De las minas a los puertos. Transporte tradicional del mineral

General La Ría del Nervión a vista de ciencia y tecnología Artículo 5 de 8

Imagen 1: 1932, cargadero de mineral de Olabeaga en la ría de Bilbao. (Fotografía: Autoridad Portuaria de Bilbao. Fuente: Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública)

Antiguamente, los Montes de Triano y sus minas de hierro -conocidas ya en época romana- eran comunales. Los vecinos y vecinas del Valle de Somorrostro[1] combinaban las labores agrícolas y ganaderas con el trabajo en las veneras[2] y el transporte del mineral con mulas y carros de bueyes hasta los embarcaderos, donde se cargaba hacia las ferrerías. La minería era fundamental para complementar la precaria economía del caserío.

En 1864 el camino de Valle de Trápaga-Trapagaran “teñido con mena de hierro, se ve a todas horas del día concurrido por carros y por caballerías transportando este rico mineral a los embarcaderos de Galindo o a los depósitos de Ortuella.”[3]

Los principales “puertos” estaban en Ugarte, Causo y Galindo (Valle de Trápaga-Trapagaran y Sestao). Eran simples parcelas de terreno cerca de la orilla. El mineral se depositaba en el suelo, en montones, a la espera de ser embarcado. Un rentero los cuidaba, anotaba el nombre de cada propietario y de los carreteros y controlaba la calidad de la vena. En 1846 en Ugarte había 225 depósitos, que correspondían a 61 venaqueros.

Imagen 2: plano de los puertos de Ugarte o de la vega del Juncal (1897). (Fotografía: Archivo Muncipial de Valle de Trápaga-Trapagaran)

Los ríos Galindo y Granada solo eran navegables para embarcaciones pequeñas y de escaso calado, como las gabarras. En 1826 había alrededor de 20 gabarras con 40 marineros para transportar la vena; en 1850 eran 48 gabarreros y 20 mujeres venaqueras. Cuando la marea era favorable se sacaba el mineral con la sirga hasta la Ría, desde donde se llevaba a Asua (Erandio), Sestao, Portugalete o Bilbao. De ahí se llevaba en barcos y en caballerías hacia el interior. La mayoría de las embarcaciones venaqueras (pataches y quechemarines) procedían de Plentzia y Mundaka. En 1850 había entre 200 y 300 barcos, con cerca de 1000 marineros dedicados a este comercio.

A mediados del siglo XIX se producen grandes cambios, como respuesta a la Revolución Industrial que se estaba desarrollando en Europa. En 1849 se permitió exportar el mineral al extranjero, hasta entonces prohibido por el Fuero de Bizkaia, y en 1863 se eliminaron casi todos los impuestos a la exportación, lo que supuso el empujón definitivo para la llegada de capitales extranjeros.

Las principales siderurgias europeas formaron compañías mineras, como la Orconera (inglesa) y la Franco-Belga. Así, entre 1876 y los años 30 del siglo XX se produjo la llamada gran explotación minera. Estas minas llegaron a ser las más importantes de Europa por cuatro razones fundamentales: calidad del mineral, abundancia, facilidad de extracción y cercanía del mar. La mayor parte del mineral se exportó, sobre todo a Inglaterra, y para ello se construyó una red ferroviaria que conectaba las minas con la misma Ría, donde se instalaron modernos embarcaderos que cargaban el mineral en grandes buques.

Ilustración 1: líneas de ferrocarril construidas para el transporte de mineral de hierro hasta los cargaderos ubicados a lo largo de la ría de Bilbao. (Ilustración: NorArte Studio)

Los ferrocarriles mineros transportaban mayor cantidad de hierro y en menor tiempo, por lo que los tradicionales puertos fluviales se fueron abandonando. Los habitantes de Valle de Trápaga-Trapagaran sabotearon las obras de construcción del ferrocarril de Triano, inaugurado en 1865, porque perjudicaba su modo de vida basado en el acarreo de mineral.

Así todo se siguió acarreando mineral, pero no hacia los puertos; todavía en 1886: “multitud de carros tirados por bueyes circulan por las carreteras y caminos de la zona minera de Somorrostro que cargan el mineral en las minas para llevarlo a los ferrocarriles”[4].

Solamente el puerto de Ugarte siguió con cierta actividad. En 1878 se había construido un canal para sacar el mineral que llegaba hasta este puerto en el tranvía aéreo de la mina Parcocha. Incluso en 1924 se dice: “El puertecito de Ugarte (donde todavía llegan gabarras) así como los al presente por los aterramientos y lavados de minerales alejados del agua, de Galindo, Causo y Salcedillo”[5]. Sin embargo, desde los años 70 del siglo XIX casi todo el mineral se cargaba en la propia Ría. La modernización de la extracción minera y de los transportes supuso el fin del modo de vida tradicional en el Valle de Somorrostro.


Notas:

[1] Valle de Somorrostro: pertenecía a Encartaciones y estaba formado por los Tres y Cuatro Concejos y la villa de Portugalete. Actualmente los Tres Concejos se corresponden con los municipios de Valle de Trápaga-Trapagaran, Santurtzi y Sestao y los Cuatro con Abanto-Zierbena, Zierbena y Muskiz.

[2] Venera: mina de la que se obtiene vena (hematites rojo de gran pureza).

[3] Delmas, JR: Guía histórico descriptiva del viajero en el Señorío de Vizcaya, en 1864. Madrid, 1944, pág. 526.

[4] Alzola, B: Informe relativo a los recursos de que la industria nacional dispone para las construcciones y armamentos navales, Madrid, 1886, pág. 10.

[5] Balparda y de las Herrerías, G: Historia crítica de Vizcaya y sus Fueros, Bilbao, 1974, T. I, pág. 487 .

Sobre el autor: Eneko Pérez Goikoetxea es historiador y miembro del equipo de educación ambiental del centro Ekoetxea Meatzaldea-Peñas Negras.


El proyecto «Ibaizabal Itsasadarra zientziak eta teknologiak ikusita / La Ría del Nervión a vista de ciencia y tecnología» comenzó con una serie de infografías que presentan la Ría del Nervión y su entorno metropolitano vistos con los ojos de la ciencia y la tecnología. De ese proyecto han surgido una serie de vídeos y artículos con el objetivo no solo de conocer cosas interesantes sobre la ría de Bilbao y su entorno, sino también de ilustrar como la cultura científica permite alcanzar una comprensión más completa del entorno.

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