO DEL PLANETA, aunque ya hubiera cambiado su inclinación respecto a los rayos solares. Eso sí: es cierto que los meridianos que van de polo a polo recorrerían lugares distintos.
¿O es que el retroceso del cañonazo no iba a mover el planeta PERO SÍ SU «EJE DE ROTACIÓN»?