El triaje de la verdad: no aceptes la opinión de los expertos pasivamente

Ideas

Julian Baggini

«Ahora, imaginate a tí mismo…». Foto cortesía de NASA/JPL/Caltech

La sed de conocimiento es uno de los más nobles apetitos de la humanidad. Nuestro deseo de saciarlo, sin embargo, a veces nos lleva a tragar falsedades embotelladas como verdad. La llamada Edad de la Información es con demasiada frecuencia una Edad de la Desinformación.

Hay tanto que no sabemos que renunciar a los expertos sería ir más allá de nuestra propia competencia. Sin embargo, no todo el que se afirma ser un experto es uno, por lo que cuando no somos expertos nosotros mismos, podemos decidir quién cuenta como experto solo con la ayuda de las opiniones de otros expertos. En otras palabras, tenemos que elegir en qué expertos confiar para decidir en qué expertos confiar.

Jean-Paul Sartre capturó la inevitable responsabilidad que esto nos impone cuando escribió en L’existentialisme est un humanisme (1945): «Si buscas consejo, por ejemplo de un sacerdote, has seleccionado a ese sacerdote; y en el fondo ya sabías, más o menos, lo que aconsejaría.”

La interpretación pesimista de esto es que el recurso a la pericia es, por tanto, una farsa. Los psicólogos han demostrado repetidamente el poder del razonamiento motivado y del sesgo de confirmación. Las personas seleccionan las autoridades que apoyan lo que ya creen. Si la opinión de la mayoría está de su parte, citarán la cantidad de pruebas que las respaldan. Si la mayoría está en contra de ellas, citarán la calidad de las pruebas que las respaldan, señalando que la verdad no es una democracia. Este es el paraíso de un escéptico: todo se puede dudar, nada es seguro, a todo se le puede dar la vuelta.

Pero puede que no todo esté perdido. No tenemos que arrojarnos a lo que René Descartes describió como un torbellino de dudas. He aquí una simple heurística de tres pasos que he denominado «El Triaje de la Verdad» que nos puede dar una forma de decidir a quién escuchar acerca de cómo es el mundo. Al igual que un sistema de triaje en la unidad de accidentes y emergencias de un hospital, está diseñado para llevarte a la persona adecuada para estado en el que te encuentras. No es infalible; no es una alternativa a pensar por ti mismo; pero al menos debería impedir que cometiésemos algunos errores evitables.

El triaje plantea tres preguntas:

· ¿Hay expertos en este campo?
· ¿Qué tipo de expertos en esta área debo elegir?
· ¿Qué experto en particular vale la pena escuchar aquí?

La primera etapa pregunta si el área es una en la que pueda existir algún tipo de pericia.. Si no eres religioso, por ejemplo, entonces ningún teólogo o sacerdote puede ser un experto en la voluntad de Dios.

Si hay la posibilidad de una pericia genuina, la segunda etapa es preguntar qué tipo de experto es fiable en ese área. En salud, por ejemplo, hay médicos con formación médica estándar, pero también herboristas, homeópatas, quiroprácticos, curanderos reiki. Si tenemos buenas razones para descartar cualquiera de estas modalidades entonces podemos descartar a cualquier practicante en concreto sin necesidad de hacerles una evaluación personal.

Una vez que hemos decidido que hay grupos de expertos en un área, la tercera etapa de triaje es preguntarnos de quiénes fiarnos en concreto. En algunos casos, esto es bastante fácil. Cualquier dentista cualificado debe ser lo suficientemente bueno, y es posible que de todos modos no podamos permitirnos ponernos quisquillosos y elegir. Cuando se trata de albañiles, sin embargo, algunos son claramente más profesionales que otros.

Las situaciones más difíciles son aquellas en las que el área admite diferencias significativas de opinión. En medicina, por ejemplo, hay un montón de pericia genuina, pero el estado incompleto de la ciencia nutricional, por ejemplo, significa que tenemos que tomar muchos consejos con un poco de escepticismo, incluyendo lo grande que debe ser ese poco.

Este triaje es un proceso iterativo en el que cambios de opinión en un nivel conducen a cambios en otros. Nuestras creencias forman complejas redes holísticas en las que las partes se apoyan mutuamente. Por ejemplo, no podemos decidir aisladamente si se puede existe la pericia en algún área determinada. Tendremos inevitablemente en cuenta las opiniones de los expertos en los que ya confiamos. Cada nueva juicio retroalimenta, alterando el siguiente.

Tal vez el principio más importante a aplicar a lo largo del triaje es la máxima del filósofo escocés del siglo XVIII David Hume: «Un hombre sabio … proporciona su creencia a las pruebas.» La confianza en los expertos siempre tiene que ser proporcionada. Si mi electricista me advierte de que tocar un cable me electrocutaría, no tengo ninguna razón para dudar de ella. Cualquier pronóstico económico, sin embargo, debe ser visto como indicador de una probabilidad en el mejor de los casos, una conjetura con cierta base en el peor.

La proporcionalidad también implica conceder solo tanta autoridad como haya dentro del área de un experto. Cuando un eminente científico opina sobre ética, por ejemplo, está excediendo su ámbito profesional. Lo mismo podría decirse de un filósofo que habla de economía, así que ten cuidado también con parte de lo que he escrito.

Este triaje nos da un procedimiento, pero no un algoritmo. No nos dispensa de la necesidad de hacer juicios, simplemente proporciona un marco para ayudarnos a hacerlo. Para seguir adecuadamente el mandato ilustrado de Immanuel Kant «Sapere aude» (Atrévete a saber), debemos fiarnos tanto de nuestro propio juicio como del el juicio de otros. No debemos confundir pensar para nosotros mismos con pensar por nosotros mismos. Tomar la opinión de los expertos en serio no es pasar la pelota. Nadie puede decidir por ti, a menos que decidas dejar que lo hagan.

Aeon counter – do not removeSobre el autor: Julian Baggini es escritor y el editor fundacional de The Philosophers’ Magazine.

Texto traducido y adaptado por César Tomé López a partir del original publicado por Aeon el 2 de octubre de 2017 bajo una licencia Creative Commons (CC BY-ND 4.0)

3 comentarios

  • […] El triaje de la verdad, no aceptes la opinión de los expertos pasivamente: “Jean-Paul Sartre capturó la inevitable responsabilidad que esto nos impone cuando escribió en L’existentialisme est un humanisme (1945): “Si buscas consejo, por ejemplo de un sacerdote, has seleccionado a ese sacerdote; y en el fondo ya sabías, más o menos, lo que aconsejaría.” La interpretación pesimista de esto es que el recurso a la pericia es, por tanto, una farsa. Los psicólogos han demostrado repetidamente el poder del razonamiento motivado y del sesgo de confirmación. Las personas seleccionan las autoridades que apoyan lo que ya creen.” […]

  • […] Respecto a lo de Cataluña este cronista es espectador. Tiene sus opiniones, pero son irrelevantes. Lo que sí es muy interesante es observar la psicología social en funcionamiento. A todos los niveles. No es este el momento de profundizar en ello. Lo dejaremos en una recomendación de lectura: El triaje de la verdad: no aceptes la opinión de los expertos pasivamente […]

  • Avatar de Juana

    A lo mejor me equivoco, pero deduzco que si empiezas mal con esa triada puedes acabar liado. Lo digo por el ejemplo de los curanderos y demás. Muchos los eligen en vez de descartarlos y como una cosa lleva a la otra acaban en ese mundo anticiencia, tan de moda ahora.

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