Matemáticos y sin embargo criminales

Matemoción

En la muy recomendable serie Preparados para matar en este Cuaderno de Cultura Científica, Eduardo Angulo ha hablado de diversos perfiles de asesinos, de víctimas de crímenes, de motivos para asesinar, de la evolución de los homicidios, etc.

No quiero hacer la competencia a Eduardo –imposible, él es un maestro–, pero quería aportar al tema los casos de dos criminales matemáticos: uno de ficción y otro real.

James Moriarty

El profesor James Moriarty es un personaje de ficción creado por Arthur Conan Doyle: es el eterno enemigo de Sherlock Holmes. Aparece por primera vez en las Memorias de Sherlock Holmes, en El problema final:

Es el Napoleón del crimen. Es la mente organizativa de la mitad de los hechos depravados de los que se tiene conocimiento y de casi todos los que pasan inadvertidos en esta gran ciudad. Es un genio, un filósofo, un pensador abstracto. Tiene un cerebro de primer orden. Permanece sentado, inmóvil, como una araña en el centro de su red; pero esta red tiene miles de hilos y el conoce muy bien el modo de vibrar de cada uno. Él mismo hace poco. Sólo planea. Pero sus agentes son numerosos y están espléndidamente organizados.

James Moriarty. Fuente: Wikimedia Commons.

Moriarty aparece citado en siete de las novelas de Sherlock Holmes: El problema final, La casa deshabitada, El valle del terror, El cliente ilustre, El tres cuartos desaparecido, El constructor de Norwood y Su último saludo en el escenario.

En El problema final se alude a un tratado sobre el teorema del binomio que Moriarty escribió:

Hizo una carrera extraordinaria. Es un hombre de buena familia y recibió una esmerada educación; tiene, además, por naturaleza, unas excepcionales dotes para las matemáticas. A la edad de veintiún años escribió un tratado sobre el teorema del binomio, que estuvo muy en boga en Europa. Fundándose en esto, ganó una cátedra de matemáticas en una de esas pequeñas universidades nuestras y todo parecía indicar que tenía ante sí una brillantísima carrera.

En El valle del terror se alude al tratado The Dynamics of an Asteroid escrito por Moriarty:

¿No es él el aclamado autor de ‘La Dinámica de un Asteroide’, un libro que asciende a tan raras cuestiones de matemática pura, que se dice que no hay individuo en el medio científico capaz de criticarlo?

The Dynamics of an Asteroid. Fuente: Wikimedia Commons.

A Moriarty lo utilicé para hablar de Una paradoja del infinito: la oferta del diablo por ser un villano de maldad reconocida.

André Bloch (1893-1948)

El matemático André Bloch fue un criminal, esta vezreal. Pasó prácticamente toda su vida en un hospital psiquiátrico tras haber asesinado a tres miembros de su familia en 1917: todas sus brillantes matemáticas fueron redactadas en ese lugar.

André Bloch. Fuente: MacTutor Archive.

Bloch mantuvo correspondencia con varios matemáticos de renombre, entre ellos Georges Valiron, George Pólya, Jacques Hadamard, Gösta Mittag-Leffler, Émile Picard, Paul Montel y Henri Cartan. En sus cartas, ponía como remite “57, Grande rue, Saint-Maurice”, sin mencionar que se trataba de un hospital psiquiátrico, con lo que muchos de sus correspondientes nunca supieron lo extraordinario de su situación.

Según Pólya, Blochtenía como costumbre fechar todas sus cartas el 1 de abril –el día de los inocentes en Francia– independientemente del día en las que las escribiera.

Su mayor contribución fue el teorema de Bloch –no debe confundirse con el teorema de Bloch de física, debido a Felix Bloch– en variable compleja, que afirma la existencia de una cierta constante, llamada constante de Bloch, cuyo valor exacto aún se desconoce.

Según se comenta en [Cartan y Ferrand, pág. 214], al final de su vida, el hermano menor de Bloch le fue a visitar al hospital. El matemático se interesó por el resto de su familia. Al día siguiente, le dijo a su médico:

Es una cuestión de lógica matemática. Había habido enfermedades mentales en mi familia. Debía seguirse inevitablemente la aniquilación de toda esta rama. Comencé mi trabajo en el momento de esa famosa comida. No ha terminado. Quería saber cómo está la situación.

Y ante las protestas del médico, Blochle respondió:

Usted habla un lenguaje emotivo. Por encima, están las matemáticas y sus leyes. Usted sabe muy bien que mi filosofía se inspira en el pragmatismo y el racionalismo absoluto. He aplicado el ejemplo y los principios de una famosa matemática de Alejandría, Hipatia.

A pesar de esta ‘misión asesina’ que guio su triple crimen, Bloch era una persona tranquila, amable, con costumbres regulares. Trabajaba en todo el día en una pequeña mesa, negándose a salir a pasear: Las matemáticas me bastan, argumentaba.

Referencias

Sobre la autora: Marta Macho Stadler es profesora de Topología en el Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU, y colaboradora asidua en ZTFNews, el blog de la Facultad de Ciencia y Tecnología de esta universidad.

1 comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *